EDITORIAL
Demos la bienvenida a los nuevos pobres que nos regala el gobierno que se va
Por Walter R. Quinteros
Los que nos dijeron que "volvieron mejores" ya se mandaron a mudar, no les quedaba más excusas.
Lo de la Pandemia no funcionó. A otros países les fue mejor.
Lo de la guerra en Ucrania tampoco funcionó.
Lo de la sequía, hasta por ahí nomás, porque otros países superaron eso tranquilamente.
Lo de gritar ¡Lawfare, lawfare! Tampoco.
Los que decían que habían vuelto mejores, fueron los que tomaron las pésimas decisiones que nos llevan casi a un 50% de pobres.
Demos la bienvenida a los nuevos pobres que nos regala el gobierno que se va.
El informe del observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA es triste.
El colega Martín Kanenguiser dice que las cifras son demoledoras. Mamita querida, ése es el uso correcto de las palabras. Una definición magistral.
Los que decían que volvieron mejores con un tal Alberto Fernández a la cabeza, nos dejan con el nivel más alto de pobreza desde el 2001.
Con los chicos, nuestros alumnos, nuestras esperanzitas que de cada cinco tres no tienen suficiente alimento, y que, en las pruebas PISA ocupan el puesto 66 de 81.
¡Lawfare, lawfare!
El papá o mamá que tiene empleo es precario.
La UCA dice que el 67% de la población sufre carencias.
La caída del desempleo que tanto destacaba este gobierno en fuga, ni siquiera le ata los cordones a los peores años de nuestra existencia.
Ni hablar del salario real.
¡Lawfare, lawfare!
Vamos de nuevo.
Mensaje para los que nos decían que la heladera la íbamos a tener llena.
El 16% de los niños son indigentes.
El 62,9% son pobres.
La pobreza se ubicó en el 44,7% en tercer trimestre del año.
¡Primero la gente, primero la gente!
El informe destaca que solo en el primer semestre del 2023 el salario cayó 8,3%.
Que casi la mitad de la población recibe algún tipo de asistencia del Estado.
Que sin planes sociales vergonzosos tipo: "me lo dio Cristina", por un voto, la indigencia hubiese saltado del 9,6% al 20,8%.
Y que la pobreza pasaría del 44% al 49%.
No queda uno, anoten estas cifras y anoten las que embolsaron ellos. Hasta saltando por las ventanas escapan.
¡Lawfare, lawfare!
A estos pillos no les queda otra que mandar a sus cabecitas a juntar piedras para arrojarlas en el primer conato que este nuevo gobierno tenga, cuando se le ocurra emprender el necesario y urgente ordenamiento macroeconómico.
¡Primero la gente, primero la gente!
Van a gritar los que ya no queremos volver a ver ni escuchar.
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