CULTURA
Hoy cumple años el gaucho que describe en sus obras esa profunda conexión con la vida del campo, la denuncia social y la reivindicación de los sectores populares olvidados
Se llama José Teodoro Larralde Saad, nació en Huanguelén, el 22 de octubre de 1937, lo conocemos todos simplemente como José Larralde, reconocido cantautor y poeta argentino que se destacó en la milonga campera, en la música popular argentina.
Gaucho, gauchazo que describía en sus obras esa profunda conexión con la vida del campo, la denuncia social y la reivindicación de los sectores populares olvidados.
Su padre era don José Larralde Iribarren Machicote Berrotagaraicoechea, era un inmigrante vasco navarro oriundo de Aranaz (España), que llegó a Argentina en 1918 a la edad de 14 años. Tras trabajar como boyero en un tambo de Avellaneda, cerca de la ciudad de Buenos Aires se estableció como peón rural en la estancia San Lorenzo, en Huanguelén, donde conoció a quien sería su esposa, Bibiana Saad, hija de inmigrantes árabes del partido de General La Madrid.
Su padre, luego de perder el trabajo en la estancia, se dedicó junto a su familia al comercio informal de chatarra y artículos de segunda mano. Era un hogar muy pobre, pero rodeado del cariño familiar.
José se familiarizó con las tareas del campo y desarrolló una profunda conexión con la naturaleza y el paisaje rural que lo rodeaba. Un día, alguien les regaló una vieja guitarra junto a una cocina en desuso. Ese instrumento se convirtió en el juguete y pasión preferida de José, quien a los 7 años comenzó a componer sus primeros versos, manifestando una inclinación innata hacia la poesía. Sus composiciones, de carácter crítico y observador, reflejaban los oficios, personajes y situaciones que encontraba en su entorno, retratando con autenticidad y crudeza la realidad cotidiana del ámbito rural.
A los 11 años aprendió a tocar las notas de una milonga en esa guitarra regalada. En sus ratos libres, mientras realizaba diversas labores en el campo familiar, solía interpretar sus propias letras.
El año 1966 marcó un punto de inflexión en la carrera de José Larralde, gracias a su encuentro con el reconocido cantor folclórico Jorge Cafrune (1937-1978), de 29 años, como Larralde. Este encuentro fue propiciado por José Dip, vecino de Larralde en Huanguelén, quien mantenía vínculos con Cafrune. Larralde, anhelando conocer al famoso cantor, le pedía frecuentemente a Dip que se lo presentara. Finalmente, durante un asado familiar en casa de su tío Eduardo Saad, Dip cumplió el deseo de Larralde y le dio la oportunidad de mostrarle a Cafrune algunas de sus composiciones.
Cafrune, impresionado por la calidad y profundidad de los temas, con letras que reflejaban la vida rural y las injusticias sociales, le pidió a José Dip que al día siguiente llamara al músico folclórico Hernán Figueroa Reyes (1936-1973), de 30 años de edad, quien era director de grabaciones de CBS, porque deseaba incluir algunos de los temas escuchados en su disco en preparación, editado en 1967, titulado Jorge Cafrune. Así decidió incluir dos canciones, «Permiso» y «Sin pique», en su próximo disco para el sello CBS Columbia. A pesar de algunos contratiempos iniciales con la compañía discográfica, las canciones de Larralde lograron formar parte del álbum Jorge Cafrune, editado en 1967. Este hecho significó la primera oportunidad para que el trabajo del hasta entonces desconocido Larralde trascendiera a un público más amplio y comenzara a ganar reconocimiento en el ámbito de la música folclórica argentina.
El apoyo inicial de Jorge Cafrune y su generosidad al difundir las primeras obras de Larralde, junto a su deseo de dar a conocer su talento, fueron fundamentales para abrirle las puertas del éxito y dar inicio a una prolífica carrera discográfica, retratando oficios, situaciones y personajes que se cruzaron en su camino. Además de dedicarse a la composición y al canto en aquel momento también realizó trabajos de albañil, mecánico, trabajador rural, tractorista y soldador, y prosiguió trabajando mientras realizó sus primeras grabaciones.
