EN LAS MANOS DE PAMELA

EDITORIAL

Explosivo en la SRA. Hay que ser explosivista altamente capacitado para saber manipularlos. No hay muchos ni son tan buenos

Por Walter R. Quinteros

Hay elementos químicos que reaccionan ante el oxígeno y explotan, metales también. Hay que ser explosivista altamente capacitado para saber manipularlos. Seguramente, las autoridades —si es que en el país llevan un registro—, ya los deben estar rastreando. No hay muchos ni son tan buenos. El elemento enviado ayer a la Sociedad Rural Argentina, explotó en las manos de Pamela Souza, la secretaria del presidente de ésa Sociedad, Nicolás Pino.

Por cierto, la Justicia ya ordenó una serie de medidas para esclarecer el caso que no causó graves daños personales gracias a la rápida reacción defensiva en resguardo de su integridad física que tuvo la secretaria Pamela. La causa está siendo investigada por el juez Daniel Rafecas, quién solicitó la revisión de las cámaras de seguridad ubicadas en las inmediaciones del predio de la SRA, como un análisis toxicológico de las muestras recogidas tras la explosión.

Ahora veamos cómo es que llegó el explosivo al lugar.

La entrega se programó dos días antes y fue enviada a una empresa de logística que distribuye los pedidos, nos señalan desde el sitio Infobae.

La sucursal de origen llevaba como código postal 1230 de la ciudad de Buenos Aires.

El paquete llegó a una dirección en el barrio porteño de Barracas durante este miércoles, precisamente a las 13.28.

Posteriormente, este mismo jueves, a la 1.51, el pedido inició su trayecto hasta un centro de operaciones de la empresa.

Horas más tarde, a las 8.32, viajó hasta otra sucursal que estaría a cargo de realizar la entrega y que está ubicada sobre la avenida Scalabrini Ortiz, en Palermo.

Apenas veinte minutos después, la compañía dio aviso de que durante este mismo día se completaría el trayecto del envío. Así comenzó el tramo final hasta llegar a destino: la Sociedad Rural, también en Palermo.

El paquete fue recibido a las 10:28. Allí dentro se encontraba el explosivo, envuelto y con la rotulación correspondiente. "Juncal 4450", son las primeras palabras que se alcanzan a leer en el papel pegado a la encomienda.

Tal como se observa en la descripción, pesaba 500 gramos, tenía 13 centímetros de ancho, 9 de alto y 17 de largo. También contaba con el número de seguimiento de 15 dígitos.

Sin embargo, no se alcanza a percibir la parte que indicaba quién era el remitente del sospechoso paquete, debido a la rotura del papel provocada por la misma explosión del artefacto en las manos de Pamela Sousa, la secretaria del presidente de la entidad. Y a pesar de que no presentó lesiones, el estruendo causó varios daños materiales.

La Sociedad Rural Argentina señaló en un comunicado que: "A raíz de los hechos de público conocimiento y luego de haber recibido información proporcionada por las distintas fuentes de la investigación en curso, podemos inferir que se trató de un explosivo casero que buscó atentar contra la vida del presidente de la entidad, Nicolás Pino. No debemos desconocer el hecho ocurrido, que podría haber sido gravísimo. Debemos darle la importancia que se merece y exigir de quienes tienen a cargo nuestra seguridad y justicia, el más inmediato esclarecimiento del mismo para que no vuelvan a ocurrir experiencias del pasado, que pensábamos habían sido desterradas de nuestro sistema de convivencia".

Los peritos dieron los resultados de un primer análisis del artefacto explosivo, lo clasificaron de "baja complejidad, posiblemente de tipo pirotécnico".

Asimismo, al diario LA NACION, le manifestaron que al parecer, contenía un sistema que se activa con "un mecanismo de alivio de presión". Es decir, al abrirse el sobre, se acciona la carga explosiva.

Desde mi humilde punto de vista suena apresurado señalar eso. Porque en el mundo de los explosivistas —que no son muchos y pocos son buenos—, el primer error es el último.

Asimismo amplían el primer y apresurado informe diciendo que por las muestras que dejó la explosión, los primeros análisis indicaban que la carga "parece estar compuesta por pólvora, lo que indica que se trató de un artefacto con un potencial explosivo limitado, diseñado para generar deflagración o una llamarada intensa en lugar de una onda expansiva".

Un dato que asevera el juicio de quién esto escribe; emplean la palabra "parece". Y siempre en potencial, porque emplean ahora la palabra "probablemente". Ya que continúan diciendo que "el dispositivo 'probablemente' esté compuesto por un centro cargado con pólvora, conectado a varios cables que conducen electricidad desde una fuente, como una batería pequeña, esta electricidad alimenta un iniciador pirotécnico que genera una chispa para encender la pólvora”, indicaron ésas fuentes policiales.

Lo que es necesario dejar en claro, que se trata de un análisis preliminar ya que manifestaron que "este tipo de artefacto es 'probable' que haya sido utilizado con fines intimidatorios o disruptivos, como en manifestaciones o pequeños actos de vandalismo". Lo que queda en claro es que cumplió con su intención de causar daño y generar un impacto intimidatorio".

Y los analistas encontraron similitudes con otro artefacto detectado tiempo atrás en la estación de Retiro, otro en la Universidad Tecnológica Nacional, otro explotó en el correo en Monte Grande, uno en la sucursal postal de barrio Los Boulevares en la ciudad de Córdoba y por último, otro enviado a la empresa Indra, que participa en el operativo electoral. Hay que ser explosivista altamente capacitado para saber manipularlos. No hay muchos ni son tan buenos.

El paquete iba dirigido a Nicolás Pino, que es el actual presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), cargo que asumió en junio de 2021, actualmente lidera el Movimiento Compromiso Federal, un grupo que busca modernizar la entidad y representar mejor a los productores rurales.

Explotó en las manos de Pamela. Ella y los demás, afortunadamente se encuentran bien.

Comentarios