EN CRUZ DEL EJE NADIE SE SALVA SOLO

EDITORIAL

Si creemos lo contrario, nos van a comer los piojos

Por Walter R. Quinteros

En su libro"Nadie se salva solo", Margaret Mazzantini logra que recuperemos el significado del amor. Nos relata Mazzantini que Delia y Gaetano habían sido pareja, y ahora les tocaba la tarea de aprender a asumirlo. Ellos desean vivir tranquilos pero, al mismo tiempo, les inquieta y seduce lo desconocido. ¿En qué se equivocaron? La pasión del comienzo y la rabia del final están todavía demasiado cercanas, sus palabras y silencios dejan al desnudo sus soledades, sus urgencias, sus recuerdos, es un viaje del amor al desamor. Algo así nos sucede cuando recordamos aquellos viejos esplendores cruzdelejeños.

Considero que esta ciudad debiera tener una agencia consultora que mida dos factores que debieran ser tenidos en cuenta como de sumo interés para ser aplicados a futuras políticas públicas; la gestión de las autoridades locales, y los niveles de pobreza que tiene no solo la ciudad, sino el departamento en general. Conocer desde los datos precisos que consideren la edad, los niveles de instrucción y la capacidad de la mano de obra desocupada, nos abrirá un panorama más amplio para pensar las decisiones y, que futuros candidatos, no se explayen en falsas promesas que hoy, parecen torpes castillos en el aire. 

Si bien es plausible contar con una escuela PROA y la pronta instalación de la Universidad Provincial, es necesario, y hasta diría que con urgencia, la instalación de industrias que alivien los altos niveles de desempleos que padecemos. Más una batería de ideas consistentes en actividades que se presentan en provincias vecinas y que aumentarán el tráfico vehicular y de pasajeros por las ruta 38 con todo su abanico de oportunidades.

Esta evaluación sobre el terreno real y no, desde las perspectivas de un escritorio en Córdoba, consiste en acercarnos más a la realidad de esta ciudad y zona. Y, para saber si hubo o no, creación de empleo genuino, si hubo o no, disminución de la informalidad, si hubo o no, incrementos de salarios, para saber la aceptación o no, de cómo funcionan nuestras instituciones, las incontables y persistentes problemáticas, y saber cómo se encuentran de acuerdo a eso, nuestros jubilados, por ejemplo. El análisis que de esto se desprenda, debe no solo comunicarse a las autoridades locales sino, a todo el arco político, al periodismo serio, organizaciones, inversores, comercios y, a todo vecino interesado en la temática. 

Evaluar, nos ayuda a mejorar. Este sería un hecho que, con base en datos reales en mano, nos lleve a constituir una mesa donde se debieran consensuar un protocolo para mejorar la calidad de vida de nuestros vecinos, y por consiguiente de la ciudad. La ágil adecuación de normas para la pronta venida de industrias, de ofrecerles beneficios a los posibles inversores, y para la instalacion de fuentes de trabajo que nos sean favorables al conjunto. 

Suena utópica esta sugerencia ante un escenario con políticas locales increíblemente adversas, y con funcionarios con pocas ideas que solo nos deparan incertidumbre, pero el panorama hace necesario que desde la sociedad misma, profundicemos en buscar soluciones a nuestros problemas, y no esperar algún milagro gubernamental.

Otro dato que resultaría relevante, es que la sociedad conozca al dedillo los balances. Sabemos que los números no mienten siempre que haya buena fe, porque los que mienten son los que hacen los números. Que muchas veces hemos sufrido mentiras con fuerte tufillo a resguardar un tinte partidario o, en favor de un falso relato. Y, salta a la vista que aquí no hay honestidad ni transparencia alguna. Una prueba es que la prensa navega en el limbo de la desinformación. Y, sabedores del escaso empleo y notoria pobreza, la oposición mira para otro lado.

La sugerencia está. Por eso considero menester crear esa mesa para conocer nuestra realidad y dar soluciones factibles, palpables. Eso dependerá del empeño que pongan cuántas personas se acerquen a constituírla entre emprendedores, comerciantes, industriales, profesionales, etc. más todas aquellas que dicen amar esta ciudad despojados de cualquier color partidario y sin egoismos. Es hora de dejar de hablar sobre supuestos "trabajos genuinos" como versito obligado en las campañas electorales, para ostentar un amplio panorama laboral a nuestros ciudadanos.

Debemos estar todos juntos y participar con proyectos mancomunados, porque aquí, nadie se salva solo. Sino, nos van a comer los piojos.





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