OPINIÓN
La señora Jeannete Jara -la comunista chilena que cree que será presidente y que adelantó que Milei va a “tener que hablar con esta zurda de mierda”

La señora Jeannete Jara acaba de producir unas declaraciones que nos entregan varias definiciones acerca del comunismo, de lo que es el comunismo y de los que son los comunistas.
La señora Jeannete Jara -la comunista chilena que cree que será presidente y que adelantó que Milei va a “tener que hablar con esta zurda de mierda”

Por Carlos Mira
Casi divertidamente cuando, con toda lógica, se le preguntó como podía solazarse con su iPhone siendo comunista, dijo “tengo mi patrimonio, me ha ido bien, estoy contenta, tengo mi patrimonio. ¿Saben por qué? Porque he trabajado harto, me he esforzado y lo he logrado juntar y, contrario a lo que algunos piensan, a los comunistas no nos tiene que ir súper mal en la vida, también tenemos derecho a tener iPhone y tengo mi patrimonio”.
En una frase de tan solo 57 palabras la Sra Jara nos entrega un festín de confesiones, sincericidios y contradicciones.
Vayamos por partes.
La señora utiliza en varias oportunidades el verbo “tener” (y con más precisión, “tener” como fruto del trabajo). Muy bien. El pequeño problema consiste, Sra Jara, en que el comunismo desconoce el derecho individual de propiedad, por lo tanto, en el sistema de ideas que usted defiende NO SE PUEDE “TENER”, y menos aun se puede “tener” cuando el “tener” es el resultado del TRABAJO PROPIO, porque el comunismo no acepta la idea del progreso en base al trabajo individual sino que presenta una versión COLECTIVA de la vida en donde una nomenklatura de jerarcas CONFISCA, justamente, el fruto del trabajo de todos para luego -teóricamente- repartirlo en partes iguales entre las personas que conforman el colectivo.
De modo que usted no puede justificar sus tenencias bajo la perspectiva de sus ideas porque bajo la perspectiva de sus ideas, usted no podría tener pertenencias y menos pertenencias que provengan de su propio trabajo. En SU sistema usted, a lo sumo podrá “tener” lo que la nomenklatura le asignó, pero no el producido directo de su esfuerzo.
Así que no venga aquí a florear su “trabajo” y su “esfuerzo” porque esos son méritos solo valiosos y mostrables en un sistema que los meritúa como justificaciones suficientes para respaldar las propias pertenencias.
Usted pudo tener “patrimonio” (palabra que, en una frase de 57 palabras, usted menciona tres veces) porque vivió en un sistema que reconoce el derecho individual a la propiedad. Pero si Chile hubiera vivido bajo la dictadura del proletariado que usted defiende, usted no tendría derecho a tener nada y menos aun algo que esté en relación directa con y sea el producto de, su esfuerzo personal.
Otra interesante conclusión que nos regala esta impresentable es la tácita confesión de que bajo el comunismo que ella espera liderar, personajes como ella (que integren la jerarquía del régimen, esto es, que sean sus jerarcas) SÍ podrían tener patrimonio (resultado de la exacción mayoritaria que harían luego de operar la confiscación de los bienes bien habidos de la gente que los consiguió con su “trabajo harto” [sic]) Los que no podrían tenerlo son los ciudadanos rasos a quienes esas tenencias se les quitarían para ser “repartidas” en el conjunto.
Dada la candorosa confesión de la Sra Jara podríamos colegir que esa “distribución” se haría LUEGO de que los jerarcas hubieran robado para sí mismos la parte del león de aquella riqueza cuyo goce les niegan a los ciudadanos comunes.
De los dichos de esta impresentable parecería surgir otra asombrosa incongruencia ella habla de que ha trabajado mucho y de que ha podido “juntar” lo que tiene. Eso habla de que le está adjudicando algún valor a su esfuerzo propio por encima del que puede haber hecho su vecino. Pues bien, señora, sepa que para el comunismo esas diferencias son un anatema y no cuentan: allí el esforzado y el vago reciben la misma ración que la nomenklatura decidió adjudicarles. Pero eso aquello de que “tengo porque me esforcé” no es un principio al que pueda apelarse en el comunismo que usted defiende.
Otra cuestión interesante que surge de las declaraciones de la sincericida chilena es que ella da por descontado que los que predican un determinado conjunto de ideas y buscan la destrucción de los sistemas que responden a las ideas que ellos odian, es que ellos pueden usufructuar las ventajas de los productos que son el típico resultado de la inventiva creadora que aflora en los sistemas que ellos quieren destruir.
Así, el iPhone es el epitome que resume las potencialidades del capitalismo que al reconocer, justamente, la propiedad sobre el fruto del trabajo propio incentiva a las personas a crear, inventar y producir todas las maravillas que prácticamente el mundo entero conoce hoy.
Sostener un conjunto de ideas que mata la inventiva individual pero usufructuar los productos que generan las ideas que la estimulan es una contradicción en los términos que no resiste el menor análisis.
Si la Sra Jara sostiene la superioridad técnica, moral, y de resultados del comunismo por sobre el capitalismo liberal, pues ella deberá manejarse con los productos que es capaz de generar ESA idea. Si es tan genial, seguramente le irá mejor que a mi, por ejemplo, que creo todo lo contrario.
Así, si el comunismo no puede producir iPhones (porque naturalmente expulsa a las mentes diferentes que podrían crearlos) entonces quienes crean en esos sinsentidos deberán conformarse con hablar con dos latas vacías de atún (si es que las tienen) unidas por un hilo.
Pero disfrutar de los productos que produce la idea que le reconoce a las personas la propiedad del fruto de su trabajo o de sus creaciones, cuando ella trabaja para destruirla, define una calaña moral no ya ideológica sino personal respecto de la que hace falta agregar muy poco para saber la catadura ética que tiene el personaje del que hablamos.
Entonces, resumiendo, Sra Jara: si usted es comunista sepa que no puede hablar ni de “tener”, ni de “patrimonio”, porque esas son palabras incompatibles con el conjunto de sandeces (que usted llama “ideas”) comunistas que parten, justamente, de la base de que en el comunismo nadie “tiene” porque en el regimen el derecho individual a la propiedad no está reconocido.
Obviamente como no hay propiedad no puede haber patrimonio. De modo que usted se esta jactando de una posición a la que le permitió llegar el hecho de vivir en un país en donde se reconocen los derechos que usted combate: la definición por antonomasia de la contradicción y de la hipocresía.
Señora, usted no es una “zurda de mierda” por ser comunista: usted es una mierda porque es una embustera, una hipócrita, una inmoral y una demagoga que aspira a robar el fruto del trabajo ajeno para, primero, quedarse para usted y sus secuaces con la mayor parte, y, luego, para hacerse la Reina Maga distribuyendo las migajas remanentes entre un pueblo hambriento al que su régimen le cercena el derecho de ganarse la vida solo.
Sería una verdadera pena que Chile optara por usted; por alguien que abiertamente confiesa que está dispuesta a usufructuar para sí los beneficios de la idea que combate al mismo tiempo que propone abrogarle esos goces al pueblo del cual se valió para ascender.
Ojalá la voluntad popular la ponga en el lugar que merece: en el lugar de los mentirosos e hipócritas de mierda.
The Post
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