OPINIÓN
Ha quedado la imagen de una recomposición de vínculos con Washington en el gobierno de Menen. Pero hubo una anterior. Poco se recuerda el antecedente de octubre de 1962 cuando Argentina fue el único país latinoamericano que participó de las operaciones conocidas como la crisis de los misiles
En varias notas hemos abordado las relaciones entre nuestro país y los Estados Unidos, que durante mucho tiempo fueron distintas a las de otros países iberoamericanos por razones geográficas y económicas como son la distancia o las vinculaciones con Europa durante todo el proceso de modernización de la Argentina en la búsqueda de inversiones y financiamiento y en materia comercial por ser ese continente hasta hace pocas décadas el principal destino de nuestras exportaciones.
Las inversiones de empresas estadounidenses se inician poco antes de la primera guerra mundial con la adquisición de frigoríficos de capitales ingleses y en la década del veinte con la instalación de plantas de montaje de automóviles que ganaron las preferencias del público sobre las marcas europeas. En la década del treinta con el proceso de sustitución de importaciones, secuela de la crisis estallada en 1929, llegan al país inversiones de empresas de los Estados Unidos en industrias y también en petróleo. Son los años de la relación “triangular” entre Argentina, Estados Unidos y el Reino Unido en el que vendíamos más a los británicos, pero las importaciones se adquirían en la potencia norteamericana.
Hubo una diferencia en las relaciones con esos países. Las relaciones con los ingleses fueron de carácter privado, empresarios, banqueros, inversionistas, comerciantes, hacían negocios en la Argentina como la construcción de ferrocarriles y su operación sin injerencia del Reino Unido como gobierno. Recién en las crisis del noventa que estuvo por hacer quebrar al banco Baring Brothers hubo una intervención que consistió en el rescate promovido por el Banco de Inglaterra preservando de esa manera la fortaleza del sistema financiero de Londres.
En la primera guerra mundial, a través de los puertos del Reino de Holanda y de Dinamarca se exportaron cereales al Imperio Alemán desde nuestro país, aprovechando que esos estados, linderos a Alemania, eran neutrales. Esto desmiente el mito de una dependencia en las decisiones de los gobiernos argentinos de los intereses británicos y de su control del comercio exterior, ninguna de las grandes compañías exportadoras de cereales, eran de capital inglés.
En ese conflicto en cuanto los Estados Unidos ingresaron a la guerra en 1917 iniciaron presiones para que la Argentina rompiera relaciones con los Imperios de Alemania y Austria Hungría como la reiteraron en la segunda guerra.
Ha quedado la imagen de una recomposición de vínculos con Washington en el gobierno de Menen. La participación destructor Almirante Brown y la corbeta Spiro en las operaciones bélicas de la primera guerra del Golfo integrando la coalición que recuperó la independencia de Kuwait fue un gesto fuerte hacia Estados Unidos. Pero hubo una anterior.
Poco se recuerda el antecedente de octubre de 1962 cuando se produce la crisis de los misiles por la instalación en Cuba de plataformas de lanzamiento de misiles soviéticos y el bloqueo que ordena el presidente Kennedy. El gobierno argentino resolvió participar del bloqueo y otras acciones como una operación terrestre en Cuba.
La guerra fría estaba en su apogeo; en 1961 se levanta el muro de Berlín para impedir que la población de Alemania Oriental siguiera emigrando en masa hacia Alemania Occidental huyendo del totalitarismo comunista y sus fracasos económicos
En los Estados Unidos había alarma por algunos éxitos rusos como fue el lanzamiento del primer satélite artificial y el envío de un cohete a la Luna que impactó en su superficie. En la campaña electoral Kennedy sostenía que su país esta rezagado en materia de Defensa. No era cierto, los Estados Unidos ya contaba con mil misiles intercontinentales frente a menos de diez de la URSS.
En nuestro país el 29 de marzo cayó el gobierno de Frondizi como consecuencia del triunfo del peronismo en la provincia de Buenos Aires y una relación deteriorada del presidente con los mandos militares y sectores civiles que veían en su gobierno complicidad con el gobierno cubano, algo inexacto. El gobierno argentino buscaba evitar que Cuba fuera satélite de la URSS.
Gobernaba el presidente José María Guido, el presidente provisional del Senado condicionado por las fuerzas armadas. En septiembre de 1962 tuvo lugar un enfrentamiento entre sectores del ejército muy duros con el peronismo y otro, el triunfante, que buscaba formas de integración en una suerte de peronismo sin Perón.
Luego del triunfo del sector Azul del ejército asume la cancillería el doctor Carlos Muñiz, que crea en su cargo el ISEN, el instituto de post grado que forma los funcionarios del servicio exterior argentino. El canciller y las fuerzas armadas deciden participar del bloqueo para dar una señal clara de alineamiento argentino en la guerra fría.
Se envían dos destructores el ARA Espora y el ARA Rosales que zarpan a fines de octubre con la misión de sumarse a la flota estadounidense en el patrullaje de las Antillas. Estos navíos emprenden el regreso con el fin del conflicto.
También en la hipótesis que tendría lugar una acción terrestre en Cuba se entrena una brigada integrada por tres mil efectivos para sumarse a esas operaciones en caso de concretarse.
Argentina fue el único país latinoamericano que participó de las operaciones conocidas como la crisis de los misiles.
LOS ANDES
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