PARO DE LA CGT: SABOR A NADA

POLÍTICA

Sólo les queda el apriete

Por Walter R. Quinteros

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, dijo que recibieron 3856 denuncias de "aprietes" de parte de mafiosos para adherirse al paro, y agregó que: "Vamos a judicializar todo. Para eso pusimos el teléfono, no vamos a hacer eso para recibir datos y después traicionar a la gente que denunció y no hacer una denuncia consecuente para proteger a la gente y para que llamen a declarar a los apretadores".

La CGT necesita apretar, no le queda otra. Sino, no hay paro.

En este segundo paro general convocado por la CGT y las dos CTA en contra del gobierno de Javier Milei les ha dejado sabor a nada. Los negocios estaban abiertos.

Si bien la Unión Tranviaria Automotor (UTA) adhirió a la medida de fuerza, algunas líneas de colectivos en Buenos Aires funcionaron de manera habitual, y la misma Secretaría de Transporte ya había informado que "hay trabajadores pertenecientes a empresas prestatarias de servicio que tienen la voluntad de cumplir con su trabajo y no se van a adherir al paro".

Pero desde la empresa DOTA señalaron que eran 70 las líneas que funcionarían, aunque también advirtieron sobre ataques a sus unidades. El Ministerio de Seguridad salió a decir que "disponían de efectivos policiales, móviles y agentes para asegurar las condiciones para que puedan transitar".

Queda claro entonces que sin aprietes no hay paro.

La ministra Bullrich, fiel a su estilo, apuntó que se trató de "un paro que demuestra la debilidad del sindicalismo porque sólo paran aquellos que no pueden ir a trabajar, pero en el interior del país, donde las distancias son más cortas, todo el mundo fue a trabajar".

Y luego se preguntó: "¿A quién representan? Sólo tienen el poder de parar el transporte. ¿Y cómo lo hacen? Amedrentando".

Es de suponer entonces que si la CGT fuese un partido político, seguramente les pondrían una pistola en la cabeza a los trabajadores para que los voten. Ni oratoria tienen.

Como contó LA NACION, en la línea telefónica 134, dispuesta por el Gobierno nacional, ya se acumularon 142.331 denuncias de aprietes. 

Si el 56% del electorado eligió este gobierno que siempre dijo que iba a ajustar, que se acabó la fiesta, que no había nada para regalar porque el dinero es ajeno, ¿por qué salen a hablar de pérdidas de derechos, libertades y que la Patria está en venta, metiendo aprietes?

Queda entonces establecido que sin aprietes un paro no funciona.

Entonces la CGT se quedó con sabor a nada, no pudo cumplir con su objetivo. 

Como si fuese un enviado de los dioses del Olimpo, el cotitular de la CGT, Héctor Daer, dijo que: "El Gobierno debe tomar nota y reconfigurar su política de ajuste, que nos está llevando a extremos". 

¿Quién es Daer para decir lo que un gobierno debe hacer?

Daer viene del gremio de la Sanidad, no sabe ni cuántas ruedas tiene un ómnibus del transporte urbano, ni cuántos de sus "compañeros" viajan kilómetros y kilómetros parados para llegar a su turno de trabajo, pero necesitó apretarlos. A los unos y a los otros.

Lo que algunos delegados, casi con seguridad reclaman, es que todo cansa. Esto de los paros no funciona. Si miran el bosque y no el árbol, el desgaste fue de ellos. El gobierno ni se inmutó. Mucho menos el presidente Milei.

Quién esto escribe lo pudo comprobar en esta ciudad de 52.000 habitantes que se llama Cruz del Eje. No se quién y por qué divague mental se le ocurrió hacer un corte de ruta en contra del ajuste. En la fila del cajero de un banco en pleno centro, había más personas cobrando sus "derechos" que las convocadas a cortar la ruta y protestar por la pérdida de los mismos. Cambien el lugar de protesta muchachos, para la foto será una multitud.

Pero... ¿Qué pasaría si desde las propias filas de la CGT piden un cambio de caras?

Porque Sobrero pide un paro de 36 horas. Eso los pone en aprietos a los "dialoguistas".

Y hay otros que ya están cansados de esas caras amargas en cuerpos gordos que deciden todo.

Y se vuelve a equivocar Daer al decir que: "El paro fue un éxito pero no nos pone contentos hacer una medida de fuerza, sino el fin de establecer la apoyatura a un reclamo preciso y claro que fue la agenda que nos llevó a tomar esta medida. Está en discusión un proyecto de país y de desarrollo hacia el futuro".

Y vuelve la burra al trigo: El 56% de la gente ya votó el proyecto del país y el desarrollo hacia el futuro. Nos avisó antes, en campaña, cuando ustedes, muchachos de la CGT, no hacían paros.

Y no hacían paros en un país sin gobierno, sin proyectos y sin futuro.

Por eso, sólo les queda el apriete.




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