TRANQUILOS; SOLO ELEGIREMOS ENTRE EL CIELO Y EL INFIERNO

OPINIÓN

Inquieto, como siempre, el diablo está haciendo de las suyas

Por Carlos M. Reymundo Roberts

Massita venía llevándonos prolijamente hacia el abismo hasta que, de pronto, el lunes irrumpió Milei y echó todo a perder; ahora la caída es en desbandada, furiosa, impredecible. ¿Estoy sugiriendo que hay una alianza táctica entre Chucky y las fuerzas del mal? Obvio que no. Digo que Satanás lo vio con la guardia baja y la lengua suelta, y puso en su boca esa llamada a no renovar plazos fijos y a huir del peso, que “no vale ni excremento” (lo de “excremento”, habiendo tantos sinónimos procaces, es de una elegancia que deberíamos reconocerle). ¿Javi endemoniado, entonces? Paremos con las teorías conspirativas. Solo nos llevó hasta las puertas del infierno: el dólar 1000ei.

Desde ese maldito día, ya nada es lo mismo. Las desgracias se precipitaron. Alberto salió de la baticueva y demandó penalmente a Chucky por irresponsable; Chucky le contestó en una conferencia de prensa en la que se lo vio como poseído: denunció que querían proscribirlo y le faltó medio centímetro para hablar de lawfare; Massita le dijo al Beto que el irresponsable era él, lo condenó al silencio y le hizo poner una tobillera electrónica; todos los mensajes a Cristina quedaron sin respuesta: su pase a la clandestinidad, desde donde tuiteó una equívoca condena por el atroz ataque de Hamas a Israel, no es una mera decisión coyuntural; tampoco se sabe nada de Insaurralde, porque Sofi Clerici todavía no mandó fotos; por la estampida del blue, en los comercios arrecian los carteles: “No podemos vender, no hay precios”, “Solo aceptamos dólares (carita grande)”, “Faltan productos”, “Acá vendemos. El local”.

Massita decide tomar el toro por las astas y saca los policías a la calle. En Belgrano, tres ciudadanos chinos se asustan, salen corriendo y los atrapan: están forrados en dólares. Inmediatamente cae la cotización del yuan en los mercados globales. Massita grita en un acto que va a meter presos a los especuladores; los especuladores temen compartir la prisión con los kirchneristas encanados por Massita, dejan de especular y el blue detiene su alza. Increíble que el país, al menos en los memes, mantenga el humor. Se encuentran el peso y el dólar en la calle. El peso le dice: “Un día de estos tenemos que juntarnos”. El dólar contesta: “Sorry, estoy a mil”.

Sí, Massita se hace tiempo para ir a actos, y además se hace el desentendido; el anuncio de la inflación de septiembre, que roza el 13%, 140% en un año, lo sorprende en plena gira proselitista y prometiendo derrotar la inflación. La gente corre a las góndolas antes de que las cosas vuelvan a subir, actitud no menos especulativa; de esos desalmados que quieren sacar ventaja ya se ocupará Ventajita.

Empezábamos a confiar en que Milei presidente arreglaría el desbarajuste y el diablo volvió a meter la cola. El miércoles, Hugo Alconada Mon contó en una nota cuán activamente trabajó el libertario, desde la Fundación Acordar, para que Scioli fuera el tercer presidente kirchnerista. No solo estaba a sueldo de la casta: Hugo descubrió que en 2016 Chucky hablaba maravillas del Banco Central por su lucha contra la inflación –pronosticó que caería “inexorablemente”–, y que, cuando la fundación ya llevaba tiempo desactivada, seguía presentándose como su economista jefe. Javi, Javi querido, ahora sabemos cuántas piedras tiene el camino hacia la libertad.

Éramos pocos y parió Pagni. Anteayer reveló que en una causa penal en Nueva York por tráfico de dinero negro están involucrados cinco funcionarios argentinos: uno del gobierno nacional, amigo de Massita, y cuatro del gobierno de Kicillof. Se trata de muchos millones de dólares que fueron y vinieron desaprensivamente, sin tomarse el trabajo de avisar que iban y venían, y que tomarían atajos. Hay consenso generalizado sobre la honestidad de Kichi, lo cual es muy bueno en circunstancias normales y recontrabuenísimo cuando, como él, estás rodeado de corruptos. En tres semanas se enteró de la colección de tarjetas de débito de Chocolate Rigau, de las andanzas de Insaurralde y, ahora, de la ruta negra de dinero verde de cuatro de sus funcionarios. Debe estar asqueado. El próximo domingo hay que votarlo para que pueda deshacerse de toda esa gente.

Si Cristina había escrito no muy convencida el comunicado sobre la salvajada de Hamas, a su amigo Maduro no le tembló la voz para defender al grupo terrorista. Lo hizo valiéndose de sus lecturas del Evangelio: “Jesús fue un joven palestino condenado injustamente por el imperio español”. Es decir, España ya hacía tropelías aun antes de existir. “Jesús –siguió– fue el primer antiimperialista de la historia moderna”. En realidad, faltaban 15 siglos para el comienzo de la era moderna, pero qué son 1500 años para Dios, “alfa y omega, principio y fin” de los tiempos.

Así, entre el Creador y el Maligno, entre el cielo y el infierno, iremos a votar. Nada, apenas un trámite.

(LA NACION)


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