CONDENAS POR CORRUPCIÓN A PRESIDENTES LATINOAMERICANOS

POLÍTICA

La sentencia contra Cristina Kirchner la suma a la lista de presidentes latinoamericanos electos en democracia que fueron declarados culpables por uno o varios delitos relacionados con la corrupción


Desde el retorno democrático en 1983, en la Argentina sólo Carlos Menem y Cristina Kirchner recibieron condenas penales, aunque la región registra varios casos similares.

Alberto Fujimori (Perú)
Presidente entre 1990 y 2000, protagonizó un autogolpe en 1992. Fue condenado por corrupción en varios casos, entre ellos por el pago ilegal de 15 millones de dólares a su asesor Vladimiro Montesinos. En 2009 recibió una condena de 25 años por violaciones a los derechos humanos, incluyendo asesinatos y desapariciones. Indultado en 2017, regresó a prisión en 2019 y fue excarcelado por orden del Tribunal Constitucional en 2023. Falleció meses después.

Carlos Menem (Argentina)
Presidente entre 1989 y 1999, fue condenado en 2001 por el contrabando de armas a Ecuador y Croacia, delito por el cual recibió prisión domiciliaria. Más tarde, la Corte revocó parte de la sentencia, pero en 2013 volvió a ser condenado a siete años. En 2015 sumó otra pena por sobresueldos, pero murió en 2021 sin que la Corte Suprema resolviera definitivamente los casos.

Rafael Correa (Ecuador)
Gobernó entre 2007 y 2017. En la causa "Sobornos 2012-2016" fue condenado en 2020 a ocho años de prisión por cohecho agravado, acusado de liderar una red que canalizaba fondos ilegales al partido oficialista. Inhabilitado por 25 años para ejercer cargos públicos, vive asilado en Bélgica, que rechazó su extradición tras la solicitud de la justicia ecuatoriana.

Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil)
Fue presidente entre 2003 y 2011, y volvió al poder en 2023. En el marco de la operación "Lava Jato", que investigó corrupción en torno a Petrobras y Odebrecht, fue condenado por lavado de dinero y corrupción, y estuvo 580 días preso. En 2019, el Supremo Tribunal Federal anuló la causa por irregularidades procesales, lo que permitió su liberación y posterior regreso a la política.

Otto Pérez Molina (Guatemala)
Mandatario entre 2012 y 2015, renunció tras ser acusado de liderar una red de corrupción aduanera, conocida como "La Línea". Fue condenado a 16 años de prisión por ese caso y a otros 8 años por lavado de dinero y cohecho en la causa "Cooptación del Estado". En 2024 accedió a la libertad condicional tras entregar bienes como garantía.

Estas condenas, más allá de las diferencias políticas o judiciales, exponen una historia común en la región: por un lado, la fragilidad institucional frente a la corrupción en las más altas esferas del poder; por el otro, la tendencia a buscar resoluciones judiciales a los conflictos políticos, lo que revela la decadencia de esta última esfera. La tensión entre Justicia, política y gobernabilidad sigue siendo un déficit de las democracias latinoamericanas.

(Diario NORTE)


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