POESÍAS Y POETAS DE CRUZ DEL EJE

OPINIÓN

El libro es un nivelador social, pero también parece que es de las mesas con patas rengas, supo señalar mi amigo el Chuñi Benite 

Por Walter R. Quinteros

Se sabe que los poetas, por lo menos los de aquí, tienen marcada su identidad.
Ellos se buscan.
Se reconocen. 
Organizan Cafés Literarios. 
Organizan ronda de lecturas.
Se aplauden. 
Pagan sus ediciones.
Practican endogamia.

Pero vamos a echarle la culpa a los otros.
Porque no hay políticas estatales para organizar estas actividades. 
Porque nadie vuelve creativa la difusión de estos encuentros.
Porque no mueven las redes.
Solo se publican ellos en algunos y escasos muros de redes sociales.
En esta ciudad no hay medios especializados que los den a conocer.
Y convengamos que tampoco invitan a los medios periodísticos, con un trago y otro presente casual. Pequeñas cortesías, diría el Chuñi Benite, como hacen algunos políticos que entregan bolsones con mercadería por un voto. Anoten muchachos.

Lo que quiero decirles es que la poesía local no suele trascender y creo, es por culpa de todos estos límites.

Y déjenme agregar que no conocemos el nombre de quién está al frente de Cultura en la municipalidad y si es que alguna vez tuvo proyectos de promoción literaria, programas de fomento a la lectura o análisis literario que traspasen fronteras y hagan conocidos a nuestros escritores en el mundo entero. 

Y si hubo algún proyecto estoy convencido que apenas alcanzó la categoría de "hechos culturales aislados", que no dejan rastro alguno en el contexto sociocultural local. 

¿Se abordó —por ejemplo—, si el Café Literario "Locos de la Estación" de esta ciudad, ha dejado algún modelo de gestión en su estructura como para imitarlo y aplicarlo?

¿O para competir con él?

¿Alguien se ha interesado y avanzado en la creación de una revista cultural, que tenga el objetivo de mostrar nuestro quehacer artístico-cultural en la región? 

Apuesto a que también juega el ego de cada uno.

Y las reglas que ellos mismos imponen, porque aqui estructuralizan hasta los cafés literarios. Un relato mío, recuerdo, hubo que mutilarlo para que entre en 3 minutos. Y el año tiene 525.600 minutos, bien podrían haberme prestado 3 minutos más.

O que me dejen pasar la gorra al final de cada relato.

Pero, siempre hay un pero. ¿No será que los poetas escriben sólo para ellos?

¿Y por eso es que no hay público común entendiendo, aplaudiendo?

¿Se puede escribir poesía desde lo común, lo natural, lo cotidiano?

¿Algo que no tenga nada de corazones rotos? 

¿Un poco de poesía alegre, sin incertidumbres?

¿Podemos escribir sobre la niña que saltó más de un metro para pegarle a la pelota y anotar un tanto para su equipo de vóley el domingo pasado en el polideportivo?

Eso también es poesía. 

Y no, "esa hoja cristalina que al caer forma círculos en el agua del estanque donde se baña la luna desde tu partida".

¡Fuá! 




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