DERECHOS, MUERTE Y REIVINDICACIÓN HISTÓRICA COMO CAMINO DE VIDA

 SOCIEDAD / HISTORIAS / PERFILES URBANOS

Hablamos con Cecilia Soulier



Susana Cecilia Soulier Reyna nació en octubre de 1975 cuando Argentina pasaba uno de los peores momentos de su historia, su único hermano nació dos años antes, diez meses después de su nacimiento un 16 de agosto de 1976 las fuerzas militares que gobernaban Argentina secuestraron a su padre y un día antes hicieron lo mismo con familiares muy cercanos como su tío y primo.

Hoy, " la Negra " como todos la conocen en su círculo íntimo es docente de historia luego de haber transcurrido en la militancia política muchos años eligiendo un camino que hoy es motivo de una nueva sección de Perfiles Urbanos de NOVA.

Su padre es un hijo vivo de la historia que dejó la sangrienta dictadura militar y Cecilia comenzó su testimonio recordando el contexto familiar en su infancia " me da mucha tristeza, el discurso familiar de mi rama paterna siempre fue que todos éramos felices, mis padres recién se casaban cuando mi papá fue secuestrado". Luis Roberto Soulier Guillén cursaba el quinto año de medicina aquel día imborrable para su familia y es uno más de los cientos de desaparecidos que dejó como herencia social el terrorismo de estado.

Tíos y abuelos juntos sostuvieron emocionalmente la familia y Cecilia rememoró "por parte de mi madre vengo de una familia muy trabajadora, mi abuelo era el zapatero de Malagueño, en el discurso de toda la familia siempre estuvo muy marcada la responsabilidad, honestidad y el ser correctos como línea educativa".

Situándonos en la recuperación de la identidad como camino histórico, la Negra expresó que "mi primo también fue secuestrado y recuperado y fue querellante en su propia causa cuando se comenzó a visibilizar la tortura a bebés. Como mi primo que logró rehacer su vida con una hermosa familia y siendo un gran profesional todo mi clan, no por casualidad nació en la tragedia, tenemos una cuota extra de resiliencia y un poder de transformación coherente con nuestra historia".

Y continuó con su apasionante relato: "Mi madre se puso al hombro la economía del hogar y mi tía que apenas tenía 15 años colaboraba en nuestra crianza. Parte de la familia nos bajó personalmente creo un acuerdo tácito de cuidarnos a cambio de no repetir la militancia e ilegalidad en la que transcurrieron mis padres y mi mamá nunca más volvió a militar de esa forma".

Volviendo a su etapa escolar con la guerra de Malvinas como pesado telón de nuestra sociedad comentó: "Juntamos donaciones para enviar a los soldados, recuerdo que mi madre con lágrimas en los ojos me dio golosinas, yo escribí una carta y todo lo recolectado fue llevado a un container en la plaza del barrio al frente de la escuela en la que hoy soy docente de historia".

Con un fuerte espíritu de memoria expresó: "Sufrí bullying por parte de una preceptora y un profesor en la secundaria".

Con todas esas raíces sintientes a flor de piel y un espíritu de transformación enorme participó de la Megacausa La Perla del 2020. "Fue una gran clase de historia cordobesa donde testificaron muchos compañeros de mi padre, entre ellos el que en aquel momento era el ministro de Educación de la provincia, Walter Grahovac. Ellos, junto a mi padre brindaban en el barrio Obrero y Alberdi talleres de cultura musical y daban en merenderos la copa de leche".

Su padre armó el gremio de Docente Privados Católicos de Córdoba, el CEPAC y era parte de la comisión directiva.

Claramente por tracción a sangre y experiencia de vida se fue convirtiendo en una difusora de los derechos humanos.

Al consultarle sobre el momento donde tomó, tal vez, la decisión más importante explicó: "Ya en mi último año de secundaria comencé a leer mucho de historia y cuando terminé sentí con una gran convicción y después de todo el sufrimiento por el silencio de mi etapa escolar que tenía que transformar lo vivido, que algo debía hacer con todo lo que tenía adentro".

Y agregó: "Empecé a participar junto a mi hermano y madre en la firma contra los indultos, comencé a tomar mis propias decisiones y en 1995 fui a la primera reunión de la fundación H.I.J.O.S y simultáneamente comencé a estudiar historia".

Luego llegó el momento histórico para Córdoba, de la ley de Educación Superior: "Ya participé en cuestiones políticas y compartimos con varios compañeros larguísimas jornadas de concientización sobre la nueva ley, fue un proceso muy enriquecedor moralmente, intelectualmente y masivo que nos marcó para siempre a todos".

Durante esa etapa democrática de fervor estudiantil también conformó el centro de estudiantes que ganó en la Universidad Nacional de Córdoba de filosofía, artes y humanidades, claramente su destino fue una construcción laboriosa y llena de legado cultural.

Años después fue madre de dos hermosos hijos, Alba Luna y Lucio. "Con ellos siempre participamos en distintas actividades por los derechos humanos luego de mi experiencia personal fortalecida por nuestro colectivo".

Parte de su historia también transcurrió en Jujuy donde se capacitó artísticamente, dio clases de apoyo escolar y ayudó a jóvenes para rendir los ingresos universitarios y hasta logró hacer mutar el sufrimiento en alegría mediante la murga. Allí trabajó, ya como docente en un curso acelerado en San Pedro, Ingenio Azucarero de La Mendieta creado por el movimiento social Tupac Amarú.

En el año 2011 volvió a Córdoba a ejercer la docencia en Historia como difusora de los derechos humanos. "Vivencié la historia de América Latina porque compartí en el norte argentino con trabajadores golondrinas de distintas cosechas, la ancestralidad completó un profundo ejercicio de la memoria interna".

Sin lugar a duda la educación territorial y cultural a la que le puso el cuerpo junto a trabajadores marginados y en los barrios populares jujeños hizo de Susana Cecilia Soulier Reyna la persona íntegra que es hoy.

Finalizando su ejemplificador relato de reivindicación histórica, sentenció emocionada: "Todos sufrimos por algo pero esa misma experiencia nos lleva a cuidarnos, a sanar, y así creamos herramientas para subsistir y soy una feliz defensora de los derechos, consciente de todo lo que cualquier persona puede lograr para vivir sanamente".

La astrología como conocimiento y valor identitario también forma parte de los últimos años de vida de la protagonista de esta sentida entrevista que nos enseña que el camino interior que responde a la existencia propia nunca termina.

(NOVA  Córdoba)


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