DESDE LA PLATEA, HABLÁNDOLE A LA POPULAR

EDITORIAL

Hablemos del "Capitán Veto"

Por Walter R. Quinteros

Movidos por el solo echo de molestar, alejados de todo raciocinio, en el senado sancionaron por 61 votos a favor y 8 en contra, la Ley de Movilidad Previsional y Seguridad Social. El presidente Javier Milei, haciendo uso de su dinámica particular, anunció al espacio que prepara su primer veto.

Hace unos tantos años, Luis Alberto Spineta escribió una hermosa canción que tituló "El anillo del Capitán Beto".

"Ahí va el Capitán Beto por el espacio / Con su nave de fibra hecha en Haedo / Ayer colectivero / Hoy amo entre los amos del aire".

Sabemos que el veto que todo presidente puede hacer es total o parcial. Milei dijo; "Total".

¿Por qué?

La Oficina del Presidente señaló en la noche del jueves pasado en un comunicado, que el proyecto aprobado por el Congreso tiene como único objetivo "destruir el programa económico del Gobierno" y, que "el Presidente se comprometió con los argentinos a sostener el superávit fiscal a toda costa y así lo hará, pues se trata de un proyecto de ley irresponsable, ilegal e inconstitucional que establece gastos exorbitantes sin su correspondiente partida presupuestaria, lo que implicaría que el Gobierno vuelva a caer en las viejas prácticas de emisión monetaria, el aumento de impuestos o el endeudamiento, que son las mismas recetas que nos han llevado al fracaso durante los últimos 100 años".

En días pasados publiqué mi editorial "Mercenarios" en el "Quiénes & Por Qué". Recordemos que se suicida el senador Lisandro del Torre dos años después de la cración del Banco Central que autorizaba la emisión monetaria, cada vez más descontrolada.

Entonces, ¿Cómo sería eso del veto?

La Constitución Nacional le concede una prerrogativa al presidente, que puede ejercerla para todo tipo de leyes. Pero hay una excepción, por ejemplo una consulta popular vinculante. Ahí no hay veto que valga.

Es en el artículo 83 de nuestra Constitución que señala: 
Desechado en el todo o parte un proyecto por el Poder Ejecutivo, vuelve con sus objeciones a la cámara de su origen. 
Esta lo discute de nuevo, y si lo confirma por mayoría de dos tercios de votos, pasa otra vez a la cámara de revisión. Si ambas cámaras lo sancionan por igual mayoría, el proyecto es ley y pasa al Poder Ejecutivo para su promulgación. 
Las votaciones de ambas cámaras serán en este caso nominales, por sí o por no. 
Los nombres y fundamentos de los sufragantes como las objeciones del Poder Ejecutivo, se publicarán inmediatamente por la prensa. 
Si las cámaras difieren sobre las objeciones, el proyecto no podrá repetirse en las sesiones del año.

Entre nosotros, amigos lectores, significa que: El presidente tiene 10 días de tiempo para ejercer su poder de veto. Y las cámaras no tienen plazo para rechazar el veto.

Otras estrofas de la canción de Spinetta dice:

"Su anillo lo inmuniza de los peligros / Pero no lo protege de la tristeza". Porque esto le va a traer seguras consecuencias, como algún costo político. Otro dolor de cabeza.

El veto se debe comunicar a la cámara de origen del proyecto, que en este caso, es Diputados. 

¿Debe pasar por comisiones antes de llegar al recinto, por el si o por el no? 

Desde el sitio Parlamentario señalan que si el veto es total, va a las comisiones que lo trataron oportunamente, porque requiere que resuelvan para ir al recinto. Que vaya a comisiones, no implica que se pueda modificar nada; solo se trata de aceptar el veto, o insistir. Y, en Diputados deben conseguir los dos tercios de los presentes para rechazar el veto y que siga su recorrido.

El mismo trámite y requisitos es aplicable para los senadores.

Y un detalle de los poderes del anillo del capitán "Veto"

Si consigue los dos tercios de los presentes, está obligado a promulgarlo. Y si en una de las dos cámaras no cuenta con ése número, el proyecto no puede volver a tratarse en las sesiones de ese año, y se mantiene el veto.

"Ahí va el Capitán Beto por el espacio / Y si esto sigue así, ni una triste sombra quedará", escribió Spinetta.

Desde la platea, hablándole a la popular

Para que los muchachos de mi barrio entiendan: Si vos no tenés un mango en el bolsillo, nunca aportaste para una caja jubilatoria y vivís de un plan. Aparte de eso —hijito de Dios—, ya nadie te quiere fiar, tampoco querés laburar. ¿Para qué les prometés a los chicos caramelos todos los días hasta que formen pareja? ¿Qué olla vas a raspar? Eso si, a los promulgadores de poner palos en las ruedas, a los demagogos que el presidente bautizó como "degenerados fiscales", a ellos, les alcanza para el diario champán, y del bueno.





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