EDITORIAL
No tendremos tiempo para verlos crecer

Por Walter R. Quinteros
Los pibes se nos van. Como esos versos que no podemos recordar.
Y entonces salen otra vez los buscadores de talentos, asi como anda el autito de Google Maps, ellos andan pispeando por los recreos de las escuelas, por los baldíos, por las escuelitas de fútbol, por los campeonatos infantiles. Al primer pibe que no deje picar la pelota, a ese que ya sabe que va a hacer con ella antes que le llegue a su humanidad, los tipos les caerán a los padres en bandada y con contrato sellado y firmado, les darán las manos, los invitarán a comer y los entretendrán con frases como esa que el fútbol argentino anda escasos de nuevos valores. Mientras tanto, el médico lo revisará y con el visto bueno, le asignarán una cama y cuatro comidas diarias en la pensión, un banco con maestros y profesores en la escuela del club, le pondrán una camiseta a la salida del aula, y le dirán "divertite pibe", los formadores de las divisiones inferiores lo evaluarán, a la comisión directiva no le interesará para nada de qué signo es, solo pensarán en saber a cuánto lo venderán cuando empiece a hacer goles. Veamos:
¿Por qué la Comisión Directiva de un club no piensa en ganar campeonatos? Porque como en nuestro país juegan treinta equipos y no hay descensos, nadie invierte. Piense un poco, ¿qué inversión en jugadores, estructuras, va a hacer un club si no corre peligro de descenso? Aparte, si lo único que logra como premio es una copa que se compra a buen precio en la calle 27 de Abril. Y, porque los cinco primeros equipos van a un torneo a pasar vergüenza y los otros cinco van a otro a dar lástima y, como no se estimula la competencia, venden a los pibes, porque los pibes de nuestro fútbol argentino no la dejan picar y, porque son jugadores pobres si los comparamos con los jugadores ricos de clubes de países europeos. Y, porque si la pelota pica en nuestras canchas sale para cualquier lado y, hay que ir a pedirle a la vecina que nos la devuelva.
Tiene razón el presidente Milei cuando dijo que: "¿Hasta cuando hay que señalar el modelo del Chiqui Tapia?" El mensaje era claro: quejas por el formato del campeonato de 30 equipos y falta de competitividad. Tapia, el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, buscó pasar desapercibido. Para el presidente, el hecho que no haya Sociedades Anónimas en el fútbol argentino es algo que lo perjudica. En su comparación con los clubes brasileños donde están permitidas las Sociedades Anónimas Deportivas, dijo que los cuatro equipos brasileños que viajaron al Mundial de Clubes avanzaron a octavos de final —a los pibes que no la dejan picar en Brasil, les pagan muy bien—. Milei cierra su bronca diciendo que Chiqui Tapia "No está a la altura del tremendo público argentino que llena todos los estadios del mundo".
A los cazadores de talentos, les siguen los formadores de futuros cracks, pocas veces les hemos visto las caras a estos tipos que se jubilan con la mínima. Pero vamos a hacer un listado mezquino, bien mezquino, de nuestras promesas de grandes jugadores que andan por el mundo y que se fueron muy jovencitos, a saber: Cuti Romero, Julián Álvarez, Enzo Fernández, Alexis Mac Allister, Dibu Martínez, Guido Rodríguez, Nico Molina, Valentín Barco, Claudio Echeverri, Thiago Almada, Gino Infantino, Tomás Avilés, Matías Palacios, Bruno Zapelli, Facundo Buonanotte, Máximo Perrone, Gianluca Prestianni, Alejo Véliz, Carlos Alcaraz, Lucas Román, Darío Sarmiento, y Franco Mastantuono, entre muchos más. Los pibes se nos van, como esos versos que no podemos recordar.
Dice el genial periodista deportivo Jorge Parodi que "el fútbol argentino es como esos pueblos pequeños que no pueden ofrecerles a sus jóvenes la posibilidad de estudiar y de crecer. Entonces se ven obligados a dejar su lugar en el mundo para buscar un futuro mejor".
Para ser un crack del "fulbo" en nuestro país, pibe, tenés que nacer sabiendo gambetear, y eso es un amague para acá, otro para allá, pararla, hamacarse, tirar un "caño" en cámara lenta, a toda velocidad, de memoria o improvisando, tirar "centros", devolver "paredes", buscar el "hueco", sacudir los piolines de un bombazo, estremecer las almas, y acariciar la pelota en cada jugada, con la misma delicadeza que pide la primera novia. A eso, los técnicos dirán que tenés dominio, pero ellos te enseñarán táctica, dinámica y posicionamiento estratégico, hasta que te ganes un lugar y te sucedan grandes cosas. Y verás que a la gente, tu nombre le sabrá a poesía. Y, si los aplausos del asombro bajan de las tribunas, sonamos, a nosotros solo nos quedará el refugio de la TV para seguirte, porque nunca más volveremos a verte.
Daniel Salzano escribió una vez que veía tipos con pinta de rey mago, que estacionaban la camioneta en la puerta de la Maternidad, esperando la salida de algún crack con escarpines.
Para cerrar les paso un dato, ¿vieron al arquerito de ocho años de Central Norte de Cruz del Eje? El autito de Google Maps y el tipo con pinta de rey mago, ya se han enterado.
Comentarios
Publicar un comentario