EDITORIAL
Capital infernal de Unión por la Patria
Por Luis Américo Illuminati
La palabra Pandemonium deriva de las palabras griegas παν [pan], que significa “todo” o “cada uno”, y δαιμόνιον [daimonion], que significa “pequeño espíritu” o “pequeño ángel” (o también, como lo interpretaron los cristianos, “pequeño demonio,” y luego, “demonio”). Pandemónium también es el título de un cuadro de John Martin de 1841 que se inspira en El Paraíso perdido, de John Milton (Museo del Louvre). El artista se inspira en uno de sus ídolos, John Milton, para ilustrar un pasaje del Paraíso Perdido, poema bíblico de 1667. En la imagen del cuadro, Satanás observa satisfecho su inmensa creación desde unas rocas rodeadas de lava hirviendo. Es el paseo marítimo del infierno, y el gigantesco complejo de edificios recién creado está en primera línea de playa. Un rayo cae al fondo, como celebración de tan infernal y satánica ocasión. El cuadro muestra al mismísimo Satanás de pie, que acaba de crear de un soplo el palacio que va a albergar la reunión de todos los demonios, lo que viene a ser un Pandemonio, según la palabra inventada por el propio Milton. Se acaba de crear, nada más y nada menos, que la capital de los infiernos.
Pandemonium es el nombre inventado por John Milton para la capital del Infierno-: “la Alta Capital, de Satán y sus acólitos”, construida por los ángeles caídos por indicación de Mammon al final del Libro I de El paraíso perdido (1667). La construyen en tan sólo una hora, pero sobrepasa en tamaño a cualquier palacio o lugar habitado por humanos. Sin embargo, aún era pequeña para los demonios, pues se dice que tuvieron que disminuir su titánico tamaño para poder caber. El libro II comienza con el debate entre los demonios en la cámara del concilio de Pandemónium.
“Al son de la trompeta proclamaron
un consejo que al punto se tendría
en Pandemonio, capital excelsa
de Satán y sus nobles.
Convocaron de cada regimiento y cada banda
al mejor por su cargo o elección.
Llegaron con centenas y con miles que seguían;
se obstruyen los accesos,
los anchos porches y la sala inmensa.
Son enjambres, por tierra y por el aire.
Como abejas cuando el sol va con Tauro en primavera
que de la colmena salen a raudales”.
El capítulo inicial de El Paraíso Perdido relata las peripecias de Satanás, el ángel caído, quien se rebeló en contra de Dios e inició una guerra en su contra, por lo que Dios lo expulsó del cielo. Fue una estruendosa caída, una caída hacia la nada, hacia el tormento eterno. Y allí está aún hoy, en un desierto oscuro y ardiente. Lo acompaña otro ángel caído: Belcebú. Éste lo insta a no abandonar la lucha contra Dios; después de todo, son inmortales -sólo Dios puede matarlos, pero no lo hizo-, y sus fuerzas sobrenaturales les ayudarán. Satanás le da la razón a Belcebú: el tormento eterno en el infierno no es una alternativa aceptable. Es por ello que Satanás convoca a sus tropas de ángeles caídos y los llena de valor. Con una rapidez increíble, construyen un magnífico castillo: el pandemonio. Allí, Satanás conforma su corte. Entonces Satanás va a su segunda batalla. Los demonios debaten sobre la mejor manera de librar una segunda batalla contra el cielo. ¿Es mejor luchar abiertamente o con argucias en contra de Dios? Moloch está a favor de la guerra declarada; después de todo, no tienen nada que perder y la muerte a manos de Dios no puede ser peor que los tormentos eternos del infierno. El bello Belial, por ejemplo, se niega a perder su existencia y se opone a cualquier tipo de guerra, sin importar si se trata de una guerra abierta o insidiosa, y cree que en algún momento podrán adaptarse a la vida en el infierno. Mamón aconseja escoger la paz y recuerda a los demás que el infierno está repleto de tesoros. Belcebú toma la palabra para comentar que corre el rumor de que Dios quiere crear una nueva especie, la de los hombres. Propone comprobar si es cierto y, si es posible, dañar a Dios en su proyecto de creación. La propuesta es aceptada. Pero la pregunta es: ¿quién se encargará de espiar? Nadie se ofrece voluntariamente, por lo que Satanás se asigna la tarea. Mientras se ausenta, los otros ángeles malvados hacen lo que más placer les causa: algunos organizan carreras de vuelo, otros tocan el arpa, otros se dedican a filosofar o a recorrer los otros recovecos del infierno.
Esta descripción se ajusta perfectamente a las operaciones diabólicas de los demonios de “Unión por la Patria” [lugar infernal] para rechazar la Ley ómnibus girada por el Poder Ejecutivo a las Comisiones del Congreso. El paraíso perdido es el título y la cruda metáfora del alejamiento y expulsión del kirchnerismo del manejo inescrupuloso del Estado. Veamos el siguiente cuadro cuya reseña periodística (Cadena 3, Redacción, 09/01/2024) se asemeja a los geniales monólogos que hacía Tato Bores cuando relataba las chicanas, los desaguisados y barrabasadas de los políticos, situación en la que él se colocaba como testigo de lo que había visto y escuchado en las ficticias reuniones en las que había participado.
