EDITORIAL
"No tiene por qué ser verdad lo que algunos piensan que es verdad"
Por Walter R. Quinteros
Érase una vez un reino, cuyo rey se enojaba cuando se le contradecía, y dónde sus consejeros siempre le daban la razón, por miedo a perder su puesto.
¿Eso pasa en la municipalidad de Cruz del Eje?
Hasta que un día llegaron dos charlatanes, que se decían sastres, y convencieron al rey que debían hacerle el mejor traje que se hubiese confeccionado jamás, con las mejores sedas, hilo de oro y piedras preciosas, el traje digno de un rey.
Aquí se llaman "asesores junta dinero por nada".
Pero le dijeron que el traje tendría una característica especial, solo sería visto por aquellas personas que realmente fueran radicales, afiliados al partido radical y adláteres. Y locutores y pseudo periodistas pauteros, que en sus alabanzas al intendente, exclaman "nuestro querido intendente" o ¡Fuerte ese aplauso! Increíble la profesionalidad.
Llegado el día de aparecer en actos intrascendentes, el rey se vistió con el supuesto vestido y montado en su caballo que todos pagamos, salió en procesión por las calles de la villa, la gente, también conocedora de la rara cualidad que tenía el vestido callaba y veía pasar a su rey, hasta que un pobre niño de corta edad, en el colmo de su inocencia, dijo en voz alta y clara:
¡El rey va desnudo!
¡Qué cuentazo de Hans Christian Andersen!
A eso vamos. Un niño tuvo que decir lo que los grandes callan. En Cruz del Eje todo funciona mal, pero los cruzdelejeños siguen mirando para otro lado.
La decadencia que muestra la ciudad está a la vista, y es bien visible. No puedo señalar qué servicio funciona bien. Empiezo por las calles, un desastre. La señalética, no existe. El transporte urbano, ineficiente. Seguimos con problemas de vieja data en cuanto al agua. La Terminal de ómnibus es lamentable, para una ciudad que el intendente la cree turística y sustentable. Siguen escondiendo datos con el manejo del dinero público. Nada se sabe sobre la Seguridad Ciudadana. La falta de coherencia, mando, planes de trabajo semanales, mensuales y anuales, brillan por su ausencia, ya que el ciudadano no conoce nada.
¡Ah! Pero el intendente se viste para las fotitos con niñitos y la frase "estuve presente" que siempre lo acompaña. Y llama de "prosperidad" la iniciativa que en todos los municipios de la provincia se implementa, esa de colocar juegos infantiles en las plazas. ¿No es mejor para la ciudad ordenarla mediante cordones cunetas que esas trivialidades?
El que se cree rey (Intendente) va desnudo, por la ciudad.
Parece inmerso en otra realidad, muestra a funcionarios provinciales, por ejemplo, comidas típicas cuando esta ciudad no las tiene. Apenas un solo restaurante dónde llevar familiares y amigos y la comida no tiene nada de típica, lugareña o como se la quiera llamar.
No tenemos nada más que un triste dique, sucio, desarreglado y sin agua. Como la costanera del río que cruza la ciudad. Cruz del Eje es una ciudad donde los servicios funcionan de manera deficiente, la recolección de basura, otra cosa rodeada de misterio que pasa a la hora que quiere frente a la ingenua mirada de los ciudadanos que parecen acostumbrados a vivir mal y, a pagar exorbitancias.
Esta es la realidad que todos conocen pero que ninguno de su palo quiere admitir.
Como en la fábula del rey desnudo, parece que Raschetti le gusta caminar en su desnudéz organizativa por la ciudad, entre fotitos intrascendentes, muy creído de que va vestido con un aura de administrador reluciente, pero es invisible. Tal es así que en un acto escolar en la Escuela Marcos Sastre le dijo a los alumnos de 6 a 11 años de edad que su hermano le dijo: "¿Te diste cuenta todo lo que has hecho en estos meses?"
¡A los niñitos alumnos! Si le hubiesen contestado... El intendente va desnudo, más si a eso se lo cree. Les hubiesen puesto un micrófono a los chiquitos, pauteros.
Alguien más tiene que decirle que camina desnudo. Que no basta con ponerle nombre a las cosas que ya tienen nombre. O hacer aspamentos por cambiar un foquito, cuando a este medio supo decirle a quien esto escribe "que le gustaba la frase 'espejitos de colores'" que supe emplear cuando el exintendente Farías iluminó un puente ferroviario en esta ciudad. A propósito ¿Y esas luces, dónde están?
El gobernador Llaryora, vino a inaugurar el tomógrafo del hospital y lo retó en público como se reta a un niño desobediente. (Excelente cama tendida por punteros del PJ).
Como también lo tiene que hacer el pueblo para que ya nada sea lo mismo, para que recuerde que un intendente es electo para que "administre" la ciudad y no para que un locutor le diga "querido intendente". Y porque ha pasado un año de su lamentable gestión y nada cambió.
No basta con vestirse bonito y perfumarse con perfumes de shoppings y organizar fiestitas para un público apenas selecto de no más de sesenta personas, cuando la casa está sucia, sin barrer, sin pintar, sin agua, impresentable. Ninguna novia se pone el vestido para casarse sin bañarse antes, creo.
En síntesis, hay que ampliar este anuario de ineficiencias a su gabinete. Los que gobiernan junto a él nada hicieron como para que se los recuerde con cariño. Y los que están en la oposición, tampoco. Los concejales, salvo una honrosa excepción, se ha convertido en un muestrario de proyectos absurdos, que no nos sirven para nada, pues sólo están para "Declarar de interés general a tal o cual actividad" a la que doña Rosa ni se entera y si lo hace no tiene cómo asistir. O que se "Reconozca" tal o cual cosa que de nada nos sirve sin cordones cunetas ni transporte eficiente. Lo poco que hacen gravita entre la impericia y lo absurdo.
En esta ciudad hay mucho para hacer, demasiados puntos para resolver. No hay lugar para las irrelevancias. Basta que le digan al intendente que se vista de intendente. Y a los funcionarios de funcionarios. Que dejen de creer que son algo que no lo son pues los hechos están a la vista.
Los planes implementados por la Provincia vienen solos, ni hace falta "gestionarlos". La ciudad se cae a pedazos. Pero a veces la ceguera partidaria todo lo permite, porque algunos insisten en no ver lo que sucede. Como si nada ocurriera.
El intendente ostenta su desnudez. Y los radicales elogian sus vestiduras. Pero todos sabemos la verdad: Camina bien desnudo.
En pelotas.
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