BANDO DEL PRESIDENTE

EDITORIAL

Motosierra y licuadora

Por Walter R. Quinteros

Antes, cuando ninguno de nosotros había nacido, los gobernantes escribían un bando para que la población sepa de qué se trata. Es decir entonces que un bando era una proclama o edicto que se hace público, originariamente de modo oral, por orden superior, especialmente militar o de un alcalde, dice el diccionario.

Para eso, se convocaba a la población de una ciudad o región para escuchar tal proclama.

Aparecía en escena el pregonero, que era un oficial público que en alta voz daba difusión a los bandos, para hacer público y notorio todo lo que se quería hacer saber a la población. Estos pregoneros continuaron existiendo hasta que en nuestros días la generalización de los bandos impresos y el desarrollo de la prensa les han hecho casi inútiles. 

Carlos Páez de la Torre desde LA GACETA nos cuenta que en la época de la colonia y hasta casi la mitad del siglo XIX, era común que al pie de las disposiciones de la autoridad (el Cabildo, el teniente de gobernador, el gobernador) se ordenara: “publíquese por bando”. 

En realidad, ya que no existían la prensa ni los medios audiovisuales, era desde tiempo inmemorial, la única manera de que la gente se enterara de la existencia de aquellos mandamientos de la autoridad. 

El pregonero se apostaba en determinadas esquinas de la ciudad siempre, elegantemente vestido o de uniforme de gala. A su lado, un tambor, con sus toques, llamaba la atención del vecindario, que empezaba a congregarse en torno al pregonero. Cuando este veía reunida la suficiente cantidad de gente, hacía cesar el redoble del tambor y, en alta voz, procedía a dar lectura a la disposición que debía difundir. Es decir, la “pregonaba”.

Averiguamos cómo se le llamaba al personaje que acompañaba al pregonero en su recorrido. Simplemente "el tambor", y se trataba de una persona que procedía a tocar durante unos momentos el tambor para llamar la atención de los vecinos. 

A dicho tambor también le decían "redoblante", que es el nombre que recibe este instrumento de percusión conocido en algunos lugares como caja o tarola. Se trata de un tambor que ofrece un sonido metálico al ser golpeado con una baqueta.

Las baquetas para golpear el redoblante eran de madera. Agunos hombres tamboreros adoptaban las costumbres y usos de las bandas militares, llevando la baqueta hasta la altura de los ojos y paralelas al piso.

Para graficar: Las onomatopeyas son palabras o vocablos que imitan o recrean los sonidos de las cosas o las acciones nombradas, alguien describió el sonido de este instrumento; Ran, rata plan plan plan, dicen en el sitio Ocean Translations.

Bueno, eso era antes.

Ahora el presidente Javier Milei da la cara siempre.
(Otros no saben lo que es eso, como algunos intendentes de por acá)

Tuvo a su disposición micrófono, tarima, televisión, radio, internet para que nadie lea lo que él mismo escribe. De frente. 
(Otros no saben lo que es eso, como algunos intendentes de por acá)

Ayer lo escuchamos a nuestro presidente desde una tarima, darnos una clase de economía, decir que dará de baja 70 mil contratos que no pueden justificar qué hacen en el Estado. 
Ran, rata plan plan plan.

Lo que nos quiso decir es que las Dependencias del Estado no son una bolsa de trabajo. 
Ran, rata plan plan plan.

Que el Estado no es una Agencia de Colocaciones para punteros políticos. 
Ran, rata plan plan plan.

Motosierra y licuadora. De eso se trata.
(Algo que desconocen algunos intendentes de por acá)
Pau, pauta plan plan plan.





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