LA TRISTE

EDITORIAL

¿Qué hizo Cristina en 1379 días de gobierno?

Por Walter R. Quinteros

No se si alguien le dijo que todavía es vicepresidente. Parece que no. Porque como si el país no estuviese en llamas, Cristina Fernández viuda de Kirchner, fue este sábado pasado a la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) a presentar por segunda vez, un libro que nadie lee y, en medio del tiroteo infernal que es esta campaña electoral. 

Hablemos sobre eso 

Porque los muy pocos medios que algo escribieron al respecto no encontraban palabras para rellenar la nota. Es más, esa "charla" (N. de la R. el diccionario dice que charlar es "hablar con alguien de forma amena, familiar y distendida sobre temas sin trascendencia - Hablar una persona demasiado y de cosas que no tienen interés o sustancia"), es decir que no tenía interés lo que iba a decir la vicepresidente que parece que no sabe que es viepresidente, no tenía trascendencia, porque tengamos en cuenta que entre cosas dijo: "Vengo leyendo editoriales que hablan sobre mi postura, sobre qué digo del resultado de las elecciones, pero qué voy a decir si yo había dicho el resultado de las elecciones antes". "En mayo dije que iba a ser una elección atípica de tercios y que lo importante iba a ser el piso y no el techo".

Pero, ¿y si habla de otra cosa? Como por ejemplo ¿Cuándo se va a hacer cargo de la situación que el país atraviesa por culpa de su horrible gobierno?

Casi cuatro años de desgobierno y sólo se le escuchaba seguir con lo mismo, con eso de que la culpa de todos los males es de los otros, repasando conversaciones dudosas, sacando viejas estadísticas hiperinflacionarias del gobierno radical, la infaltable crítica sobre el menemismo y la eterna culpa de Macri en el endeudamiento del país. Pero la vicepresidente que parece que no sabe que es vicepresidente se olvida siempre de las mediocres medidas que toma su gobierno para que sigamos cada vez peor. Qué triste.

Le digo esto porque si usted tenía ganas de aburrirse y la siguió por las redes sociales, como si fuese sapo de otro pozo, llamó a discutir las políticas sociales, "donde la asistencia sea un auxilio, pero que no se vea como algo permanente, y es imprescindible hacerlo". ¿Y? Como vicepresidente y "armadora" de este gobierno, insisto, ¿qué hizo en 1379 días de gobierno?

Como siempre, arremetió contra el FMI, y hasta contra los docentes y los paros. Como siempre, más de lo mismo. Por eso sus apariciones ya no generan ni la más mínima expectativa, me animo a decir que sólo le prestaron atención solamente sus seguidores más fieles, que para colmo, son cada vez menos.

Su imagen va cayendo en el olvido. Me dice un amigo que es preferible olvidarla a tener que reclamarle que es la creadora de este presente, donde tuvo decisiones equivocadas que sufrimos todos y hasta los mismos decepcionados que volvieron a creer en ella.

—¿Por qué?

—Porque está triste.

Pero miremos un poco, ¿que es eso de presentar un libro nuevamente y 20 años después? ¿Acaso no habla de su soberbia en tremendo despelote? 

Sí, soberbia: Pues empleó el auto elogio, al recordar que fue una de las impulsoras de que no hubiera PASO y "de que se construyera una lista de unidad" en Unión por la Patria. 

¿No habrá querido mostrar a su tribuna lo poco que queda de su autoritarismo?

Autoritarismo perdido, veamos: En un momento afirmó que, "los que decían no al dedo (suyo), ahora dicen que el dedo no está, que no estoy apoyando, les pido un poco de honestidad intelectual".

¿Quiere decir que dentro de UxP, ella se atribuye el título de intelectual honesta? Soberbia.

¿Será por eso que Massa no asistió a esa "charla"? Massa mostró distancia. Qué triste.

Sensaciones

A veces, quienes escribimos, ponemos en el papel algunas frases que de repente se nos ocurren, o recordamos haberlas leído por ahí. Una vez hablé del clima, del estado del tiempo, para empezar una nota relacionada a las elecciones chaqueñas. Sobre el estado del tiempo aludieron otros medios un día después de aquella elección. Otros medios también hablaron del clima en Mendoza este domingo.  Así somos los que escribimos. Un maestro decía que para escribir una página debes leer cien. Ahora se me ocurre hablar de la sensación y de ésa sensación hablaré y seguramente hablaremos todos. 

La sensación que me deja Cristina Fernández viuda de Kirchner, la vicepresidente que no se hace cargo que es vicepresidente, es de tristeza. De una tristeza profunda. 

Por eso se escuda así. Y porque sabe que ya nada tiene para decir. Se ha quedado sin balas.

Me imagino las caras del público de aplaudidores contratados que salió decepcionado del acto. Seguramente, se fueron caminando entre los escombros del pasado y en silencio, se habrán separado sin saludarse en busca de cada auto, como confirmando que la Justicia la acecha y rodea. Como que el Séptimo de Caballería estaba de franco. Deben haber llegado a cada casa con la sensación de que fueron testigos del final que nunca hubiesen deseado ver.

Algo me dice que es lo último que escribo sobre Cristina, la triste. 



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