A COMO DIERA LUGAR

SOCIEDAD 

Ernestina Herrera de Noble, la prostituta que conquistó a Roberto Noble y luchó por su herencia a toda costa


La empresaria, Ernestina Herrera de Noble.

En la década del ´50 el empresario Roberto Noble, cuyos gustos sexuales por ambos géneros era de conocimiento público, organizaba fiestas prohibidas con varios de sus amigos y prostitutas en su yate en Europa, y allí llevaba varias chicas argentinas con las cuales pasaban largas noches de orgía.

En medio de esas orgías, y tras tres o cuatro noches de descontrol de la época, Don Roberto conoció a Ernestina Herrera, con quien luego de varios meses decidieron contraer matrimonio y afrontar la vida juntos, pero el dueño de Clarín no dejaba de hacer sus travesías con diferentes prostitutas y así fue como dejó embarazada a otra dama de compañía.

Uno de los grandes problemas que aquejaba al matrimonio Herrera-Noble era que Doña Ernestina no podía tener hijos, motivo por el cual cuando se enteró de la existencia de Guadalupe (o Lupita, como le decían), siempre buscó integrar a la pequeña como hija propia, sacando la tutela a su madre, Lupe Zapata, que por nada del mundo deseaba entregar a su hija.

Semejante negativa, y la amenaza de una heredera directa de su marido, generó la creación de nuevos planes. Doña Ernestina buscó una prostituta, a quien le aseguró cierta cantidad de dinero por adoptar a sus hijos, y de esa forma asegurarse una mayor parte de la herencia de Don Roberto.

Lupita, por su parte, actualmente vive en la provincia de Salta y no quiere volver a pisar Buenos Aires, pero es una de las millonarias desconocidas del país, y entre algunas de sus posesiones se encuentran unas galerías sobre la avenida Callao, entre Pueyrredón y Santa Fe, pero además es dueña del edificio en el cual vive hoy el periodista Jorge Lanata.

(Agencia NOVA)


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