OPINIÓN
Un paso hacia adelante
Por Carlos Berro Madero
Muchos investigadores sostienen que el comienzo del universo tiene un “sentido”, y tiende hacia una meta que persigue la obtención de un estado de plenitud en todas sus etapas; lo cual supone preservar el pasado creando nuevas estructuras que configuran el dar “un paso hacia adelante”.
El Presidente Milei demostró ante la Asamblea Legislativa que tiene una clarísima percepción de la realidad de nuestro país e intenta que todos apreciemos el valor de lo antedicho.
En política existe una regla útil, indicada por la dependencia que tienen algunos objetos entre sí, MÁS ALLÁ DE LAS IDEAS QUE DE ELLOS NOS FORMAMOS: a) corrupción y pobreza; b) privilegios y desigualdad; c) educación e ignorancia; d) productividad y esfuerzo; e) competencia y mérito.
Al respecto, es casualmente la experiencia del pasado la que permite inferir la relación existente entre “causas” y “efectos”, para poder orientar un programa de gobierno y establecer una conexión virtuosa con la realidad.
La mayor virtud del discurso al que hacemos mención consistió, a nuestro modo de ver, en explicar estas cuestiones con un lenguaje sencillo, objetivo y muy bien hilado.
Más aún, advirtió a su audiencia que casi todos los objetos de la realidad se alinean siempre en relación con su contigüidad y sucesión -como advierten muchos psicólogos-, permitiéndonos descubrir el valor de ideas inexploradas.
“Todas las percepciones de la mente”, señalaba David Hume en los albores del siglo XVIII, “son de dos clases: impresiones e ideas; y difieren entre sí solamente por sus distintos grados de fuerza y vivacidad”. Milei parece estar absolutamente convencido de ello, como así también que nuestra ignorancia al respecto nos ha llevado a la postración social de hoy.
En el discurso que comentamos, sobrevolaron fuerza y firmeza “consistentes”, proyectando en la audiencia –a pesar del tono tajante-, el peso de fundamentos totalmente desprovistos de apasionamiento, con argumentos sólidos, despojados de cualquier ficción voluntarista.
Todas las “operaciones” de la mente humana dependen, en gran medida, del modo en que estén dispuestas en ella. Y en ese sentido, el Presidente construyó un pensamiento ordenado - más allá de lo ambicioso del contenido-, que quedará a expensas de la reacción que genere en una sociedad apegada desde hace muchos años a la magia y los eufemismos.
Nuestra vida política nos debería haber alertado desde hace tiempo, que los razonamientos de muchos de sus protagonistas han estado influidos casi siempre por meras “sensaciones personales”, desencadenando una serie de movimientos erróneos respecto de la relación que tienen algunas cosas que nos rodean entre sí.
Quizá la mayor virtud de las manifestaciones de Milei esté relacionada con su implícita advertencia acerca de que las malas costumbres suelen alejarnos del buen camino y no nos permiten “reflexionar sobre los inconvenientes que encierra la imaginación conjetural, olvidando que objetos parecidos en circunstancias parecidas, producirán siempre efectos parecidos” (Hume nuevamente).
A buen entendedor, pocas palabras.
(Tribuna de Periodistas)
Comentarios
Publicar un comentario