HABLEMOS DE FÚTBOL

HISTORIAS

Para eso, solo tenés que llevar en la sangre la misma pasión que tiene el hincha y escuchar los cánticos tribuneros, esa música que arrulla tus oídos

Por Walter R. Quinteros

En la película El Hincha de 1951, Enrique Santos Discépolo se preguntaba: "¿Para qué trabaja uno si no es para ir el domingo y romperse los pulmones en las tribunas hinchando por un ideal? ¿Qué sería de un club sin el hincha?, ¡seria una bolsa vacia!". "El hincha es el alma de los colores, ese que no se ve, ese que da todo sin esperar nada, ese es el hincha… ese soy yo". Dice emocionado.

Daniel Salzano nos decía "...no somos otra cosa que un conjunto de perfumes, sensaciones y recuerdos, y la única verdad que prevalece es la música de las palabras al evocar un gol que seguramente comenzó a gestarse hace miles de años...".

Los argentinos vivimos en un país, donde se habla de fútbol, a toda hora, en el café, en la plaza, en el trabajo, en la escuela, en un velorio, y mientras esperás el colectivo.

Para hablar o escribir de fútbol, no hace falta ser académico en Letras, Lenguas, Literatura ni puntos y comas, menos en diptongos y hiatos. No, para nada, solo tenés que llevar en la sangre la misma pasión que tiene el hincha y escuchar los cánticos tribuneros, esa música que arrulla tus oídos.

El maestro, escritor y periodista Rodolfo Bracelli supo preguntar son sagacidad: "¿Qué otro suceso humano permite espejar, como el fútbol, nuestras conductas y desconductas, nuestros sentimientos y resentimientos?". 

El periodista Marcos Villalobos autor de "El Pase y otros relatos olvidados", supo escribir una nota en Perfil donde buscaba autores cordobeses que hablen de fútbol: En lo que respecta a cuentos, dice haber encontrado "Jugar a la pelota", del periodista Gabriel Morfini. Las otras antologías que pudo encontrar son: "Devuelvan la pelota", de Sebastián Ramia, y una selección de cuentos que hizo el Instituto Goethe en el 2005 llamada “Once al área”, que tiene autores como Omar Hefling, Jorge Nahum, Julio Moya, entre otros.

El exfutbolista Germán Panichelli tiene en el género novelas a: "Mi Barcelona", anteriormente editó "El Caso Marino" y "30 días en el Infierno". La otra novela cordobesa con temática futbolera es "La liga de Pocho", una historia coral publicada en el 2013 por Juan Pablo Cossutta, Marco Diani, Gabriel Lencina y Sebastián Paladini, editada por Recovecos.

Tanto en Spotify como en YouTube, en el canal Relatores, encontramos a Alejandro Apo, periodista y comentarista especializado en fútbol,  que nos relata cuentos acompañados por un desarrollo visual y sonoro particular en el que se disfruta de un vaivén entre el contador de historias y el arte ambiental desplegado. Y aparecen: Fontanarrosa, Sacheri, Dolina, Hecker, García Lao, Saborido, Benedetti, Manauta, Galeano, Soriano, Cross, Piñeiro, Lojo, Giardinelli, Scher, Braceli, Casciari y Arlt.

Dice el sitio tierraunder, que es hermoso e indispensable verlo narrar a Apo los cuentos futboleros de su selección, de su biblioteca personal. Esos relatos, con su recorrido intenso, emocional y minucioso, eleva a los oyentes a los territorios mágicos de la escucha fascinante: Apo sabe que interpretar un cuento es producir un encuentro entrañable entre el cuento, el cuentista y cada uno de nosotros.

Volvemos a la obra maestra de Daniel Salzano, que tituló "Willington": Hacés grandes esfuerzos pero, por más que lo intentás, no conseguís precisar los detalles más obvios de la gesta. No te acordás, por ejemplo, si el partido se jugaba a la luz del Sol o de la Luna y tampoco quién era el adversario. Lo único que recordás con nitidez es que Daniel Willington retrocedió dos pasos, que onduló su pesado perfil de dandi provinciano y que en el mismo instante en que pateó, levantó los brazos como un emperador y saludó por anticipado en dirección a la tribuna popular. Sacudida por una descarga eléctrica, cuya intensidad hubiera servido para nivelar el déficit de Epec, la pelota recorrió los 40 metros que la separaban del arco, atravesó con la gracia de un delfín la línea que separa la gloria del fracaso y al clavarse en el rincón de las arañas, desencadenó un huracán de fuegos artificiales. Desde entonces, en el mundo han triunfado revoluciones y golpes de Estado, han entrado en erupción volcanes fabulosos y han caído vastos imperios con todo lo clavado y lo plantado. El gol de Daniel Willington, sin embargo, continúa siendo eterno. Lo corrobora una encuesta publicada por el diario, una encuesta empeñada en determinar cuál ha sido en la historia de la ciudad su deportista más iluminado. El resultado no ofrece dudas. Primero, Willington; después, nadie. Y después, nuevamente Daniel Willington. En realidad, no somos otra cosa que un conjunto de perfumes, sensaciones y recuerdos y la única verdad que prevalece es la música de las palabras al evocar un gol que seguramente comenzó a gestarse hace miles de años, cuando Homero decía que a los dioses tanto se llegaba a través de la oración como siguiendo el vuelo de la flecha de un atleta.

No creo equivocarme, pero ya se cumplieron 50 años de aquel gol.

En el fútbol hay líderes: Las exigencias para los líderes o aquellos que pretendan liderar un club son muchas, pero hay una condición que se les requiere, Siempre la hinchada esperará y exigirá más que nunca que sean sensibles, que tengan la capacidad de escuchar con naturalidad a sus deseos y necesidades que les bajan desde la tribuna.

A los líderes, no se les requiere que tengan todas las respuestas, sino la capacidad de formular la palabras más potentes. Y esa potencia en cada palabra es para que se busquen las mejores soluciones dentro del campo de juego. Se resume en las arengas, y para arengar es necesario tener mucha fortaleza, mando, grandeza y sensibilidad.

Nos contaba Claudio Avruj que alguien, en las redes sociales se tomó el trabajo a partir de la película El Hincha, de definir las leyes que deberíamos hacer propias como máximas: "Nada va por encima de los colores, nunca perder las convicciones, siempre sacar buenas conclusiones, nunca se abandona".

Para cerrar, voy a publicar un poema de los cientos que hay, y que hablan sobre el fútbol, y que está escrito por una mujer, se trata de Blanca Varela, poetisa peruana que nos dejó allá por el 2009:  "Fútbol"

Juega con la tierra 
como con una pelota

báilala
estréllala
reviéntala

no es sino eso la tierra
tú en el jardín
mi guardavalla mi espantapájaros
mi atila mi niño

la tierra entre tus pies
gira como nunca
prodigiosamente bella.





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