¿QUÉ MÁS HACE FALTA?

OPINIÓN

¿Qué más hace falta demostrar para que reconozcas que apoyas el lado equivocado?


Por Carlos Mira

El Dr Phil McGraw, conocido mundialmente simplemente como “Dr Phil”, es un psicólogo y periodista norteamericano que ha protagonizado éxitos televisivos resonantes y escrito decenas de libros sobre autoayuda y temas relacionados con la familia y el desarrollo personal.

Hace poco, viendo lo que ocurría en muchas universidades americanas en las que parte de los alumnos tomaba partido no solo por la causa palestina sino directamente por grupos terroristas como Hamas y Hezbollah, grabó un vídeo en el que formulaba dos preguntas básicas que aparecían ilustradas con imágenes en las que se veían al mismo tiempo las matanzas de los subversivos y los vítores de estos alumnos mezclados con los que, en los países musulmanes, daban los grupos de fanáticos que los apoyaban.

Las preguntas eran: 1) ¿qué más hace falta mostrarte para que reconozcas que apoyas el lado equivocado? y 2) ¿qué necesitas tener para que admitas tu equivocación?

Al lado del drama que vive el pueblo judío en Israel -el único país democrático de Oriente Medio-estas preguntas parecen simples.

Sin embargo, es en esa simpleza donde se distinguen claramente las fronteras de la civilización y el fanatismo.

Quien teniendo delante de sí las pruebas evidentes de las matanzas, las violaciones, decapitaciones, el terror que estos vándalos les infunden incluso a su propia población mantenga sus posturas de apoyo a esta barbarie, no hay dudas de que es un fanático irreversible y que su caso es, a todas luces, un caso perdido.

No obstante, el Dr Phil con su vídeo parece querer dar una última oportunidad de redención para que abran los ojos ante la abrumadora evidencia de la injusticia, de los asesinatos y de crueldad de estos facinerosos.

Traslademos ahora esa misma lógica de preguntas a los argentinos que aún defienden a esa organización criminal que, con el disfraz de los políticos, se hace llamar “kirchnerismo”.

¿Qué más hace falta demostrar para que reconozcas que apoyas el lado equivocado? ¿Qué necesitas tener para que admitas tu equivocación?

Las pruebas del robo kirchnerista son abrumadoras, tanto o más contundentes que los vídeos de Hamas matando a mansalva.

En tan solo uno solo de los casos investigados que han alcanzado sentencia, se probó con toda holgura que Cristina Fernández de Kirchner y sus secuaces robaron mil millones de dólares en la causa vialidad. Repito: eso es en un solo caso.

La probanza coincide además con una abrumadora evidencia indiciaria sobre el dramático cambio en el nivel de vida de esa familia y de sus cómplices desde que alcanzaron el poder.

Los agujeros de pus que casi todos los días se descubren sobre las dimensiones del atraco a las arcas públicas son fenomenales. Prácticamente no hay área de la administración pública que no haya sido saqueada.

En la mayoría de los casos, además se tiene probada la invención de cientos de programas diseñados demagógicamente para engañar a la población y convencerla de que, al mismo tiempo de que se la estaba robando asquerosamente en la cara, se la estaba ayudando. Hay que ser muy malnacido para hacer eso.

Detrás de cada uno de esos falsos programas parece escucharse una carcajada macabra digna de Vincent Price, que rubrica cómo esta banda de delincuentes se meaba en la cara de los pobres estúpidos que los sostenían.

Cuando uno repasa ese nivel de perversión (que además sirvió para hundir lo que aún quedaba de un país ya maltrecho por las prácticas peronistas de 80 años) y comprueba que aún hay gente que los apoya, no puede menos que volver a lanzar aquellas acuciantes preguntas: ¿qué más hace falta?

Te violaron, te estafaron, se cagaron de risa en tu propia cara, se vacunaron primero cuando no había vacunas, te encerraron cuando ellos vivían una vida de libertinaje, te arruinaron tu nivel de vida, te convirtieron en pobre y dependiente cuando toda tu vida fuiste de clase media y tenías un criterio propio, convirtieron tu barrio en tierra de nadie y te dejaron a merced de delincuentes y narcos que no han tenido problemas en matarte por un celular, te robaron tus ahorros, asociaron a tu país con los regímenes más vergonzantes de la Tierra, arruinaron lo que quedaba de la moneda, echaron a una generación de argentinos que se fueron del país cansados de tanta corrupción, instalaron un régimen monárquico que mintió de la manera más atroz dándosela de “sensible” mientras la presidente le prohibía a sus subalternos que la miraran a la cara…

¿Qué necesitas tener para admitir tu error? ¿De qué material estás hecho como para seguir endosando esa montaña de mierda, teniendo delante tuyo las evidencias que prueban sus crímenes?

Especularon con las carencias más íntimas de un ser humano. Los estafaron prometiendo casas que no hicieron, rutas enteras que se robaron, hasta cunitas supuestamente destinadas a madres carenciadas que, para lo único que sirvieron fue para armar otro enorme negociado criminal.

Prácticamente prostituyeron cada causa noble que el ser humano haya inventado. Desde los derechos humanos hasta la justicia social, todo lo usaron para instalar una enorme maquinaria de robo.

Desde facturas truchas de cadenas de hoteles internacionales que falseaban para robarse hasta el café con leche, hasta monumentales negociados con amigos -desde Electroingeniería hasta Cristóbal López y Lazaro Báez- no han dejado rincón limpio en el Estado, un mísero rincón que haya quedado, al menos, en el mismo estado que tenía antes de que ellos llegaran.

Avanzaron sobre el poder judicial, confesando la táctica del apriete a los magistrados, ningunearon el diálogo legislativo y lo reemplazaron por una arrogante dictadura del número que se cansó de aprobar iniciativas de los monarcas simplemente a mano alzada.

Provocaron el mayor éxodo de empresas de que se tenga memoria en la historia moderna, pactaron con Chávez y Maduro una relación espuria por la que se robaron millones de dólares que se repartieron entre ellos, dejándote a vos con el culo al norte…

¿Qué más hace falta ponerte delante para que me demuestres que no sos un fanático del mismo calibre que aquellos que, con la cara tapada, vivan los asesinatos de Hamas?

Gracias a Dios la Argentina está lejos de los horrores de Oriente Medio. Pero, en términos de ponerle fin a las fechorías de una banda de delincuentes que literalmente hizo mierda el país, el grado de fanatismo de algunos para defender a los criminales se le parece bastante.

Al menos tanto como para que haya espacio para hacer las dos incisivas preguntas del Dr Phil.

(The Post)




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