¿DÓNDE ESTÁ EL VERDADERO PARTIDO DE MILEI?

EDITORIAL

Eran días felices, cuando pensábamos distinto, cuando teníamos fuertes ideales, cuando teníamos principios, cuando queríamos que se vaya "la casta"

Por Walter R. Quinteros

Y creamos nuestro partido. Mientras nos cebábamos mates, tomábamos café y decíamos que: "Somos un partido político cuyo principal objetivo es la defensa de la libertad integral de las personas, orientado a promover los derechos individuales a la vida, la propiedad privada y la libertad. Que creemos que las personas tienen el derecho y la responsabilidad de decidir sobre las cuestiones que involucran a sus propias vidas sin violar los mismos derechos de otros. Que sostenemos el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo. Que no nos adjudica la tarea de ayudar a algunos con el dinero de todos, porque eso solo genera clientelismo y corrupción. Que afirmamos que la libertad de la persona es un valor supremo y pensamos que el orden espontáneo que surge de la libre interacción de los individuos es superior a cualquier forma de organización y planificación estatal. Que creemos en una sociedad de personas soberanas y conscientes de sus derechos, de sus responsabilidades y de la importancia de su propia libertad. Porque nuestro partido está pensado como la única alternativa viable en defensa de las libertades y los derechos individuales y, a ser un partido que no ceda sus principios para contentar a posibles aliados". 

Eran días felices, cuando pensábamos distinto, cuando teníamos fuertes ideales, cuando teníamos principios, cuando queríamos que se vaya "la casta".

"Porque nuestros dirigentes estarían comprometidos a tomar medidas que tiendan a la protección de los derechos mencionados, a la disminución de la injerencia del Estado en la vida privada y a mantener un gasto público mínimo que permita reducir drásticamente los impuestos creados para sostener las políticas estatales".

Y proponíamos: "Que el gobierno esté limitado en su alcance, su estructura debe ser la mínima indispensable para poder cumplir sus importantes cometidos en defensa de los derechos individuales y de la seguridad jurídica. Que los representantes elegidos democráticamente por los ciudadanos deben siempre ejercer el poder conferido dentro de los límites constitucionales con parámetros de legalidad, razonabilidad y sumo respeto de las libertades individuales. Que sabemos que los fondos públicos siempre se constituyen mediante extracción coactiva de los fondos privados, sostenemos que todo ciudadano de la Argentina tiene derecho a acceder plenamente a la información respecto de la conformación y el manejo de los fondos públicos. Que el Estado debe tener la función de asegurar la certeza del derecho y no ser instrumento para la satisfacción de los intereses particulares de los gobernantes de turno ni para imponer su propia moral al resto de los ciudadanos. Que creemos en la libertad de expresión y en la libertad de prensa, derechos que no pueden ser atentados por ningún gobierno. Que el Estado no debe monopolizar los contenidos dictados por las instituciones educativas, lo cual suele derivar en adoctrinamiento ideológico. Y que tampoco debe intervenir en la educación institucional a cargo de establecimientos privados". 

Eran días felices, cuando pensábamos distinto, cuando teníamos fuertes ideales, cuando teníamos principios, cuando queríamos que se vaya "la casta".

Porque sabíamos que: "Había que eliminar, o reducir los aranceles de importación. Elaborar tratados de comercio con todas las regiones o países que deseen acceder a nuestros mercados. Terminar con la práctica de gravar nuestras exportaciones. Bajar el gasto público ocasionado por el gasto maníaco del kirchnerismo, y de Cambiemos. Que habría que despedir a millones de empleados ñoquis, terminar con las jubilaciones y pensiones no sustentadas en aportes previos y eliminar el asistencialismo financiado con tarifas políticas. Que la política distributiva debía focalizarse en los sectores más desprotegidos, proveyendo la asistencia en escuela básica gratuita, comedor escolar gratuito, hospital público gratuito, entrenamiento laboral gratuito. Pero no generar clientes del populismo. Hacer una asistencia que le permita a los marginados, salir por si mismos de la pobreza. Y que para la baja del gasto público había que reducir los gastos del aparato político". 

Eran días felices, cuando pensábamos distinto, cuando teníamos fuertes ideales, cuando teníamos principios, cuando queríamos que se vaya "la casta". 

Hoy "la casta" se ha instalado entre nosotros. Entonces los armadores locales, nos vamos yendo, nos vamos junto a militantes y coordinadores. Muchos abandonan el espacio decepcionados. Otros, que por mantener la postura libertaria son ninguneados y también los éticos. Osvaldo Marasco dijo: "Que ahora Milei se asocie con lo peor de Cambiemos, que es el PRO, la verdad que es nefasto", y agregó: "Hacer esto es traicionar a miles de chicos". Liliana Salinas, también se mostró en desacuerdo con estos arreglos de LLA: "Milei no cuidó ni siquiera el Partido Libertario, que él mismo ayudó a conformar, es lógico que no cuide a los demás partidos de su espacio". Y podemos recorrer así todo el país, pero sería de una lectura larga y podría llevar a cierta confusión y cansancio. 

Para cerrar

Lo que quiero decirles es que ahora estamos ante la conformación de un espacio de perfiles absolutamente contrapuestos. Cuando en realidad, aquí en Cruz del Eje y en las PASO estuvimos solos. Nos bastaba con tener la ficha limpia para no hacer alianzas espurias. Y, ante ese exagerado optimismo posterior —que roza la pedantería de algunos innombrables—, aparecieron caras extrañas y traicioneras. Y, ante todo, carentes de humildad. 

Recuerdo una de mis editoriales dónde les contaba a mis queridos lectores que esa misma noche y con el resultado de las PASO, les dije a los dirigentes reunidos en un sobrio festejo, que ahora esperaba el puñal por la espalda. Estos ineficaces, provenientes desahuciados de otros partidos, se creyeron superiores a quienes destilábamos principios libertarios.

Quiero creer —porque sospecho también de cierta traición interna y, a confirmar—, que olvidaron que el rival es el peronismo y, aunque cause fastidio, aquí hay muchos que siguen propensos al peronismo, y con vínculos muy estrechos.
 
Como estos personajes de la foto que ahora aparecen como referentes del MID. De izquierda a derecha, Alfredo Godoy, Emanuel López y Edgardo Mattielo.

Los vecinos de esta ciudad, los conocen por oportunistas y ambiciosos seriales.

Trabajaron en las elecciones pasadas para el Partido Justicialista. Consta en actas.

La pregunta que me queda... ¿Dónde está el verdadero partido de Milei?



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