OPINIÓN
A la pública y sobrevendida pelea entre Milei y Villarruel, se le superpone una más delicada, que es la del Presidente con Macri
Por Fabián Doman
A la pública y sobrevendida pelea entre Milei y Villarruel, se le superpone una más delicada, que es la del Presidente con Macri. La primera es light, mediática, conventillesca. La segunda es pesada. Huele a carpetazos. ¿Qué paso para que el kirchnerismo se convirtiera –como en el cuento de la Cenicienta - en el farol moral de la república?
Aclaración: la naturaleza de esta columna parte del supuesto que los actores de la realidad, ponele los políticos, oficialistas y opositores, van a ser señoras y tipos serios o que van a actuar en consecuencia, y que después aparecemos, nosotros humildes aprendices de bufones de la realidad para darle dosis de ironía, un poco de humor y algún sarcasmo. Ahora, si los que tienen que manejar el país, se toman todo en joda, se carpetean entre ellos y se ríen de nosotros –o sea los ciudadanos de a pie- vamos a tener que escribir en serio.
Eduardo Duhalde paso a la fama por muchas cosas, pero entre otras, por decir que “Argentina es un país condenado al éxito”. Por ahora la máxima de Duhalde no se ha cumplido. Argentina parece, al revés, un país condenado a los papelones y carpetazos.
Puede que todo sea culpa de árboles como el fresno, los plátanos, el arce, el olmo, o cualquiera conífera, tan habituales en estos idus de primavera con sus correspondientes alergias. Sabíamos que provocaban tos, irritación, sequedad. Lo que no sabíamos es que provocaban, digamos, o sea, digamos, o sea, locura generalizada. Como el Joker de Batman. Sin ningún tipo de miedo al ridículo.
Porque a la publica y sobrevendida pelea entre Milei y Villarruel, se le superpone una más delicada, que es la del Presidente con Macri. La primera es light, mediática, conventillesca. La segunda es pesada. Huele a carpetazos.
¿Qué paso para que un jueves de primavera de diciembre el kirchnerismo se convirtiera –como en el cuento de la Cenicienta - en el farol moral de la república?
Previously in Argentine: a un señor, que es senador de la nación hace 10 días lo engancharon en puente de frontera con 200.000 lucas verdes y negras. La justicia paraguaya escucho su versión de los hechos, no le creyó y lo mando preso a un departamento con amenities y pileta, pero tardó más de una semana en secuestrarle el celular y caratuló la causa solo como “tentativa” (rarísimo. No confundir con expediente argentino de Arroyo Salgado donde hay pedido de captura y cosas más fuertes). La idea original de toda la clase política –menos el mundo K que vio que podía meter una senadora propia- era fingir demencia. El gobierno creyó que podía tapar todo, con un par de tweets del Gordon Dan, dos o tres anuncios de ocasión de gobierno que nunca se van a cumplir, apariciones en streamings de Lila Lemoine, un oportuno noviazgo de la China Suarez o alguna metida de pata de Cristina o de Wanda Nara.
Pero como nada de eso paso y ni siquiera el reportaje de Susana a la Susana en IA, paro el tema, Cristina se encontró delante del arco y sin arquero. Como contamos aquí la semana pasada la convocatoria al senado podía resultar un gran embrollo o quedar en la nada. Paso lo primero. ¿Pero cómo?
En tanto desorden sobran las teorías. Especialmente sobre las conductas del PRO y de la UCR verdaderos artífices de la expulsión de Kueider, sin cuyos votos el residente en Asunción seguiría siendo senador. Y de lo que muy poco se ha hablado. Extrañísimo.
Miremos al PRO. El martes de la nada aviso que darían quorum. La noticia fue una bomba. Porque el martes se suponía que la sesión ni siquiera iba a tener lugar. Por esas horas se confirmaba que LLA no apoyaría el presupuesto de Jorge Macri en la Legislatura de la Ciudad. La coincidencia es causal. No casual.
El jueves la UCR fue la que se sacó la modorra de encima y anuncio de la nada que votaría la expulsión. Hombres claves del partido como Cornejo no aparecieron para darle, como siempre, un ayuda al gobierno pidiendo a sus senadores que apoyen suspensión y hasta alguien cercano al mundo libertario como Peteco Vischi le corto los víveres a la desesperada Villarroel. Inesperadamente nació un “nuevo” bloque de senadores radicales, más cercanos a Martin Losteau que a Maxi Abad. Esta vez el que voto solo, fue el del bonaerense. Que lejos quedaron los tiempos en que los propios radicales criticaban a Losteau por no votar con su bloque. El ex ministro está en el mismo lugar: contra el gobierno. Los que cambiaron fueron el resto de sus compañeros. Dato no menor.
Habrán notado que curiosamente no mencionamos al gobierno en todo el trance. Por dos razones obvias: el senador jugaba para el gobierno y desde el yerro por ficha limpia el mundo libertario esta dubitativo.
