EL SÍNDROME DEL CAÍN MONTONERO

 EDITORIAL

"El kirchnerismo es un fenómeno patológico que en 20 años le ha inferido un daño psicológico tan grande a la Argentina que hoy tenemos a la mitad de la población reducida a un nivel simiesco"

Por Luis Américo Illuminati

Alguien ha escrito hace poco y no se equivoca, puesto que es una opinión generalizada. «El kirchnerismo es un fenómeno patológico que en 20 años le ha inferido un daño psicológico tan grande a la Argentina que hoy tenemos a la mitad de la población reducida a un nivel simiesco». Por ejemplo, por dar uno entre miles- como hito siniestro, el alevoso crimen de José Ignacio Rucci. De esto los kirchneristas y sus adláteres no hablan.

Desde que el kirchnerismo hizo su aparición pública en el escenario nacional se viene solidarizando con los Montoneros -asesinos seriales y renegados- y en base a una narrativa falaz a la verdad de lo sucedido, presentándolos como «héroes» y a los que frenaron la violencia como los villanos. No es casualidad que Cristina Kirchner sea consuegra de Fernando Vaca Narvaja, fundador de esta ominosa organización criminal. La narrativa falaz no dice que la guerra la comenzaron los Montoneros. Un ataque artero -iniciaron una guerra civil- desde el primer día que la malhadada fórmula Cámpora-Solano Lima se impuso en las urnas el 11 de marzo de 1973. La guerra continuó y se vio la eclosión del horror el 25 de mayo -Día de la Asunción del fatídico tío- en que fueron liberaron todos los presos condenados por horribles crímenes. Y a partir de ese momento se pudrió todo. Un mes después, el 20 de junio, con el arribo definitivo de Perón a la Argentina tuvo lugar una batalla campal: la Masacre de Ezeiza, ajuste de cuentas del peronismo ortodoxo contra los infiltrados marxistas (entristas) que Perón luego los echaría de su movimiento. Ya antes de la venida de Perón los Montoneros «por amor al odio» hacían estragos, asesinaban cobardemente a militares y civiles. Se ufanaron de secuestrar y asesinar al ex presidente Pedro Eugenio Aramburu como si fuera una hazaña. Hoy se sabe que Santucho planeaba asesinar a Perón el día de su arribo a Ezeiza y echarle la culpa a las Fuerzas Armadas, tal como cuenta Juan Bautista Yofre, pero aquél se enteró y no se sabe a ciencia cierta si fue él o los peronistas viejos con Osinde a la cabeza que les arruinaron «la fiesta» a los montoneros y de la JP anexa. Como represalia contra Perón éstos asesinaron vilmente a Rucci, lo cual al viejo le produjo gran dolor e indignación. Ni siquiera con el fallecimiento de Perón los Montoneros cesaron de asesinar seres inocentes. Peor aún, la degradación de la democracia tomó un cariz inenarrable. Se equivoca Joaquín Morales Solá cuando afirma «Desde el Llano» que no se justificaba la intervención de las Fuerzas Armadas, derrocando a María Estela Martínez de Perón. Muy flaca memoria tiene Don Joaquín. La gente clamaba la intervención de las FFAA para parar semejante anarquía. El caos era tan grande y el vacío de poder del gobierno hacía peligrar la subsistencia del Estado al marchar en picada a la fatal disolución de la República que agonizaba en el más absoluto desorden. Regía la más cruda Ley de la Selva. Y los Montoneros y la Triple A se cazaban entre ellos.

Menos mal que para refrescar la memoria completa y no fraccionada, la viuda de Rucci que aún vive, con motivo de los actos del 24 de Marzo -organizados por «La Cámpora»-, ha salido a contar la pura y triste verdad para vergüenza de los que se les llena la boca llamándose «peronistas».


En resumen, esta «quinta columna», los Montoneros, enemigos de la paz y de la unión de los argentinos, junto a su socio el kirchnerismo -resumen de la maldad- les ha vendido a los que no existían en esa época un repugnante monumento a la infamia. Y les han lavado el cerebro de tal forma que llaman «negacionismo» a la verdad, a la que le huyen como los vampiros huyen de la luz.

Una prueba de la maldad de la izquierda ha quedado plenamente demostrada con los dichos de Estela de Carlotto -Titular de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo- que ha sido acusada por Fiscal de Mar del Plata, Juan Manuel Pettigiani de «incitar a la acción violenta» por las declaraciones que realizó en el marco del Día de la Memoria contra Javier Milei. Dijo que «cambie o sino que se vaya rápido del gobierno».

Sra. Carlotto, usted si es irremediablemente una conspiradora, una golpista, una mercenaria como su amiga Hebe. Odia a Milei y quiere que se vaya porque se terminó el curro de los desaparecidos.

Mientras no pongamos la memoria empastillada en su lugar, es decir, admitir la verdad sin ambages -tal como Eva Daniela Donda, hermana de Victoria Donda que reconoció que sus padres mataron gente, estaremos «atrapados en el tiempo» como en la película «El Día de la Marmota», donde el protagonista vivía una y cien veces los mismos episodios en una especie de bucle del tiempo.

El 24 de marzo de 1976 es la consecuencia del trienio precedente (25 de mayo de 1973 al 23 de marzo de 1976).

Jamás las FFAA hubieran intervenido hace 48 años si los Montoneros no hubieran atacado a muerte el gobierno constitucional de Perón. Es una gran hipocresía que los Montoneros o el kirchnerismo, que es lo mismo, se sigan llamando «peronistas». El «summum» de la voluntad maligna, la protervia fundante del «Síndrome de Caín», adoptado por los aquellos «jóvenes idealistas» cuyas almas y mentes se extraviaron a raíz de una prédica perversa fomentada desde afuera, levantando el puñal contra su hermano y derramando su sangre inocente para satisfacer el odio ciego que sentían. Es un karma que persigue no sólo a los criminales de los 70 -aunque sonrían cínicamente- si no también a todos los jóvenes argentinos como Lali Espósito que reivindican a los sicarios que apuñalaron por la espalda a su hermano y condenan sin saber a los que impidieron que un funesto totalitarismo como el de la Unión soviética y el de la Revolución Cubana, se impusiera en nuestra Patria. Fidel Castro les cobró bien caro a los guerrilleros apátridas por entrenarlos y hospedarlos en su isla.

(Informador Público / LA GACETA LIBERAL)


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