OPINIÓN
Show us the money, Scottie. El crucero del horror
Por SEÚL
El nuevo descalabro político del Gobierno tiene como protagonista a José Luis Espert, ex amigo, ex enemigo y después otra vez amigo del presidente Milei. El caso empezó el domingo, cuando el intachable y jamás de defensor de corruptos Juan Grabois denunció que Espert había recibido en 2020 un pago de 200.000 dólares de un señor llamado Fred Machado, investigado por lavado de dinero del narcotráfico y preso en una mansión del paraíso patagónico de Viedma, a la espera de que lo extraditen (o no) a Estados Unidos. La Nación publicó anoche más rastros sobre la existencia de la transferencia.
Espert fue el miércoles a defenderse a la televisión , pero se negó a responder las preguntas simples y amigables de los periodistas. “No voy a entrar en el juego de Grabois”, respondía cada vez que se le pedía algún detalle. Anoche publicó un video en sus redes donde admitió el pago de las 200 lucas pero las atribuyó a un trabajo profesional posterior a la elección de 2019 (el timing de esto parece ser verdad) con una minera guatemalteca vinculada a Machado y explicó que los fondos siempre estuvieron declarados ante el Estado. “Pude haber sido ingenuo, pero delincuente, jamás”, se autoflageló.
La relación de Espert con Machado se conoce desde hace años (la novedad es la transferencia), incluso desde antes de que fuera candidato a senador por Juntos por el Cambio en 2023. Dada esta situación, que podría terminar con Espert fuera de la lista bonaerense para diputados nacionales de La Libertad Avanza (que hasta hoy encabeza: su fotito está en la nueva boleta única y ya no habría tiempo para cambiarla), no nos queda más que aplaudir, aunque sea resignadamente, el oportunismo y la efectividad con la que siguen trabajando el agente Rodolfo Tailhade y la máquina denunciadora del ex Instituto Patria (nuevo domicilio: San José 1111): Spagnuolo tres semanas antes de las elecciones bonaerenses, Espert tres semanas antes de las legislativas nacionales. Chapó. Al lado de Tailhade todos los demás operadores somos meros amateurs.
Habrá que ver ahora si el calvo economista punitivista, otro personaje surgido a la política de los canales de cable, antipático por vocación, logra esquivar, siguiendo su frase más famosa, la cárcel y la bala (política).
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La semana pasada el dólar volvió a meterse en la banda y el alma nos volvió al cuerpo gracias a las promesas sobre el Bessent. Lo que pide el amigazo de Scottie esta vez no es lo que solía faltar (equilibrio fiscal) sino lo que solía sobrar (diálogo y consenso). Entonces esta semana había que demostrar que nos pusimos a hacer los deberes.
El ala política del Gobierno —si somos compasivos y admitimos que tal cosa existe— ensayó gestos de acercamiento con algunos gobernadores, algo que también reclamó el FMI. El Javo se tomó un rivo para mantener la compostura y no enojarse con los mandriles. Para hoy se espera incluso el regreso de la cumbre de las milangas entre los firmantes de Acassuso. La pastelera se guardó la manga y el relleno y del Mago del Kremlin ni noticias.
Pasa que lo que el mercado quiere sí que es lo de siempre. Plata quiere, qué va a querer. Y en moneda dura la quiere, o acaso ustedes no se pusieron a dolarizar la que tenían haciendo carry, chinwenwenchas . Por eso ayer fue un día divertidísimo para apreciar lo nervioshos que nos ponemos.
A la mañana temprano tuiteó Bessent, bonos arriba y riesgo país abajo. Un poco más tarde Bessent habló con CNBC y aclaró que en verdad nos quiere mucho a los argentinos, pero sólo como amigos. Bonos muy abajo y riesgo país muy arriba. Ya entrada la tarde, apareció el Toto y dijo que se va hoy mismo viajando a Washington a swapear tasa para hedgear riesgo. Otra vez los bonos arriba y el riesgo país abajo.
Cierre de la jornada financiera con final feliz. Una rueda menos contra el siempre difícil mercado. Hasta las elecciones son todas finales y hay que ir paso por paso.
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De todas las performances propalestinas que presenciamos los últimos dos años, seguramente la de la flotilla Global Sumud sea la más delirante e hipócrita. Un grupo de 40 embarcaciones con unas 500 personas de distintos países salió de varios puertos europeos con la excusa de llevar ayuda humanitaria a Gaza, pero con el objetivo de hacer ruido y victimizarse apenas Israel procediera a impedirles la llegada.
Entre los tripulantes más célebres está la inefable Greta Thunberg, que saltó sin solución de continuidad del activismo climático al palestino. Greta ya había zarpado hacia Gaza a mitad de año, sólo para lograr una foto que se convirtió en meme: una soldado israelí dándole un sándwich, que ella observaba sonriente y famélica. Cuando fue entrevistada a su vuelta en el aeropuerto de París, le preguntaron si había sido maltratada y ella dijo que había recibido un trato “deshumanizante”, sin dar más detalles.
El drama de la guerra en Gaza no es joda. Todavía hay 48 rehenes israelíes en manos de Hamás (no se sabe cuántos están vivos) y la región está arrasada, como ocurre siempre que hay una guerra. Los adultos del mundo están buscando la manera de terminar con esto: el lunes, el presidente de Estados Unidos Donald Trump presentó un plan de paz con 20 puntos , que fue aceptado ya por Israel y varios países árabes como Egipto, Qatar y Jordania, nada menos. El propio presidente de España, Pedro Sánchez, que no se caracteriza precisamente por tenerles simpatía a Benjamin Netanyahu y a Trump, vio con buenos ojos el plan y hasta le dijo a los de la flotilla que se dejen de joder.
Pero ellos siguieron de fiesta, sacándose selfies y flasheando desembarco en Normandía, hasta que ayer Israel interceptó los buques, como quien baja de una mesa por enésima vez a un gato que está molestando. Acá una representante cabal del izquierdismo descerebrado, la insufrible Myriam Bregman, posteó: “Israel está por interceptar a la Flotilla que lleva ayuda a Gaza. Es una situación muy peligrosa. Tenemos compañeros y compañeras allí. Nuestra preocupación es extrema”.
El acting extorsivo es conocido, pero es difícil acostumbrarse. Damos un ejemplo con este posteo que tiene 15 mil likes y 5 mil rt: “Israel además de secuestrar a Greta Thunberg hoy, junto a ella iban cuatro argentinos que el ejército israelí también secuestró: Ezequiel Perissini, Nicolas Calabrese, Carlos Bertola, y Celeste Fierro”. El uso de la palabra “secuestro” cuando hay efectivamente 48 secuestrados hace 726 días, tres de ellos argentinos, es particularmente siniestro.
(Revista SEÚL)

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