LOAN PEÑA CONTRA LOS OCHO MÁS ODIADOS DE LA ARGENTINA

 EDITORIAL

Los días del por qué

Por Walter R. Quinteros

Hay un quiebre en nuestra sociedad, nos estamos quitando la máscara, les estamos quitando las máscaras, en definitiva, estamos mostrando las miserias humanas, caminando por la delgada línea roja que separa la verdad de la mentira, de los egos y la humildad, del temor al valor, de la practicidad a la burocracia estúpida. Estamos transitando los días en que todos cuestionamos de todo, los días del por qué.

Antes que el pequeño Loan Peña, de apenas cinco años de edad, comiera su última naranja, según dicen —porque nunca hay que creerle al dicen que dicen—, vio llegar montado sobre un caballo a su papá. 

Antes de eso Loan ataba los cordones de sus botines para jugar al fútbol, dice su mamá que le pide permiso para ir a la casa de su abuela con su papá. Dice su mamá que a Loan le gustaba ver los caballos y las vacas. Le pone una remera más limpia, el padre lo ayuda a montar el caballo y se van. La mamá lo saluda, desde ése momento lo espera.

Antes de que Loan saliera con sus primos a buscar naranjas donde no las había, en la mesa donde almorzaba, toman una foto. El tiempo empieza a detenerse. Hay personas, todas mayores en la misma mesa que lo miran mientras su padre, José, le corta la porción de pollo estofado que acompaña un plato de fideos cocinados por su abuela. 

Caminando hacia el naranjal, hay otra foto, lejana, difusa, solo se alcanza ver la prqueña cabeza de Loan. Es, dicen, la última foto de Loan. Nadie se ha dado cuenta que el tiempo se detuvo a las 14:20 hs de aquel día 13 de junio. 

Las personas de bien lo estamos esperando, a la salida del camino que lo llevó al naranjal. Para nosotros, todavía son las 14:20 del día 13. Atónitos ante la tardanza.

Según las estadísticas, en Argentina se considera a nivel nacional, el concepto de evento "registrado", a los "nacidos vivos registrados", es decir que inscriptos en un año, el promedio dice que nacen en un año, 529.794 niños.

¿Cuántos de nuestros niños llegan a un promedio de vida de 70 años?

Nuestros niños van por la vida como quién cruza por una tremenda balacera, sortean tempestades, flagelos, epidemias, secuestros, abusos. Imbecilidades de nosotros, los mayores.

Los ocho más odiados

Como el título de la película de Quentin Tarantino, solo que allí no quedó ninguno pues se matan entre ellos, hoy, en la Argentina que no quiere ver correr las agujas del reloj sin Loan, hay personas sospechadas, sin saberlo, las hemos declarado "no gratas". Son —por si no lo saben—, las personas más odiadas de nuestro país. 

Aunque a sus abogados no les guste, le paso la nómina en orden de aparición de los 8 más odiados:

1) Daniel Ramírez; conocido como "fierrito". Tuvo un llamado telefónico en el momento exacto en que el tiempo se detuvo. Detenido por abandono de persona.

2) Mónica Millapi; la esposa de Ramírez, sabe lo que su marido sabe. Detenida por abandono de persona.

3) Victoria Caillava; al momento era una importante funcionaria municipal. Esposa de Carlos Pérez. Despedida de la municipalidad de 9 de Julio. Detenida por abandono de persona.

4) Carlos Pérez; retirado de la Armada hace siete años, aseguró que se fueron antes de recoger naranjas. Le peritan sus propiedades, sus automóviles. Detenido por abandono de persona.

5) Bernardino Antonio Benítez; detenido, es el tío de Loan, con antecedentes penales por robo de ganado. Detenido por abandono de persona.

6) Walter Maciel, excomisario de la ciudad de 9 de Julio, con un legajo no muy santo. Detenido por entorpecer la investigación que él mismo tenía a cargo. 

7) Laudelina Peña, la tía de Loan que declaró que Loan no está desaparecido sino que murió atropellado por la camioneta que conducían Pérez y Caillava, 15 días después. Procuran ahora detenerla.

8) La Justicia correntina; no trabajaban los fines de semana, había un clamor por la aparición de Loan, entonces le pongamos nombre, Juan Carlos Castillo es el primer fiscal que tuvo el caso y quien durante más de una semana insistió con la hipótesis de que Loan se había perdido al ir a buscar naranjas a un campo.

Antes de que el tiempo se detenga, la imagen nos lleva a visibilizar a Loan atándose los cordones de su botín, el mismo que "plantaron" para desviar la búsqueda y la investigación. Casi con seguridad, lo hacía como lo hacen los pibes, en forma lenta, con esmero y prolijidad.

Después de eso, aparecieron todas las miserias humanas juntas, vestidos de nabos, boludos, supersticiosos, iluminados, mentirosos, cagadores, fracasados, los machos, vagos, atorrantes y sabihondos. Pongale usted, amigo lector, nombre y apellido a cada uno que en esta nota les quepa el sayo. Serán más de 8 los inmensamente odiados.

Creo que nunca haremos nada, lo suficientemente bueno, para evitar que nuestros Loan, nuestras Sofías, nuestras Guadalupes y mil chicos más que nos faltan, vuelvan con mamá y papá, porque somos una mierda como mayores.

Vienen los días de preguntarnos el por qué siempre son infinitas las líneas a escribir sobre nuestras imbecilidades.

Cuando debieran ser escritas por esa extraña felicidad que nos proporciona la tierna imagen de ver a un niño, atándose los cordones para salir a jugar. 





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