LOS 15 MEJORES COMIENZOS DE LA HISTORIA DE LA LITERATURA

CULTURA

¿Cuáles son los mejores comienzos de la historia de la literatura? 

Por José Palanca

En una gran mayoría de ocasiones no solo juzgamos un libro por su portada, sino que también lo juzgamos por sus primeras frases. Un buen inicio de una novela puede llegar a cautivar al lector desde el minuto cero. Además, los mejores inicios de novelas suelen perdurar en la memoria colectiva y se vuelven inmortales. Para que los conozcas, en este artículo te presento los 15 mejores comienzos de la historia de la literatura.

Antes de proceder a explicarte con más detalle cuáles son los mejores inicios de las novelas de todos los tiempos, te hago un resumen. De esta forma puedes visualizar de forma más esquemática qué libros son los que he considerado. Algunos comienzos los he elegido porque directamente son frases de libros bonitas. Otros inicios porque en sus primeras líneas esconden una belleza cautivadora que te hacen amar la literatura.

1) La odisea. Homero
Háblame, Musa, de aquel varón de multiforme ingenio que, después de destruir la sacra ciudad de Troya, anduvo peregrinando larguísimo tiempo, vio las poblaciones y conoció las costumbres de muchos hombres y padeció en su ánimo gran número de trabajos en su navegación por el Ponto, en cuanto procuraba salvar su vida y la vuelta de sus compañeros a la patria. Mas ni aun así pudo librarlos, como deseaba, y todos perecieron por sus propias locuras.

Así empieza una de los mejores libros de la historia. Se le pide a la Musa que hable de Odiseo (Ulises). Este es aquel que combatió en la guerra de Troya, narrada en parte en la Ilíada, y que con su ingenio contribuyó a su derrota. Un comienzo prometedor, en el cual se vislumbra una narración llena de aventuras e infortunios. Es el inicio de la aventura de 10 años para poder regresar a su hogar: Ítaca.

2) El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Miguel de Cervantes
En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres cuartas partes de su hacienda.

Posiblemente el comienzo más famoso de la literatura española y de la literatura universal. Sus primeras frases ya crean una cierta intriga al lector. ¿De dónde era este personaje? Pero no solo eso. Ya te dice que era un hidalgo con una posición económica no muy favorable. Al fin y al cabo era más de vaca que de carnero. Un inicio perfecto para una de las mejores novelas de todos los tiempos.

3) Orgullo y prejuicio. Jean Austen
Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa.

Ciertamente es una frase corta. Pero dentro de ella encierra mucha información. Gracias a ella puedes conocer uno de los pensamientos de la sociedad británica de clase alta de inicios del siglo XIX. Pero también la visión que se tenía de la mujer: servir de esposa. Y este pensamiento no lo hace en forma de creencia, sino de rotunda afirmación. Para mí es una introducción con gran fuerza. ¡Ah! Y esto lo escribió Jane Austen con apenas veinte años. Este es el inicio de la historia de Elizabeth Bennet y Fitzwilliam Darcy.

4) Moby Dick. Herman Melville
Llamadme Ismael.

Este inicio fue elegido en 2006 por la revista American Book Review como el mejor inicio de cualquier novela de todos los tiempos. Ciertamente son dos palabras, pero tras de sí esconden muchas cualidades. Es un inicio breve y claro, pero a la vez misterioso. El protagonista pide que le llamen Ismael. ¿Es ese su verdadero nombre? ¿Tiene algo de relevancia para la historia posterior? ¿Oculta su nombre por alguna razón? Es algo que te viene ocasionalmente a la mente durante toda la lectura de esta fantástica novela.

5) Historia de dos ciudades. Charles Dickens
Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada; caminábamos en derechura al cielo y nos extraviábamos por el camino opuesto. En una palabra, aquella época era tan parecida a la actual, que nuestras más notables autoridades insisten en que, tanto en lo que se refiere al bien como al mal, solo es aceptable la comparación en grado superlativo.

Si alguien ha sabido contar historias este es Charles Dickens. Londres y París son estas ciudades. La primera gozaba de tranquilidad y bonanza. La segunda se encontraba en los albores de la revolución francesa. En estas primeras frases se describe el ambiente en el que se vivía aquella época. Por un lado prosperidad. Por otro lado temor ante los cambios. Finalmente la sombra de la violencia y la guerra. Un mundo nada diferente a épocas posteriores. Algo parecido al mundo actual. Sin duda, uno de los mejores comienzos de la historia de la literatura.

6) Anna Karenina. León Tolstói
Todas las familias felices se parecen unas a otras; pero cada familia infeliz tiene un motivo especial para sentirse desgraciada.

Unas primeras frases que te dejan un poco depresivo. Ya te está diciendo que el libro no va a narrar historias muy felices. Que te vas a adentrar en el mundo de las familias infelices. Y dentro de las familias infelices en una en concreto. Y en el centro de ella se encuentra Ana Karenina. Es una introducción perfecta para esta novela.

7) Platero y yo. Juan Ramón Jiménez
Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.

Un libro demasiado olvidado en la actualidad. Platero y yo es un libro de gran hermosura. Está repleto de amor y añoranza. El amor hacia Platero se refleja en estas primeras palabras del libro. A través de ellas empiezas a volver a los recuerdos de tu niñez, a una época de inocencia. Estas primeras frases no suelen aparecer en las listas de los mejores comienzos de la historia de la literatura. Pero yo creo que unas frases tan hermosas merecen estar en ella.

