CHARLES ATLAS EN EL RECUERDO

SOCIEDAD

Instrucciones precisas para no ser un alfeñique

Por Redacción

Nos dice nuestro director periodístico Luis Illuminati en su artículo "Aquel Atlas que devino en Sísifo" que: La Argentina de los últimos 30 años me recuerda a la famosa publicidad de Charles Atlas, "el hombre más perfectamente desarrollado del mundo", que salía en todas las revistas de superhéroes como "Supermán" y se vendían en todos los kioscos, con su famosa técnica de "tensión dinámica" para conseguir músculos. Ilusionó a más de tres generaciones de nuestro país, incluida la mía (los nacidos en la década de los cincuenta, plena época peroniana). El fantástico plan consistía en dejar de ser un alfeñique de 44 kg. para convertirse en una especie de Hércules o en un Atlas, el semidiós que sostenía el mundo sobre sus poderosos hombros, aunque ese mundo fuera de cartón, como en las películas donde los forzudos de celuloide levantan pesadas rocas.

Y entonces tratamos ése tema, porque siempre los comienzos de nota deben ser atrapantes para luego seguir interesantes y darles un final casi reflexivo, emotivo, inolvidable.

Desde Redacción vamos a husmear sobre este famoso Charles Atlas.

El tipo se llamaba Ángelo Siciliano, nacido en Calabria, el 30 de octubre de 1892, fue un conocido fisiculturista italiano, nacionalizado estadounidense. Era un niño bastante pequeño y débil, más de lo normal, por lo cual a partir de su adolescencia empezó a recibir abusos por parte de los demás adolescentes. La mala relación que tenía con sus compañeros fue una de las causas que le hizo perder el interés en la escuela, por lo que durante un tiempo tuvo una vida errática, muy lejos de su objetivo de lograr sacar a flote a su pobre y reducida familia. Durante una noche del Día de Brujas, el esmirriado Siciliano fue golpeado fuertemente por otro chico, lo cual comenzaría a cambiar su vida y su físico, y a gestar la leyenda de Charles Atlas.

Luego de un período de entrenamiento en el gimnasio de la YMCA (Jóvenes cristianos), también incorporó a su casa una barra con pesas, así como dos piedras para levantar. De esta forma, comenzó a dedicar casi todo el tiempo de su vida al estudio y el desarrollo del físico, pero los resultados eran igualmente menores a los esperados.

Inspirado en un tigre en el zoológico, Siciliano concluyó que la forma en que mejor se podían desarrollar los músculos, era oponiéndolos y presionándolos justamente contra otros músculos. Por lo tanto, abandonó sus barras de pesas y empezó a preparar un juego de cuerdas para poner entre los dedos, las manos, las piernas y los muslos.

Fue así como luego de entrenar con este original equipo que había inventado, que constaba solo de cuerdas, Siciliano duplicó su peso y desarrolló un gran físico en muy poco tiempo. Sus amigos de la YMCA observaron que se parecía a una estatua de Atlas, que se encontraba en la esquina de un banco cercano que se estaba construyendo, por lo que lo apodaron con ese nombre. A Siciliano le gustó tanto que cambió legalmente su nombre por el de Charles Atlas.

En 1922 la revista "Cultura Física" lo eligió como el hombre más perfectamente desarrollado en el mundo. El título y el premio monetario lo ayudaron a establecer un negocio consistente en realizar cursos de desarrollo muscular por correo. 

Señalan que por solo u$d30 los suscriptores podían obtener todo un programa de entrenamiento, consistente en doce lecciones que hacían referencia a una gran cantidad de ítems, como tracciones, respiración correcta, brazos presionándose contra sí mismos, relajación y dieta. La construcción de un férreo carácter era también una parte esencial del programa de desarrollo muscular.

Los ejercicios isométricos de Charles Atlas llegaron a ser parte del entrenamiento de las Fuerzas Armadas estadounidenses, y de una gran cantidad de atletas profesionales.

Charles Atlas murió de un ataque al corazón el 24 de diciembre de 1972 a la edad de 80 años mientras descansaba en su casa en Long Beach, Nueva York. 

También en los archivos encontramos una vieja nota de nuestro querido y fallecido amigo Daniel Salzano que desde su columna "Quiénes y Cuándo" del diario La Voz, nos hablaba de "Atlas".

De Daniel Salzano: Atlas Charles, “Mister Universo”, era un gringo bien fotografiado que todas las semanas aparecía en las páginas de la revista D’Artagnan para decirte lo que siempre habías temido: que eras nada más que un alfeñique.

Atlas Charles se levantaba a las 6 de la mañana y desayunaba dos litros de leche acompañados por un cacho de bananas.

Charles Atlas usaba bikini para marcar el bulto y resaltar los meloncitos.

Diariamente nadaba media hora en su piscina marmolada y al mando de su fabuloso corpachón untado en vaselina, levantaba la cortina de su próspero negocio: una academia internacional para hacer flexiones.

Los alfeñiques entraban por una puerta con la frente marchita y salían por la otra convertidos en floreros de Falabella.

¿Te tenían a los saltos los de 6º y en el recreo te comían las galletitas?
Charles Atlas.

¿Soñabas con una multitud de personas mordaces que se burlaban de tus pantorrillas insignificantes?
Charles Atlas.

La que dirigí a Brooklyn, incluyendo el cupón que aparecía en la revista D’Artagnan, fue la primera carta que mandé en mi vida.

Dos meses más tarde, mi mamá, desesperada, me entregó un sobre coronado por dos estampillas norteamericanas, Washington y Washington. Sorpresa. Resulta que para ser idéntico a Charles Atlas no bastaba con levantarse a las 6 de la mañana y alimentarte con bananas, sino que había que mandarle 50 dólares para, a vuelta de correo, recibir un libro de instrucciones.

El curso, 50; el diploma, 100. 150 dólares.

Mi papá, en el ferrocarril, ganaba 119.

Desde entonces, quedé encadenado a una consigna generacional inolvidable:
–¿Profesión?
–Alfeñique.

(Con información: de Wikipedia / La Voz ) 



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