EDITORIAL
Massa ¿Quién te creías que eras cuándo le preguntabas a Milei: "Por si o por no"?
Por Walter R. Quinteros
Sergio Tomás Massa, vos te creías presidente, siempre.
Por eso sos el auténtico panqueque de la política argentina.
Trepador, ambicioso, oportunista, arribista, propio de los que esconden falta de liderazgo y algo de inutilidad.
Pergeñaste los planes, negociaste, arriaste banderas, cambiaste discursos, te acomodaste.
Metiste el pecho, condicionaste, hablaste mal y por demás.
El periodista Christian Sanz te desnudó en su libro "Massa confidencial".
La gente todavía lee, Sergio Tomás.
Y te mostraste siempre tan soberbio, que en el discurso donde aceptabas tu histórica derrota decías "...hemos planteado al presidente electo una transición correcta".
Massa, disculpame pero te escribo desde la remota ciudad de Cruz del Eje, dónde hemos fijado esta Redacción. ¿Quién te creés vos que sos para plantearle algo al presidente electo?
¿Quién sos?
¿Quién te creías que eras cuándo le preguntabas a Milei: "Por si o por no"?
La gente, para vos, ¿solo tiene certificado de "salita verde"?
Con mil disculpas a los nenitos de 4 años.
¿De qué carajo hablabas cuándo decías que hubo gente que decidió votar por otro modelo distinto al tuyo?
¿Vos decías que tu modelo pensaba en la Industria Nacional?
Cuando en este desgobierno vos, Sergio Tomás Massa, sos parte y no solo eso, quisiste ser más papista que el Papa y por tu culpa cerraron 12.000 empresas en estos últimos tres años, con un promedio de 80 por semana, según un informe del sitio Infobae.
Por si o por no. Daban ganas de balearse en un rincón.
¿Quién te asesoró con semejante estupidéz?
¿Quién crees que te bendijo o, qué rayo de luz divina crees que te iluminó para creerte más ético y de mayor moral para presionar con una pregunta estúpida como "por si o por no"?
Los últimos vencimientos se pagaron al FMI con yuanes.
Los intereses también.
Los capitales también.
La platita nuestra la utilizaste para captar votos.
Plan platita para todos y todas. No te funcionó.
Pusiste y te pusieron todos los recursos del Estado. No te funcionó.
Lanzaste tantas promesas imposibles de cumplir que, lógico ¿Quién te puede creer?
Ni la famosa "estructura de los territorios", te funcionó.
Ni las mayorías parlamentarias.
Ni esa cosa que ya causa gracia, la de "meter miedo".
Ni ninguna otra estructura.
Ponete ahora si a laburar como ministro y entregá lo más prolijo posible tu ministerio.
Se digno.
Una vez en tu vida.
Porque de los que están arriba tuyo, (y, a tu pesar) nada podemos esperar.
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