TODO SERÁ CUALQUIER COSA

EDITORIAL

En política hay que saber aceptar y jugar el juego de las acusaciones cruzadas

Por Walter R. Quinteros

Muchas veces, los políticos se dedican a desprestigiarse mutuamente y eso hace a que contribuyan a debilitar a sus partidos. Parece un comportamiento irracional, pero no lo es. Al contrario, esos factores obligan a los buenos políticos a mejorar.

Sino, vamos al caso del senador bonaerense Sergio Berni que cuestionó duramente al Partido Justicialista porque "no es capaz de movilizar ni a sus propios congresales".

Esto se dió en el marco del acto partidario en el microestadio del Club Ferro con el objetivo de encaminar el proceso para la renovación de autoridades.

Tenemos entonces cuán complejas son nuestras sociedades democráticas, tan diversas, cambiantes y desiguales. Algo que las "autoridades", por ejemplo de LLA Córdoba desconocen.

Las disputas son la esencia misma de la política. Y se debe entender que mediante la política, surgen intereses diferentes y, a esos intereses opuestos hay que negociarlos hasta llegar a arreglos aceptables para las partes y en definitiva, del partido mismo.

El senador Sergio Berni aparece como un político profesional al ocupar el centro de la escena fustigando a sus "compañeros" porque "es un partido que no es capaz de movilizar ni a sus propios congresales". Expresó. 

Más frases para analizar y en el contexto en que las dijo:

"Esto es cualquier cosa menos peronismo".

"El próximo congreso se va a hacer en un habitáculo de 3x3. Sobraban sillas por todos lados. Nunca vi una cosa así".

"Aquí hay algunos que quieren sacar ventaja de esta inactividad del peronismo; lo que no entienden, es que cada vez les va a ir peor".

"El justicialismo se ha convertido en un partido burocrático en el que nadie quiere ir a una elección porque tienen miedo de mostrar su peso electoral".

"Este peronismo no tuvo la pasión y lo que se tiene que tener para pedirle la renuncia a un presidente (Alberto Fernández) que se jactó, y nos faltó el respeto, diciendo que se sentía más cerca de la cultura hippie que de ‘las 20 verdades’ del peronismo, solo le aceptaron el pedido de licencia, nada más".

"El peronismo ya se acostumbró a la cultura del fracaso y se amarró a eso como un náufrago a un salvavidas. Hicimos un congreso para hacer una comisión política, cada vez estamos más lejos del peronismo". 

"Lo único que tiene que hacer el peronismo es aplicar su doctrina. El peronismo no tiene que encontrar un rumbo, sino volver a sus bases".

"Tenemos que tomar dimensión del desastre que fuimos".

"Si no se corrige, vamos a un naufragio. Ya ni convocamos a los propios, miren si no habrá cosas para plantearse".

Es por eso que surge la siguiente pregunta ¿Como es posible, que los políticos se desacrediten? Porque los hay de raza, como los hay ambiciosos, trepadores, y oportunistas que, como dice Berni, "no convocan ni a los propios, ya que hicieron un congreso y fueron tan irrespetuosos que los mismos integrantes del consejo, mientras los compañeros querían hablar, se levantaban y se iban. Si vos hacés venir a todos los compañeros del interior, flaco, quedate hasta las 5 de la mañana, pero escuchá uno por uno".

Yo lo ví en Córdoba y en LLA. Y les puedo asegurar que los supuestos "dirigentes" que estaban al frente del encuentro, desconocían cuántos ríos tiene la provincia de Córdoba. Ni hablar si tienen que movilizar partidarios sin la presencia de Milei.

Cualquier cosa  

Sergio Berni planteó que la lógica de construcción política que imperó en el peronismo en los últimos años fue expulsiva y que, "los echaron a todos". Y se preguntó: ¿Qué pasó que echamos a tantos compañeros que ahora tienen más protagonismo en otros partidos? 

Queda claro que las descalificaciones entre políticos son muy frecuentes, pero toman más fuerza cuando se plantean objetivos morales, como la defensa de ciertos valores o principios contra otros políticos que supuestamente los esconden.

Aparecerá siempre la moral y eso implica juzgar los comportamientos entre el bien y el mal ya que no alcanza con esconder la mugre bajo la alfombra. Es querer vender pescado podrido a los mismos afiliados que no querían más de lo mismo.

No hay que ser sino parecer. Y se deben mostrar ciertos valores incuestionables, para evitar así admitir que están priorizando sus intereses personales a veces oscuros e ilegítimos. 

Así, se instala en la política la oposición entre el bien y el mal. En el debate mismo. A menos que tengan el miedo atroz de debatir. Lo que no los hace políticos, mucho menos "dirigentes".

Los partidos políticos que presuman ser los defensores de la república o de la misma libertad, deberán organizarse primero en diferenciar el bien del mal dentro de sus filas. Más si se les ocurre hablar de "ficha limpia". ¿Con qué cara?

No se es más macho por echar por el simple hecho de no querer escuchar otra verdad. En política hay que saber aceptar y jugar el juego de las acusaciones cruzadas. De eso también se trata para ser un "supuesto" dirigente. 

Saber escuchar, como para tener "alguito" de dirigente, es también saber dar la cara, hablar de frente. Como lo hizo el senador Sergio Berni al resto de los congresales justicialistas.

Sino, todo será cualquier cosa.

Otro día sigo con los radicales, ésos si que no tienen paz.



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