8) La metamorfosis. Franz Kafka
Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto.

¿Un hombre que se convierte en un insecto de la noche a la mañana? Tú lees estas primeras palabras de la metamorfosis y te quedas totalmente descolocado. Ya observas que entras en un mundo irreal, pero a la vez real. Un mundo kafkiano. Uno de los inicios más impactantes de la literatura universal.

9) El hobbit. J.R.R. Tolkien
En un agujero en el suelo, vivía un hobbit. No un agujero húmedo, sucio, repugnante, con restos de gusanos y olor a fango, ni tampoco un agujero seco, desnudo y arenoso, sin nada en que sentarse o que comer: era un agujero-hobbit, y eso significa comodidad.

Tolkien se merece un lugar privilegiado en la literatura contemporánea. Con este inicio de El hobbit entras en un mundo de fantasía. Te presenta no solo un personaje, sino una nueva especia: el hobbit. Estos vivían en agujeros cómodos. Cosa rara para ser un agujero en el suelo. ¿Quiénes serán? ¿Qué harán? No hace falta leer todo el párrafo. Simplemente, con la frase «En un agujero en el suelo, vivía un hobbit» sería suficiente con tener ganas de devorar el libro.

10) El extranjero. Albert Camus
Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé. Recibí un telegrama del asilo: «Falleció su madre. Entierro mañana. Sentidas condolencias.» Pero no quiere decir nada. Quizá haya sido ayer.

Creo que en la literatura nunca la muerte de una madre había sido narrada de forma que te quedases tan frío. Se narra de forma telegráfica. Toda una declaración de intenciones por parte de Camus. La reacción de Meursault, el protagonista de la novela, tampoco es que te haga empatizar. Casi es hasta fría. Pero solo con estas escasas frases ya sientes cómo es parte de la personalidad del personaje principal. Un inicio de novela sublime. Descorazonador, pero sublime.

11) El camino. Miguel Delibes
Las cosas podían haber sucedido de cualquier otra manera y, sin embargo, sucedieron así.

Las cosas pueden suceder de cualquier forma. Pero suceden como suceden. Esto es la vida. Esto es puro realismo. En definitiva, una obra de arte. Y poco más que añadir.

12) El viejo y el mar. Ernest Hemingway
Era un viejo que pescaba solo en un bote en el Gulf Stream y hacía ochenta y cuatro días que no cogía un pez.

Un viejo pescador que hacía 84 días que no había pescado ni un solo pez. Un hombre curtido durante años en el mar. Por otro lado, se presupone que tiene experiencia. Que su pasión es el mar. Sin embargo, hace ochenta y cuatro días que no ha pescado. Impotencia. Rabia. Impaciencia. Todo ello se intuye con estas primeras frases.

13) El hombre invisible. Ralph Ellison
Soy un hombre invisible. No, no soy uno de aquellos trasgos que atormentaban a Edgar Alan Poe, ni tampoco uno de esos ectoplasmas de las películas de Hollywood. Soy un hombre real, de carne y hueso, con músculos y humores, e incluso cabe afirmar que poseo una mente. Sabed que si soy invisible ello se debe, tan sólo, a que la gente se niega a verme.

Este no es el hombre invisible de H.G. Wells. No es una invisibilidad física. Es una invisibilidad social. Toda una metáfora de la sociedad industrial contemporánea. Una crítica al individualismo que empezó a predominar en el mundo capitalista de Estados Unidos del siglo XX. Una soledad social que sigue siendo patente hoy en día. Unas frases que te dejan intuir soledad, la muerte en vida.

14) Lolita. Vladimir Nabokov
Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta. Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, un metro cuarenta y ocho de estatura con pies descalzos. Era Lola con pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos era siempre Lolita.

Este inicio es pura obsesión. Obsesión por una persona: Lolita. Ya sabes que la novela girará en torno a ella. Y que esa obstinación por Dolores llamada Lolita no puede traer nada bueno. Es un inicio deslumbrante. A la altura de los grandes genios de la literatura universal.

15) Cien años de soledad. Gabriel García Márquez
Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.

Una de las mejores novelas de todos los tiempos. Uno de los mejores inicios de la historia de la literatura. Una pieza clave en la estructura temporal de la novela. Un viaje por Macondo y tiempos pasados. El coronel Aureliano Buendía estaba frente a un pelotón de fusilamiento. Ergo parece que va a morir. Y eso da pie para recordar su pasado y la historia de su familia. En definitiva, un comienzo enorme.

Conclusión

Te he dejado un resumen de los que considero que son los 15 mejores comienzos de la historia de la literatura. Habría podido añadir muchos más, pero hay que condensar la información. Observando el trabajo de profesionales como Pedro Antonio Martínez Amaya se puede llegar a ver que poner más frases, o poner las más famosas, no significa que sea mejor. Al final hay que elegir aquellas que más te gusten.

Y eso es lo que hecho. He elegido las que creo que son más bonitas, las que más me han cautivado y las que me han transmitido algún sentimiento. Además, todos estos son libros que me he leído. Por tanto, estas frases me transmiten recuerdos de la época en la que leí estos libros. Espero que te decidas a leer alguno de ellos y disfrutes como yo disfruté de ellos.

(Jose Palanca / lacrisisdelahistoria.com)


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