PEQUEÑOS TAGARNAS

EDITORIAL 

Escuela para presentes y futuros escribidores de noticias


Por Walter R. Quinteros

Según advierte nuestro querido pero nunca bien ponderado Manual del perfecto escribidor de noticias, nuestras notas —pequeños tagarnas—, tienen encabezado o título, entrada, luego viene el cuerpo de la noticia y el cierre. ¡Ah, el cierre de nota! Ahí está el secreto para que te odien o te amen con toda el alma.

Un texto bien escrito —jóvenes de corazón aventurero—, nos permite a los que laburamos de esto, informar un asunto que sucedió y que es de interés público, es decir, que les interese a todos, para eso aparecés vos en escena, candidato a exorcizar. 

Por ejemplo:

(Canastilla) 
SOCIEDAD

(Título) 
LA COSA MÁS HERMOSA DEL MUNDO

(Bajada o Entrada) 
La ciudad entera acudió enternecida al grato acontecimiento (Aquí no lleva punto)

(Cuerpo de la Noticia) 
Son varias las fuentes informativas que accedieron en forma inmediata al domicilio de la calle Hipólito Yrigoyen, en la floreciente ciudad de Dean Funes, para asistir al primer cumpleaños del niñito Walter que, a pesar del barullo existente en el lugar, y propio de los festejos que allí acontecían, permanecía tranquilo desde su cuna, con el dedo mayor hacia arriba. 

Ante las consultas del caso, las tías de esta pequeña bestia, manifestaban cierto rencor con las tías de la otra familia presente, ya que, según sus dichos, tuvieron más tiempo al bebé en sus brazos, "no le lavan los pañales y vienen para las fotos, nomás", dijo otra.

Cuando luego de varios intentos, la prensa pudo al fin dialogar con la madre exhausta de preparar canapés y servir copetín a los invitados, ella pudo manifestar cierto fastidio por tantos comentarios no verificados que circularon entre los invitados, generalmente de carácter poco amable hacia los ausentes.

(Cierre. Acá tenés que lucirte pequeño espantapájaros de las noticias)
Cuando ya todos se iban con vagas excusas para no quedarse a lavar los platos y ayudar a limpiar la casa, Toño, el padre del niño, abrazó a su esposa Orietta, besó su frente y tomados de la mano se dirigieron a los presentes con una pregunta: 
¿Hay algo más hermoso que ver un niño dormido?

No se olviden de nombrar las fuentes. De nada, pequeños tagarnas.

Sigamos, las cartas son distintas, aunque ahora sólo se usan las "Carta Documento".

(Nombre del destinatario) 
(Dirección del destinatario) 
(fecha)
(Saludo de Cortesía)
(Cuerpo de la carta)
(Saludo de cortesia)
(Nombre del remitente)
(Dirección del remitente)

Como ya no se usa, tachen lo que crean conveniente. Pero recuerden que los que deben aprender a escribir son ustedes, mercenarios del teclado.

Otras cosas que deben preguntarse antes de empezar a escribir una nota:

¿Vale la pena escribir?
¿A quién me dirijo?
¿Qué gano?
¿Amo este trabajo?
¿Moriría por este trabajo?

A veces, pequeños tagarnas, y como para despuntar el vicio, hablen de ustedes.

(Bajada: En primera persona)

Pongan algo asi: "A mi me gusta llorar, a escondidas, pero me gusta llorar, como me gustan las lágrimas que desparraman el rimmel en el rostro de una mujer, para bebérselas a besos lentos y abrazarla, en silencio, para que sepa que estoy con ella".  Algo así. Ustedes sabrán. Pero lo más sagrado que hay, es escribir una nota por vocación a contar algo.

A ver, queridos sujetos poseídos por el demonio, se que sus intenciones es probarme con una nota para el Día del Niño y, les aclaro algo: No nací grande, viejo y arruinado. Fui niño.

Sepan, pequeños tagarnas, que estoy envejeciendo. Y que debe ser por eso que extraño a mamá, que extraño a papá. Que ya, y propio de mi edad, las travesuras non sanctas que hago, las hago con la mujer que me acompaña en esta etapa de mi vida.  Sepan que mi vida giraba alredeor de un sulki con caballito a pedal, el salto a un triciclo celeste, a una bicicleta voladora entre piñas y patadas, trompos, barriletes, figuritas, pelotas de fútbol, autitos, bolitas y piedritas para la payana. Música, chicas y, de repente, de repente ella. Nadie sabe pero mi primer amor fue la máquina de escribir Remington, y luego la Olivetti. Pero las teclas de la Remington, mamita querida... ¡Qué teclas las de la Remington!

¿Llegan las cartas al cielo?

Ahí tienen una buena nota para escribir, mesnaderos de las noticias por dinero.

"Ante quién corresponda: Me dirijo a usted o, en su defecto a quién sea el responsable, a los efectos vaya preparando un lugar para quién esto suscribe, al lado de mis padres. Esta solicitud obedece que, a veces, recibo señales de mi salud que me incomodan y, de más está en comentarles tales acaecimientos que ustedes no sepan".

O sea, les pido que no me den cuerda, porque este editorial no termina más.

Último aviso: Si creen que la vida solo pasa por ése celular pedorro que tienen en la mano, pequeños tagarnas, ustedes se han equivocado de oficio. 






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