TENGO ALGO QUE DECIRTE, AMIGO LECTOR

EDITORIAL

En nuestros rezos y oraciones decimos: "Hágase tu voluntad": ¿Es en serio? ¿No es pedir que se cumplan nuestros deseos y no la voluntad de Dios?

Por Walter R. Quinteros

Puede ser esta expresión de deseos que va pasando de gente que es más o menos gente que le desea a quiénes parecen gente pero que ni siquiera llegan a ser gente: "Que estas fiestas nos encuentren rodeados de nuestra familia y amigos. Brindemos por un año lleno de paz, trabajo, salud y buenos momentos para los argentinos. ¡Feliz 2024!".

A esto lo van a encontrar escrito por todas partes o escuchado en todas partes. Aburre por inconsistente.

O algo parecido, y simulando patriotismo no sé de dónde, algunos dirán: "Ojalá este año sea el año de despegue para nuestra querida Argentina". 

En nuestros rezos y oraciones decimos: "Hágase tu voluntad: En el cielo, como  en la tierra". ¿Es en serio? ¿No es pedir que se cumplan nuestros deseos y no la voluntad de Dios?

Es inevitable que la voluntad de Dios se cumpla. Pero, ¿puede acaso no cumplirse esta voluntad? Mas, ¿qué bien deseamos para nosotros cuando decimos: Hágase en el cielo, como en la tierra? 

Si todo el año me engañaste, si todo el año me mentiste, ya sea para tapar tus trapisondas, para desviar el foco de atención de tu maldad... ¿Porqué emplear ahora tantas frases dudosas?

Los políticos y los desamorados encabezan la fila de voceros de falsos deseos de amor, paz, prosperidad y otras delicias olvidadas.

¿Hágase tu voluntad? 

Lo que en realidad estamos pidiendo es que se cumpla lo que nosotros pedimos. Sin hipocresías muchachos. Después de rezar, sale el mangazo.

Por eso dudo de ciertos saludos, especialmente de —como dije—, políticos y desamorados.

Cuando un político te dice que desea "Que este sea el año de la consolidación de todos los esfuerzos que supimos etc. etc y blá blá blá". Seguramente está invirtiendo con pocas palabras, eso de asegurarse su puesto para su mejor bienestar económico. Los políticos nunca quiebran en este negocio de la democracia.

Algunos pisan el palito en su entusiasmo y agregan que: "Ahora tenemos que pasar de la esperanza a la realidad". No, no mi estimado político, los hemos votado para que se pongan a trabajar en eso, no para que nos pongan en la misma bolsa al decir "tenemos". Ustedes tienen esa responsabilidad.

Los que se creen que se las saben a todas, en sus mensajes lastimosos —mientras nuestras preocupaciones pasan por conseguir algo de comer—, nos dicen que: "Ojalá este año el país genere sistemáticamente nuevos empleos para los argentinos y así terminar con la pobreza". No macho. Va de nuevo. Son ustedes los que tienen que hacer eso y no el país.

Siguiendo la misma línea se pueden poner más ejemplos:

"A todos les deseo de corazón, un gran año 2024, Dios quiera que nos encuentre unidos para seguir haciendo la mejor provincia, o ciudad, o ponele lo que vos quieras". Claro si, también hemos votado a la oposición. Y hay que ser un político muy panqueque para "encontrarnos unidos" desde nuestros ideales de opositor.

"El 2023 nos presentó muchos desafíos y puso a prueba nuestras ganas y entrega. Así, comprobamos que si nos unimos, superamos cada momento. Comencemos entonces un Año Nuevo lleno de futuro". No, los que comienzan sabiendo que van a ganar desde "dos palitos" para arriba son ustedes. O sea, el mensaje está dirigido entre ellos, para ellos y, a  nosotros nos quieren hacer creer otra cosa.

Para cerrar, tengo el más sórdido ejemplo de lo que son nuestros políticos, lean este mensaje del "archivo mata relato".

Escribió Aníbal Fernández, a finales del año 2018 : "Hoy terminamos un año... ¿no tan bueno? O bueno, si pensamos que esta derecha corrupta pudo haber hecho más daño, pero si no aflojamos, y damos pelea, el futuro será de nuestro pueblo".

Él se fue multimillonario. 
El país quedó con un 46% de pobreza. 
Hágase "mi" voluntad.
Tremenda hijaputez bañada en tinta negra sobre un blanco y cándido papel blanco.

Creo que acabo de recibirme de tipo mal llevado. Con excelentes notas. Pero no creo en esos actos demagógicos de salutaciones pedorras de estos canallas. 

Pero tengo algo más que decirte, amigo lector.

En mi saludo personal por Navidad —consta en actas—, tuve la deferencia de saludar a los que nos acompañaron fiscalizando, a los que confiaron y creyeron en nosotros, nada más. A los demás se los lleve el diablo, loco. Toda una imagen de mi sinceridad brutal.

Y a los demás, dejen de hacerse las víctimas y por una vez en su vida, escriban cosas un poco más elegantes, como este ejemplo de texto de una ex a un ex, ponele: 

"Te deseo un muy feliz año de parte mía, de mi nueva pareja y de toda mi familia. Que Dios nos bendiga a todos y haga apacible tu soledad".
 
Tomen: 1) Despiadada sinceridad. 2) Qué pedazo de poeta es quien esto escribe. 3) No se si van a reir o llorar, pero aplaudan, cosos.

Éso es escribir, éso es desear de verdad y no mentir, así, con crudeza, para que el corazoncito remendado que todos tenemos, se convierta en una lenta pelota de trapo picando en el suplicio del área chica de nuestro potrero embarrado, después de las lluvias mansas.

Que en el 2024, si Dios quiere, se cumpla tu voluntad, amigo lector.




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