VERSEROS

EDITORIAL

El calificativo que mejor les cabe

Por Walter R. Quinteros

Verseros. 

Funcionarios verseros.

El calificativo que mejor les cabe. 

Y no es una condición exclusiva del intendente de Cruz del Eje y su gabinete, no. Parece ser una característica que ya viene heredada del gobierno anterior y del anterior al anterior y los abarca a todos. 

En efecto, y como ya lo he repetido hasta el cansancio en cada editorial que más que ser una nota de política local, parecen escritos encontrados en un libro de quejas.

Y —vuelve la burra al trigo—, informan por el medio menos indicado donde se dan el lujo de explayarse en noticias carentes de oficio informativo, demostrando conocer así el oficio y la habilidad para embaucar al ciudadano sin hacer distinción. 

Parece ser que no hubo nadie a quien no le hayan mentido.

Y necesitan constantemente de un ejército de asesores para que les preparen un libreto que buscan repetir como si supieran de qué se trata.

Por eso hacen un notorio esfuerzo para utilizar una terminología que ni siquiera haría falta, pues las urgencias son otras. Tal el caso de decir estamos trabajando para cambiar Cruz del Eje, cuando en realidad vinieron otros a decirnos que el agua del dique no está contaminada, por ejemplo. ¿Y el costo de esa maniobra?

La urgencia radica en que hay barrios sin agua. Ningún funcionario salió a dar explicaciones, o de última, echarle la culpa al cacique Olayón, a los demás ya se encargaron de señalarlos.

Decir que el agua del dique no está contaminada cuando estamos tapados de otras urgencias es creer que eso es suficiente para engañar a giles conformistas.

¿Qué han hecho por la ciudad?

Nada, solo están tratando de vender una idea falsa de que están trabajando. 

Si usted le pregunta a un funcionario o allegado al gobierno de la ciudad le responderá que "recibieron" un desastre y no una administración... ¿Y?

¿No pidieron acaso que los voten sabiendo que iban a recibir un desastre? 

Y de que ¿sabían cómo hacerlo?

Y viene el manual clásico para decir algo sin decir nada: 

"Estamos tomando medidas" ¿de qué?

"Estamos trabajando en la proyección y productividad de" ¿Dónde? ¿Cómo?

"Estamos consolidando" ¿Qué?

"Estamos entendiendo las dificultades" ¿De quién? 

No solo eso.

Para la foto con algunos vecinos van a decir "que mantuvieron una reunión con... y que van a estudiar el tema..." ¿A estudiar" el tema?

El camino de los verseros es agradable porque nadie les pregunta nada. 

O, a lo mejor porque piden que nadie les pregunte nada, ya sea porque no tienen documentación para mostrar o porque ellos mismos están flojos de papeles. 

El presidente Javier Milei se peina y nos avisa a toda la prensa que se peinó. ¿Aquí se les van a caer los anillos si mandan una gacetilla a la Prensa?

Y eso, a la larga, los va a llevar a estrellarse contra ellos mismos. Aviso.

Porque salta a la vista que no tienen argumentos económicos ni políticos para llamar a la prensa y responder preguntas abiertas. Las que el ciudadano común se hace.

Sabido es, según mi abuelo, que la convivencia entre verseros hace que todo se convierta en un genuino quilombo. 

Sabio, mi abuelo.




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