RASCHETTI HA DEJADO PASAR UNA BRILLANTE OPORTUNIDAD

EDITORIAL

Las viejas mañas de los políticos no solucionan los problemas estructurales de la sociedad

Por Walter R. Quinteros

La pregunta es:

¿Cumplieron nuestros políticos con las expectativas que tiene la sociedad?

Empecemos por los presidentes de esta querida democracia, y encontramos que el común denominador se instala siempre en el acumulamiento de deudas, falsedades de datos, seguimos con incumplimiento de promesas y finales con votos castigo.

En ése mismo orden siguen gobernadores, intendentes y jefes comunales.

La política tradicional como los políticos tradicionales, desde tradicionales partidos están desgastados y ése desgaste de ser los mismos de siempre con las mismas mañas de años, les ha quitado cierta capacidad. Las mañas que han sabido emplear algunos ambiciosos y oportunistas de siempre para llegar a ocupar un cargo, no solucionaron los problemas estructurales de la sociedad. Jamás.

Insisto en esto de que si me cortasen las dos manos, aun así me sobrarían los dedos para enumerar a políticos que, instalados en algún puesto de poder, hayan mostrado la suficiente capacidad de innovarse, de gestionar, de encontrar soluciones definitivas a las desgracias que diariamente desconsuelan a la sociedad.

Voy a echar un vistazo a la política nacional. Si, el 55% del electorado ha elegido en las urnas un cambio profundo que nos hará navegar en los mares de la austeridad, ha sido porque en definitiva el hartazgo hacia los políticos argentinos que, desde la política misma, crearon una empresa que nunca quiebra, a pesar de sus desacertadas decisiones. Es decir que siempre, en todos los casos, ellos nunca saldrán pobres, el secreto está en que el dinero es ajeno.

De este rápido análisis tenemos claramente que la respuesta a la pregunta con la que abro esta nota es: 

No. La política y los políticos no cumplieron con las expectativas de la sociedad, hasta ahora.

Pasemos a Cruz del Eje.

Los políticos que ahora desempeñarán su tarea en el gobierno municipal, irán descubriendo las calamidades habidas en cada rincón y deberán trabajar a destajo para que, la confianza depositada en las urnas, sean correspondidas a las expectativas sociales. 

Aparece en escena otra pregunta: ¿Qué valor y cómo posicionarán en las prioridades a las expectativas sociales? El intendente Raschetti nada dijo sobre eso. Empezó mal.

Creo que debió hablar sobre trabajar en la economía local, apuntar a ordenar la seguidilla de desastres de muchos años a esta parte. Y, aunque todos sepamos que no será tarea de uno o dos días. Sabemos que será de meses, quizás le lleve un año. Pero hay que decirlo.

Insisto, el nuevo intendente, el empresario hotelero Renato Ramiro Raschetti nada dijo sobre eso. Le faltó franqueza, astucia para comunicarle a la gente.

Nada dijo sobre que políticas necesarias va a implementar ya, sobre qué políticas claras se va a trabajar para que esta ciudad vuelva a producir, abrir mercados, romper barreras, establecer nuevos vínculos comerciales. Trabajar. Habló de que "Sabemos hacerlo". Y nos quedamos con las ganas de preguntarle qué saben hacer si ni siquiera cursaron invitación a la prensa.

Y nada dijo sobre Seguridad, Salud, Educación, Cultura, Deportes que en cada ciudad y región despliegan un amplio abanico que, cargado en espigas y pliegos paisajes, nacen del clavillo de la conducción política. Si nada de eso dijo, entonces este abanico debe ser constantemente controlado en todas sus partes.

En mi modesta opinión, a este nuevo gobierno municipal, lo veremos un poco sobrepasado frente a las situaciones diarias que deberá resolver. Todo es nuevo y desde adentro, todo será palos en la rueda. Los que antes nada hicieron en tiempo y forma, ahora le clamarán celeridad, reglamentaciones, patear los córners y hasta agua caliente en los vestuarios.

Es decir, que lo bueno de todo esto, es que ya la democracia está instalada, vamos ahora a hacer todo lo posible para que ésta democracia también le sirva a la sociedad en general y no al bolsillo del caballero político o a la cartera de la dama política. Hagamos que sirva a la grandeza de nuestra ciudad también.

Pero Renato Raschetti no habló de calamidades encontradas, menos de austeridad, lo suyo pasó por refugiarse en lo emocional, tapado en melancólicos recuerdos y alguna que otra cuestión —como no podía ser de otra manera—, relacionada al turismo. Por eso mismo debemos recordar que es empresario hotelero. 

Los que fuimos con expectativas de escuchar algo relacionado con el estado municipal que la anterior gestión le deja, nos volvimos con las manos vacías.

Tampoco escuchamos nada sobre proyectos, almanaques de trabajo mensual y anual, algunos lineamientos en política sobre infraestructura, saneamientos, personal, inventarios, bacheos, señalética, alumbrado público, deudas, prioridades, esquemas, etc. Tampoco escuchamos nada de nada respecto a la Carta Orgánica.

Raschetti, ha dejado pasar una brillante oportunidad.

La arenga lamentable y final del locutor repitiendo constantemente "¡Fuerte ése aplauso!", nos instalaba más en un paupérrimo festival farandulero de verano y no, en la solemnidad de un acto que conlleva la asunción de un intendente. Muy lejos del Manual de Ceremonial y Protocolo. Muy fuera de lugar, un espanto.

Las viejas mañas, le ganan al pragmatismo que la sociedad necesita de los políticos.





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