EDITORIAL
Cerrar el año con una buena noticia
Por estos días leíamos con atención que Argentina daba inicio a la comercialización de la vacuna contra el melanoma. Y esto marca un hito porque llevaba 30 años de investigación científica. El medicamento denominado comercialmente Vaccimel obtuvo la autorización regulatoria necesaria y comenzó su distribución para el abordaje de pacientes con estadios específicos de la enfermedad. Su indicación médica apunta exclusivamente al tratamiento del melanoma cutáneo. El fármaco actúa como un coadyuvante, donde el paciente recibe primero el tratamiento quirúrgico estándar y luego se administra la vacuna para controlar la enfermedad. El esquema terapéutico completo tiene una duración de dos años y consta de 13 dosis, según un artículo firmado por Fabiola Czubaj en La Nación.
Si bien el medicamento no se encuentra disponible para la venta directa en farmacias y su distribución, supimos que ya sigue el circuito de los medicamentos oncológicos o de alto costo mediante la cobertura de salud de cada paciente.
La misma, será producida por el laboratorio Pablo Cassará y se espera que esté disponible en el mercado en los próximos meses. El Laboratorio Pablo Cassará informó a su vez, sobre el valor de mercado señalando que su costo es "comparable" al del anticuerpo monoclonal disponible "inespecífico y con efectos adversos".
Los 35 años trabajando del doctor Mordoh
Vaccimel, representa la culminación de más de tres décadas de trabajo continuo y la apertura de una nueva etapa en las terapias celulares aplicadas a la oncología. El logro, se lo debemos al equipo de profesionales de la Fundación Sales, en colaboración con optros investigadores. El jefe del proyecto, José Mordoh, es investigador superior del Conicet y figura clave en el campo de la inmunoterapia oncológica en Argentina.
El equipo de Mordoh logró transitar todas las etapas necesarias para convertir un concepto experimental en una terapia disponible en el sistema de salud. Y es de destacar también que a lo largo del proceso, participaron instituciones como la Fundación Instituto Leloir, el Instituto Alexander Fleming, el Hospital de Oncología María Curie y la Fundación Sales, conformando una red científica que permitió sostener el proyecto durante décadas.
Este discípulo del premio Nobel argentino Luis F. Leloir y, en su juventud, del Nobel francés François Jacob, es quien dirigió desde hace más de 35 años el equipo científico que logró la vacuna terapéutica, culminando un proyecto que comenzó a finales de la década de 1980.
Pero ante todo, estamos ante la posibilidad que la terapia celular de estas características sea desarrollada totalmente en nuestro país, y eso fortalece la soberanía científica y tecnológica, además de demostrar la capacidad que tenemos para sostener proyectos de largo plazo con impacto clínico real. Así, la ciencia argentina alcanza un logro histórico y abre el camino para futuros desarrollos que continúen fortaleciendo la lucha contra el cáncer.
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