La carrera discográfica de José Larralde comenzó en 1967 (en que grabó el primero de veintiocho discos editados en la Argentina, sin contar reediciones y compilados) con el lanzamiento de su primer álbum, titulado Canta José Larralde, bajo la empresa discográfica RCA Victor. Este debut marcó el inicio de una prolífica trayectoria que lo llevaría a grabar más de 30 producciones de larga duración a lo largo de su vida.
La obra de José Larralde se caracteriza por una marcada sensibilidad social y una preocupación constante por las realidades de los sectores populares y rurales. Sus letras reflejan las vivencias, las luchas y las aspiraciones de los trabajadores, los campesinos y los marginados, convirtiéndose en un vehículo de expresión para aquellos que a menudo carecen de voz en la sociedad.
Su compromiso con la justicia social y la defensa de la dignidad humana se manifiesta en la temática de sus canciones, que abordan cuestiones como la explotación laboral, las desigualdades económicas y la marginación social. Larralde no rehúye la crítica a las estructuras de poder y las injusticias del sistema, convirtiendo su música en un instrumento de denuncia y reivindicación.
Su autenticidad y coherencia entre su discurso artístico y su vida personal le han valido el respeto y la admiración de un amplio público que se identifica con sus valores y su postura crítica frente a la realidad social.
Larralde ha mantenido una independencia artística notable, evitando los circuitos comerciales masivos y los grandes festivales. Su compromiso con la verdad y su fidelidad a las vivencias del pueblo argentino lo han convertido en un referente de la música popular comprometida con la transformación social.
En 2022, Larralde reveló en una entrevista que su canción "Quimey Neuquén" fue utilizada en el capítulo final de la aclamada serie estadounidense Breaking Bad. Si bien se mostró sorprendido por la elección de su música en una producción internacional, también expresó con humor que no recibió ninguna compensación económica por su uso, atribuyéndolo a la falta de convenios entre Argentina y Estados Unidos en aquel año.
Permiso dije al dentrar y al permiso me lo han dao
Rispeto al que me ha invitao y agradezco su amistad
Y aura que voy a cantar ya que el turno me ha tocao
Quiero dejar aclarao pa que no haya resquemores
Mis versos son mis dolores en seis cuerdas enredaos
Nunca canto por cantar porque mi verso es sagrao
Soy bruto como un arao cuando digo una verdad
Naides se crea capaz de hacer callar mi garganta
Soy un sureño que canta y aunque no soy el mejor
En la mano tengo flor el truco ni me hace falta
Atajen atajadores soy rebenque deslonjao
Sólo el cabo me ha quedao sin tiento ni pasadores
No me meto entre las flores porque soy yuyo espinudo
No me arrimo al cogotudo, de sus favores me aparto
De promesas ya estoy harto, si es por él vivo desnudo
Sé que me van a decir que esto ya lo dijo alguno
Y que soy medio ovejuno y me acoplo en el sentir
Pero les debo advertir que son muchos los que sienten
Y se callan de prudentes o por temor a la biaba
Y comen en las yerbeadas churrascos de agua caliente
Soy un pájaro que canta soy hijo del sentimiento
Juro que palo que siento me está faltando garganta
Soy tigre que no se espanta ante la vida o la muerte
Soy guasca sobada a diente soy de la lanza la punta
Soy potro que no se junta con los domao a palenque
Dicen que soy mal hablao porque miro y no me callo
Busco respuesta y no la hallo, diganmen si estoy errao
Soy un perro abandonao tan sólo por ser altivo
Ser decente es mi castigo y de gritarlo me empacho
He pecao por ser macho pero nunca por ladino
Y no le pido perdones por que es falsear en cumplido
Son verdades las que digo, aguanten si son varones
Me quedan muchos botones prendidos del tirador
No son de plata ni son de esos que el oro los baña
Tampoco tienen lagañas son enjuagaos a sudor
He tranqueao muchos caminos buscando el menos poceao
Pero al fin he comprobao que el mío tiene un destino
Soy demasiao argentino paque me vengan con cuentos
Mi pampa la llevo adentro y he llevarla hasta que muera
Seré horcón de una cumbrera de patria y hombres contentos.
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