EDITORIAL
Otra clara muestra de que este es el peor gobierno municipal
Por Walter R. Quinteros
A la crónica de una renuncia anunciada como la del secretario de Gobierno, el viernes pasado, más otras que están por aparecer, se le suma la pobreza de ideas y el desprecio del intendente no solo a este medio periodístico, sino ahora a la población en general.
Fue el concejal Mauricio Mariani quién nos acercó exactamente a la hora 17 del viernes, la noticia de la renuncia del secretario de Gobierno Juan Sánchez.
En otro orden de cosas nos alegra saber que no estamos solos y es muy agradable encontrar medios colegas que muestren la realidad cruzdelejeña y por sobre todo, la manifiesta incapacidad conductiva de este intendente.
Bajo el título "Tenemos una Fiesta Nacional y no la hacemos", el periodista Pablo Olmos expone con claridad la poca vocación política de este gabinete encabezado por Renato Raschetti, cuyo lema "Sabemos cómo hacerlo", ha pasado a constituirse en la mayor ambigüedad expuesta en su campaña electoral.
La nota
Tenemos un Predio en el medio del centro de la ciudad, con escenario, camarines, espacio para exposiciones, plateas, tribunal etc. y no lo usamos. Dice Pablo Olmos y agrega:
Tenemos artistas locales y no les damos un espacio.
Ah, pero … reemplazamos la Fiesta Nacional que se hizo tradicionalmente en verano por un evento en invierno, con una exposición donde sobra carpa y falta público.
Reemplazamos el escenario mayor, por el corral donde pasean las vacas de la feria y el lugar para los espectadores por la tribuna donde los compradores de hacienda lanzan sus ofertas.
Reemplazamos nuestros artistas locales por artistas locales de otros lugares y los puestos de comidas tradicionales por los food trucks.
Llevamos el evento a kilómetros de la mancha urbana para que los pobres no lleguen.
En serio, somos raros eh.
El intendente esta tan lejos de la gente como lo estuvo la gente del evento que organizó (quizás para salvar el costo presupuestario asignado para la Fiesta Nacional del Olivo).
Entiendo que las fiestas, fiestas son y que las críticas deben quedar en el fuero íntimo o en todo caso del de los cercanos. Pero si es la fiesta del pueblo que se hace con dinero público me parece que la crítica debe compartirse para mejorar, si es que queremos que sea algo más que los cuatro o cinco stands de establecimientos que elaboran aceitunas (que dicho sea de paso han tenido un crecimiento importante en la generación de nuevos productos como lo son el aceite de oliva saborizado y la comercialización hacia otros mercados de la argentina), el lugar de la IPEA, y una carpa con dos autos de rally.
La comunidad de las agrupaciones gauchas y de las academias de danza salvaron a la organización del absoluto fracaso del evento.
Claro está que, había que sumarles a aquellos, la “oligarquía local” que encontró su espacio a debida distancia del folclore cuartetero que inundaba la San Martín en las noches de la Fiesta Nacional.
Ni un colectivo que saliera de los barrios al alejado lugar elegido para la fiesta, no se sabe bien, si por el paro de colectivos o porque la propuesta no era del todo tentadora.
Ni fiesta artística, ni expo feria, ni exclusiva, ni popular.
Un evento NI,NI. Tenemos unos meses para organizar la Fiesta Nacional, espero que para ese entonces el intendente logre ver un poco más allá de su entorno, porque se va a sorprender…va a encontrar un pueblo que quiere ser parte de esa fiesta… Cierra su artículo Pablo Olmos.
La falta de palabra de Raschetti para con este medio, suma otra gota que descolora aún más su paupérrima gestión enmarcada en la pobrísima atención que el ciudadano precisa, en consecuencia, vale recordar aquel viejo adagio popular: "La mentira tiene patas cortas".
Y las máscaras empiezan a caer.

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