LA CALAMIDAD PERONISTA

OPINIÓN

Escribir la columna de hoy me produce sensaciones encontradas. Ambas malas. Una me produce directamente vergüenza; la otra (si quisiera tomármelo con humor) me produce risas de incredulidad

Por Carlos Mira

En un momento en que el Senado de la Argentina tuvo la irresponsabilidad (llevado de la mano de un especulación política de lo más rastrera como es la de poner en dificultades al gobierno mas allá de que eso produzca un daño general a la población) de votar un aumento del gasto de más de un punto del producto sin informar de donde piensan sacar la plata, los mismos impresentables de Unión por la Patria que se sientan en esas bancas no tuvieron mejor idea que presentarle a la presidente del cuerpo una moción para que disponga lo necesario para que los policías de calle que prestan servicio en la zona NO PUEDAN utilizar los baños públicos del Congreso.

De vuelta: que señores que ganan fortunas de mas de 10 millones de pesos por mes pagados con el esfuerzo de los bolsillos más pobres de la Argentina, tengan como objetivo prohibirles el uso del baño a otros argentinos que ganan 800 mil pesos y que ponen en riesgo su vida todos los días en la calle (incluso en algún caso para protegérselas a ellos) te produce una sensación de asco y vergüenza equiparable con muy pocas cosas. La otra opción es que te dobles de la risa creyendo que todo es una broma de mal gusto.

Pero no lo es.

Esta es la misma gente que se llena la boca con la palabra PUEBLO pero que, a la hora de tomar decisiones, solo utiliza a la gente como mercadería de su especulación política, tal y como fue el caso de los jubilados, los discapacitados y de las lamentables víctimas de las inundaciones de Bahía Blanca que no fueron -hace 10 días- más que una excusa para empiojarle el escenario económico al presidente en un chantaje político típico de quien viene.

Aclarábamos arriba que, específicamente, esta fue una idea de los senadores PERONISTAS Oscar Parrilli, Silvia Sapag, Antonio Rodas, Cristina López, Carlos Linares, Sergio Leavy, María Eugenia Duré y Gerardo Montenegro. Otros senadores, en cambio, como Carolina Losada por ejemplo, pusieron a disposición incluso su baño privado para los policías de calle pudieran usarlo.

El peronismo no pierde oportunidad de demostrar lo que es a cada paso de la vida: una basura convertida en una estructura política diseñada para engañar a la gente, hacerle creer que está tratando con ciudadanos con vocación de ser servidores públicos y, en realidad, aprovechar su llegada al poder para enriquecerse y vivir una vida bien distinta a la de aquellos a los que logró engañar.

Para completar el cuadro del ridículo, la frutilla del postre que falta sería que alguno de estos innombrables intentara ensayar algún tipo de explicación a esta barrabasada apoyado en el segregacionista argumento de “las fuerzas represivas” o cuestiones por el estilo, de las cuales también vivieron (y algunos siguen haciéndolo) durante décadas sin importarles fomentar el odio y el desasosiego entre argentinos.

No hay calibre que pueda medir la dimension de estas basuras: ¡¡¡PROHIBILE EL ACCESO A UN BAÑO PÚBLICO DE UN EDIFICIO MANTENIDO CON EL ESFUERZO DE TODOS LOS ARGENTINOS A LOS POLICÍAS DE LA CALLE!!! Me repugna el solo hecho de describir la pretensión.

Mientras una porción electoralmente decisiva de la sociedad (mucha de ella que comparte con los policías el denominador común de ser trabajadores de ingresos muy bajos) siga votando a esta inmundicia, el país estará condenado a ser como el peronismo: una especie de mierda con el nombre de “partido politico”.

Es INELUDIBLE que la Argentina saque al peronismo del poder residual que aun conserva: en el Congreso, en las Legislaturas provinciales, en las gobernaciones… Es un deber de primera magnitud de la sociedad el de desembarazarse de esta calamidad cuanto antes.

Ayer el enano fascista que hace las veces de gobernador de la provincia de Buenos Aires se desgañitaba gritando que la libertad que persigue Milei es la libertad para los millonarios que, como tienen plata pueden tener lo que quieren cuando quieren, incitando -naturalmente por enésima vez en la historia de esta mierda conocida como “movimiento”- al odio de clases y al resentimiento entre argentinos.

Quienes a esta altura no hayan advertido que los MILLONARIOS SON ELLOS y que los millones no los hicieron trabajando sino robándolos de los bolsillos de argentinos a los que previamente engañaron con populismo y demagogia, es porque no se quieren dar cuenta, porque no lo quieren advertir: es gente que podes traerle como evidencia el revolver aun humeante por el disparo asesino y lo van a seguir negando. Todo esta perdido con ellos. Lo único que falta saber con certeza (para tener una idea sobre si el país tendrá o no soluciona algún día) es cuántos son.

Quizás las próximas elecciones sean un primer paso para ir develando ese misterio.

The Post




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