Por primera vez desde que es gobierno, Milei y su entorno no pisan tierra firme y por eso las idas y venidas, en varios temas, desde hace varias semanas. Lo que hace un par de meses era impactante hoy pasa de largo, desde el discurso de Milei por el primer año de gobierno, al 2.4% de inflación. Y el reiterado dato de casi todas las encuestas de que la gente comienza a no tolerar las formas mileistas pone en duda uno de los pilares oficiales, que es el modo de su comunicación. Hubo inquietud y se trató de minimizar mediáticamente (se llamó a periodistas) la encuesta de Poliarquía que dice que el 71% de los encuestados no apoyan los modos y concretamente el uso indiscriminado de groserías y epítetos como parte del discurso (sin mencionar las reiteradas e innecesarias alusiones anales, más propias de una barra brava de futbol que de un gobierno).
Volvamos al lugar del hecho. La secuencia acaecida en el recinto del Senado del Nación entre las 15:08 y las 16:29 de ese jueves es un guion de Mel Brooks, revisado por Benny Hill y actuado por varios Fidel Pintos (googlear los tres nombres). A las 16:10, con una hora de cuarto intermedio, apareció una señora de blanco sentada en la presidencia. Nuestra ignorancia hizo que no supiéramos inmediatamente que era Silvia Sapag, una de las vices del cuerpo que como no nadie aparecía, pensó: presido, votamos, lo echamos y nos vamos. De la nada revivió Abdala, que amablemente le dijo “déjame seguir” mientras Sapag se iba trastabillando (casi se cae). Abdala le dio la palabra al libertario Ezequiel Atauche quien a las 16.16 explico que su bloque, o sea el gobierno iban a votar el desafuero de Kueider, pero no la expulsión. A las 16:25, Atauche confirmo que la idea del gobierno era “suspender” a Kueider, pero como se necesitaban dos tercios y no los tenían, y para que no quede el tema sin definición (traducción: Milei no puede quedar como que no echa a Kueider, siendo un luchador “nato” contra la casta), informo que votarían “la expulsión”. La coherencia libertaria tuvo una duración de 9 minutos. Marxismo de Groucho en estado puro, pero justo es reconocerlo, eligieron la incoherencia al riesgo de quedar pegados bancando al bueno de Kueider.
Entra en escena Mauricio Macri. De él se podrán decir muchas cosas. Se puede equivocar, de hecho, últimamente no acierta, sobre todo en la relación con Milei, pero no es un inexperto ni un amateur a la hora de hacer maldades.
El PRO eligió raramente quedar como divido. Como que se desordenaron. Lo cual fue cierto, pero de un modo curioso. Todavía no se entiende porque si el PRO votaba con el gobierno, no tuvo tiempo de avisarles a cuatro de sus senadores que el mileismo paso de suspensión a expulsión. Tampoco es fácil de comprender que el PRO se haya equivocado tanto sacando un comunicado oficial por suspensión y sostenga esta postura al dia siguiente otra vez, con Macri en persona.
Al PRO y a la UCR les salió todo bien: el caso Kueider en el Senado profundizo la herida que el gobierno ya tenía con el tema. Así como no hay mayor fanático que el converso, no hay peor enemigo que tu aliado. Hay que prestar atención y mucha, si lo del jueves fue aislado o el inicio de un camino de macristas y radicales dándole la espalda a Javier Milei. Por de pronto en versión Senado, se terminó el bloque Villarroel: los 39 votos que diseñaron el actual mapa de poder interno. No es menor. Y vaya Dios a saber cómo se renovarán las autoridades senatoriales en febrero.
Como si todo esto fuera poco, una hora y media después de todo, en la Casa Rosada a alguien se le encendió una lamparita y mandaron a Eduardo Menem a explicar por televisión que la sesión era invalida porque Vicky V no podía presidir el país y el senado al mismo tiempo. Los abogados de Kueider con una rapidez y sobre todo coordinación curiosa y envidiable, hicieron trascender a los periodistas que harían una presentación judicial –que hicieron el viernes- con el mismo argumento de la Casa Rosada. Al dia siguiente Milei en versión romana, explico que la sesión era invalida, no sin antes destrozar a Vicky V por su irresponsabilidad de presidir dos poderes.
El conventillo “notarial” tirándose el escribano por la cabeza, con exhibición de whats up de secretarias, nos remite a las capturas que Wanda Nara hiciera de la China Suarez. Si efectivamente el escribano recién fue recibido o apareció a las 19 hs, que alguien les avise a Milei y Villarroel que habrían dejado al país sin Presidente durante 7 horas. No es chistoso. Es un papelón.
La relación Milei-Vicky esta tan rota como la Milei-Macri, solo que en este último caso es en privado. En el PRO están convencidos –lo que no quiere decir que sea cierto- que la movida que involucra a la esposa de Cristian Ritondo tiene algo de libertario en el medio. No importa que sea verdad. Importa que lo creen.
En el terreno de la paranoia política, en el gobierno no son pocos, los que asocian Paraguay con Macri y de ahí la leyenda de que a Kueider lo estaban esperando en el puente.
No estamos diciendo que tengan razón. Estamos diciendo que creen que las desgracias que les pasan son producto de la acción del otro. Lo que en los hechos es lo mismo.
¿Está un país condenado al papelón aguantar este nivel de carpetazos?
Alea jacta est.
(PERFIL)
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