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¿Alguien, alguna vez escucho o supo de alguien que sin tener parientes o propiedad en Cruz del Eje, eligiera nuestra ciudad para vacacionar?



Por Pablo Olmos

Alguien, alguna vez escucho o supo de alguien que sin tener parientes o propiedad en Cruz del Eje, eligiera nuestra ciudad para vacacionar? Particularmente, la verdad que nunca escuche que alguien nos eligiera para pasar las vacaciones. Están los que se fueron al sur de país a trabajar y a finales de diciembre vienen a visitar a sus familiares, a arreglar alguna propiedad a la que se quieren mudar cuando se jubilen y regresen, están los que armaron una familia con alguien que no es de acá y viven en otro lugar y hacen un paso fugaz para ver a la parentela, están los pescadores que cuando hay pique se escapan de la cansadora y llegan por estas latitudes…, en fin. Nadie se levanta y elige Cruz del Eje para vacacionar. Pero eso, no es ni bueno, ni malo, simplemente es nuestra realidad. Sería malo si nos empecináramos en auto convencernos de que somos un destino turístico, pero no lo es si lo que queremos es tener un punto de partida desde el cual planificar el desarrollo de la Ciudad. Que tenemos atractivos turísticos, claro que sí, pero cualquiera que cruzó el Sol de la entrada sabe que hay muchos lugares más tentadores que Cruz del Eje para pasar el tiempo libre. Incluso, lugares con menos condiciones han logrado insertarse en el circuito turístico, explotando vetas que generaron la afluencia genuina de turistas. Basar la economía de una ciudad en el turismo es claramente un riesgo y eso lo vamos a ver en esta temporada, donde lugares que viven del turista van a tener quizás la peor temporada en décadas.

El turismo nos pica cerca, por caso, San Marcos Sierras ha logrado generar lo necesario para que muchas familias elijan a ese lugar como destino. Nosotros a lo sumo somos beneficiarios del derrame que representa contar con supermercados con precios accesibles y comercios de otros rubros que no hay en aquella localidad (especialmente las expendedoras de combustible ya que San Marcos no tiene estación de servicios).

Esto es como el padre que quiere que el hijo sea médico o abogado, y por más que no puede aprobar el ingreso o avanzar en la carrera lo termina forzando a hacer algo para lo que no nació. Sin dejar que haga lo que puede, le gusta o mejor le sale. Empecinarse en que un lugar debe ser turístico dejando de lado otras opciones de desarrollo es un error en el que la clase política viene incursionando desde hace décadas.

Tenemos hectáreas de tierra cultivable con un sistema de riego espectacular pero no apostamos al desarrollo de la agricultura, y cuando tenemos materia prima no le ponemos valor agregado. Pero sin tener hoteles presentables, ni lugares limpios, queremos ser turísticos!. No se convierte a un lugar en turístico con cazuelas de aceitunas negras condimentadas cosechadas de olivares de La Rioja en algún stand de feria.

No se trata de una cosa o la otra (turismo o agricultura/industria), se trata de no poner todas las fichas en un solo lugar, y de lograr el desarrollo de la zona para dejar de tener una economía basada en los empleados públicos (docentes, policías, guardiacárceles etc.) y lograr una expansión hacia otras ramas.

Los únicos que viven del turismo en Cruz del Eje son los puesteros que están sobre la Ruta 38 y que les venden a los viajeros de la arteria nacional las aceitunas y aceite de oliva. Y quienes la compran se quedan con la percepción de que tenemos bastas plantaciones de olivo. (Para las nuevas generaciones les cuento que muchos de los olivos se perdieron por una peste, para la que el gobierno mando los fondos para fumigar, pero en lugar de hacerlo se guardaron la plata y fumigaron con agua). Aunque a muchos les duela, el mayor ingreso de plata genuina foránea la tienen los puesteros y fábricas con locales de atención al público que venden aceite y aceitunas. Ellos supieron ver que estaban sobre una arteria nacional por donde circulan diariamente miles de personas dispuestas a detenerse cuando ven una oferta atractiva. La idea de desarrollo de un lugar es que venga plata de otro lado, porque si no es como jugar a la despensa en casa con la familia.

Por lo pronto me conformo con que corten los yuyos de la rotonda, saquen esas plantas de olivo secas, le cambien los focos que iluminan el sol y el letrero con el nombre de la ciudad. Ah y tapen los cráteres del ingreso a la ciudad por Panamericana y José Hernández. Mas no se les puede pedir.

(Pablo Olmos / Facebook)



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