LUCES Y SOMBRAS DEL FIN DE SEMANA EN CRUZ DEL EJE

EDITORIAL

Nadie me invitó a almorzar

Por Walter R. Quinteros

El domingo iba a escribir este editorial, pero ya tenía otro en carpeta y me dije, "salí un poco viejo, la fiebre bajó". Nada mejor que ir a ver a una especie de nietito de corazón jugando al fútbol y allá fui. Las señoras que cobran la entrada en la cancha de fútbol me miraron con cara de "este no es del barrio" y una de ellas me reconoció.

El hijo de la "chica que limpia", cumplió un buen papel dentro de su equipo que cayó derrotado, los responsables de enseñar el juego, dirigentes y fundamentalmente los padres, deben saber que una criatura de solo siete años, juega. Entonces el juego debe ser una diversión. Para temas como dominio del balón, posicionamiento dentro del campo de juego, tácticas y estrategias, hay tiempo. Por el valor de la entrada podía quedarme a ver las otras divisiones, incluso el fútbol femenino. Mejor meterse en cama, por las dudas, y volví a casa.

Al salir, las señoras que cobran las entradas en la puerta ya tenían certezas de mi, una de ellas les dijo a las demás que yo era "el patrón de..." En realidad, esa frase me cayó mal. 

Había sido muy difícil tratar de dormir con fiebre y dolor de cuerpo, lo fue toda la semana, imagínese si a ése cóctel le agregamos que frente a mi dormitorio suceden cosas como, escuchar las voces y ruidos propios y característicos de una parada de taxis, las prédicas en voz alta de los pastores de una iglesia evangélica y un boliche nocturno como broche de oro.

Quién mide los decibelios en la municipalidad debe haberse jubilado, o está de vacaciones o tal vez falleció, o no sabrán que es eso de medir decibelios, quién sabe. Pero la municipalidad no existe para eso. Si para controlar motos, y alguna guitarreada por ahí, pero nada más.

En política, el presidente le había salido al cruce a la desesperada exvicepresidente CFK, diciéndole que: "Lo que hacemos es para reconstruir lo que ustedes destruyeron", le había dicho eso porque la señora parece que vive en otro mundo al decir que "la gente se caga de hambre". ¿Y con esa boquita es una dama? Mamadera.

Será por eso que Roberto Fontanarrosa dijo que no hay palabras malas, que las palabras no te pegan. "¡Ful, ful! Grita una abuela tras el alambrado, y agrega, "lo cagan a patadas al chico".

"La gente se caga de hambre porque ustedes durante décadas defendieron un modelo que se basaba en gastar sin límites y falsificar dinero para tapar el agujero". Le respondió el presidente y agregó: "El resultado es un país destruido con 60% de pobres. ¿De que sirve lo que estamos haciendo? Sirve para reconstruir el país que ustedes destruyeron. ¡Viva la libertad, carajo!"

En la cancha, una madre le gritaba a su niño: "Dale, dale, corré carajo, pateá, támadre, no quiere entrá la pelota".

"Te puede haber votado el 56%, pero si después la gente se caga de hambre, pierde su trabajo y no puede llegar a fin de mes, ¿de qué sirve?", decía Cristina, que solo tiene memoria para contar cuántos millones cobra por mes. Lógicamente olvidó preguntarse cuántos pobres dejó ella. Mientras tanto, la estatua de su marido, el fallecido expresidente Néstor Kirchner, viene viajando de lugar en lugar, como la bolsa con huesos de Rebeca, una supuesta prima en segundo grado de Úrsula que llevó a la casa de Arcadio Buendía en el libro "Cien años de soledad" de Gabriel García Márquez.

Más noticias para este boletín: Un niño de doce años apuñalaba a otro de quince en una trifulca en una plaza de Rio Tercero. Eso no era un juego. Ya los niños parece que no juegan.

Un grafiti escrito en las paredes del canal maestro que hay que cruzar para ir a la cancha del club Central Norte, "No te mueras nunca madre".

Mensaje en el celular: "Hola don, tengo para ofrecerle 12 canelones de carne, acelga y ricota con salsa bolognesa a $4.500, llevo a domicilio".

La música que pongo para escuchar es de Milton Nascimento, y el paracetamol, me dijo el galeno de turno, se toma cada 12 horas, pero usted ya está mejor. 

Uno escribe hasta con fiebre, pero los que hablan parece estar más afiebrados que uno. Cristina dijo: "Señor Presidente: nadie quiere que le vaya mal, porque si a usted le va mal, nos va a ir mal a todos los argentinos. Pero debe comprender que tiene que dar un golpe de timón urgente", destacó. "Siento como si estuviéramos en el ‘Juego de la Oca’ y hubiéramos retrocedido al punto de partida".

¿Cuál era el punto de partida? Respuesta lógica; El quilombo que dejaste, Cristina. Largas colas para contestarle a Cristina. Las palabras no son malas.

¿Cocinan todos los días? Le pregunto a la vendedora de canelones con salsa bolognesa. No, me dice, los otros días trabajamos y los fines de semana ayudamos a la economía de casa vendiendo comida. Gracias por su compra.

En nuestro país, los que venden humo no tienen descanso, porque cobran millonadas por mes.

Por eso, otra vez sopa.

Mi hijo es "nueve", no se por qué lo ponen a jugar de "dos". Dice un padre que aprieta sus dedos contra el alambrado, el "técnico" reemplaza al supuesto "nueve" por una nena, que quiere ir a cabecear un córner y lo primero que hace le pide una foto a su madre...

En la siesta de ayer tuve un sueño. Soñé que golpeaban la puerta, y que al abrirla, entraba un coro de ángeles con galletitas para el mate.



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