El tratamiento del proyecto de la ley ómnibus del Gobierno en la Cámara de Diputados tuvo este martes su estreno, en un escenario áspero y tenso que estuvo marcado por cruces y chicanas tan remanidas que dejan al trasluz la mala voluntad y malicia del kirchnerismo y sus aliados. La primera “zancadilla” de la función llegó de la mano de la diputada y excandidata presidencial del Frente de Izquierda Myriam Bregman [siempre ella poniendo la nota distintiva del me opongo porque sí, porque se me da la gana o para embarrar la cancha], que cuestionó duramente al Gobierno por la iniciativa y destacó la ausencia del asesor presidencial Federico Sturzenegger, con una referencia a uno de los perros del presidente Javier Milei. Minutos antes, el diputado de Unión por la Patria Sergio Palazzo criticó las acusaciones de Milei sobre supuestas “coimas en el Congreso”. “A mí ningún presidente me va a tratar de coimero”, chilló el jefe de La Bancaria, que pidió “a los tres presidentes (de las comisiones) o algunos de los miembros” que “informen si han recibido pedido de coimas”. Un rato después, cuando el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, tomó el micrófono y comenzó a hacer una reseña de la historia de la ley ómnibus desde su concepción, el diputado de Unión por la Patria Carlos Castagneto pidió la palabra y empezó a formular quejas en voz alta. La acción fue advertida por el presidente de la comisión de Legislación General, Gabriel Bornoroni, que sancionó la interrupción a los gritos del kirchnerista. “No se ponga a gritar si no está en la cancha, tranquilo, pida la palabra. No está bien lo que está haciendo. Los argentinos tienen hambre y usted está gritando como si estuviera en la cancha”, retó el cordobés de La Libertad Avanza, a cargo de la presidencia del plenario de comisiones. Otro momento de alto voltaje se produjo cuando el procurador general del Tesoro, Rodolfo Barra, citó un fragmento de un histórico discurso del expresidente Juan Domingo Perón. Visiblemente enojada por lo que consideraba una provocación, la diputada kirchnerista de Unión por la Patria Lorena Pokoik fue al choque con un grito que se oyó desde el fondo: “Tapate la boca antes de hablar de Perón”. En tanto, Barra, aseguró que “si hay crisis económica, no va a haber Constitución vigente”; y recordó el “Fallo Peralta” de cuando integraba la Corte Suprema y expresó: “Para defender los derechos constitucionales había que permitir que la Constitución siguiera vigente, estuviese vigente. Si hay crisis económica, señores, no va a haber Constitución vigente. Si la crisis nos lleva a los extremos que podemos temer”. Leopoldo Moreau, no conforme con la exposición de Barra, que calificó irónica y peyorativamente de “una introducción a la filosofía del Derecho”. “No tuvimos un principio muy ordenado en el funcionamiento de este plenario. Desde que escuchamos un funcionario que no sabíamos que función tenía, casi ni siquiera el apellido, hasta una introducción a la filosofía del Derecho, que poco tiene que ver con el tratamiento específico de lo que vamos a tratar aquí”, protestó el legislador de origen radical devenido kirchnerista.
El diputado del Frente de Izquierda Cristian “Chipi” Castillo le pidió a sus colegas radicales que a través de su titular de bloque, Rodrigo de Loredo, se manifestaron dispuestos a acompañar la ley ómnibus (aunque no a libro cerrado) que “nunca más hablen de republicanismo”. “Ni todos los que se llaman PRO que ya se llamaba Propuesta Republicana y ahora se va a llamar Propuesta Monárquica, porque es lo que están defendiendo, que es la delegación de poderes y la aceptación de un DNU que es escandaloso”, fustigó el sociólogo trotskista.
Por su parte, el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, admitió que el Gobierno podría reducir la duración de las emergencias que propone en la ley ómnibus.
Según el funcionario, entre las modificaciones que aceptaría el Poder Ejecutivo estaría la de bajar el período de las emergencias económica, financiera, fiscal, previsional, de seguridad, defensa, tarifaria, energética, sanitaria, administrativa y social.
La diputada nacional del PRO María Eugenia Vidal afirmó que su partido “no va a firmar un cheque en blanco” y advirtió que se “necesita certeza en cuáles son las reformas urgentes y en el modo de llevarlas adelante. Somos mayoría los que queremos que el programa económico del Gobierno funcione. Para eso es necesario que trabajemos con agilidad y responsabilidad sobre el DNU y la Ley de Bases”, dijo la legisladora. Pero aclaró: “No vamos a firmar un cheque en blanco: necesitamos que haya certeza en cuáles son las reformas urgentes y en el modo de llevarlas adelante. Tenemos que aprobar las mejores leyes para recuperar el futuro, se lo debemos a la gente”, advirtió Vidal. El ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, señaló que el capítulo referido al área a su cargo incluido en el proyecto de ley ómnibus del Gobierno “se funda en la situación gravísima en que está la Argentina”. “La ciudadanía se manifestó en las urnas a favor de un cambio, de un nuevo presidente para reformar el Estado”, remarcó el ministro y agregó que “la ciudadanía se pronunció a favor de un cambio, con un presidente que busca soluciones, achicar el Estado, desregular y ordenar.
CONCLUSIÓN
Si nos sucede lo de Ecuador, perdemos todos, pero con la diferencia que Noboa ya tiene todo bajo control, pues la Asamblea Nacional le autorizó los mismos poderes que a Bukele. En cambio, acá en la Argentina, los estólidos legisladores argentos -como fieles acólitos de la Discordia- en lugar de arribar a un acuerdo general que salve a la República, seguirán manteniendo un “diálogo de sordos” con señas cambiadas hasta el día del Juicio Final.
(LA GACETA LIBERAL / INFORMADOR PÚBLICO)
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