UNA RACIONALIDAD QUE PARECE GANAR TERRENO

OPINIÓN

El concepto de utilidad de Milei



Por Carlos Berro Madero

La penetración del concepto de utilidad que ha generado el gobierno de Javier Milei dentro de la sociedad, está causando estragos en las estrategias tradicionales de quienes no parecen haber advertido que además de buen economista es un político bastante astuto.

Su gobierno está derrotando el mensaje de opositores que no consiguen “entrarle” adecuadamente a sus avances y retrocesos estratégicos, los que le sirven para tantear el terreno que deberá coronar con éxito en las elecciones legislativas de este año y afirmar su programa de gobierno.

La facultad de anticipación que ha demostrado tener La Libertad Avanza, más allá de la rusticidad de algunos métodos discursivos, evidencia que los distintos amagues y simulacros realizados casi en sordina, le permiten aplazar los criterios tradicionales de éxito o fracaso; y mientras los opositores intentan acelerar el paso con torpeza, el Presidente y su círculo de estrecha confianza están demostrando una rara habilidad para economizarse experiencias desagradables, evitando comportamientos que ya fracasaron, recurriendo al andar del tero de campo que chilla por un lado y aparece en otro.

Las críticas que se le formulan a Milei por censurar a la prensa, olvidan que muchos gobiernos que suelen apoyarse en una larga tradición democrática en todo el mundo y observan un gran respeto por la libertad de expresión, no suelen tolerar informaciones falsas e inexactas.

Así que nadie debería “hacerse los rulos”, advirtiendo la clara intención subyacente de quienes intentan atraer agua a su molino, olvidando que el oficio de informar conlleva la obligación de no trucar la realidad, porque el derecho de razonar sobre ella no autoriza a divulgar informaciones falsas, que es algo muy diferente a la “libertad de expresión”.

Las argumentaciones aviesas e intencionadas no pueden torcer una realidad muy concreta: Javier Milei, un “outsider” de la política, está sacando a la sociedad de las frustraciones provenientes de un delirio conceptual que nos había arruinado la vida diaria resucitando una cierta esperanza.

En efecto, el hombre de la calle –con quien dialogamos-, siente el “apretón” que le generan disposiciones que lo obligan a aceptar algo diferente a la que vivió hasta hoy, pero lo conecta con una realidad que percibe no es adulterada.

Mientras la oposición propone y ofrece “alianzas” engañosas de cara a las elecciones de octubre de este año, el Presidente responde enfáticamente que la “motosierra” seguirá funcionando, aunque sea en soledad. Y que cada uno se ponga el sayo que le quepa.

A buen entendedor, pocas palabras.

(Tribuna de Periodistas)





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