SANTA CRUZ; OPOSICIÓN SIN ALMA

OPINIÓN

Roxana Reyes, a puro discurso, diciendo lo que sabemos y prometiendo lo que no sabe si podrá. Otra vez sobran los “qué” y falta el “cómo”

Por Rubén Lasagno  

Atento a nuestro objetivo que es analizar, criticar e investigar a quienes pretenden ser nuestros gobernantes por 4 años o nuestros representantes por 4 o 6 años en el Congreso, vamos a poner esta vez el ojo en las declaraciones matrizadas de otros candidatos de la oposición.

Una de nuestras obligaciones editoriales que nos ocupa, es el análisis de los discursos políticos y así como lo hicimos con Sergio Acevedo, con Claudio Vidal, Pablo Grasso, Javier Belloni y Eduardo Costa, entre otros, hoy nos vamos a ocupar de Roxana Reyes, quien representa a la oposición de Juntos Por el Cambio, pero en el fondo, sus declaraciones van en la misma sintonía que todos los otros, cumpliéndose a rajatablas el teorema de Baglini, blandiendo un decálogo de problemas que padecemos hace años en la provincia, pero sin mostrar cómo y de qué manera revertirá todas y cada uno de los padecimientos de los santacruceños, a raíz de la mala gestión del kirchnerismo durante tantos años.

En las campañas, los políticos hacen uso de la denominada Falacia ad verecundiam o falacia de autoridad, la cual por definición vincula la veracidad de una proposición a la autoridad de quien la defiende, como si eso proporcionase una garantía absoluta.

El político desarrolla esta capacidad a partir de plantarse como un referente social quien se propone para cambiar las cosas y en el otro subyace la creencia que su discurso es veraz, debido a la autoridad que le da su representación. Por este motivo los candidatos hacen un uso y abuso de esta posición ciertamente contrafáctica, por cuanto dicen que van a hacer algo que solo está en sus proyecciones futuras en el deseo de quienes los escuchan y aún si consiguen llegar, tampoco saben si podrán implementarlo y por eso motivo le esquivan a decir “Cómo lo harán”.

Sin embargo esta misma situación tiene algunas ventajas para aquellos candidatos que están en alguna gestión ejecutiva como los intendentes, por ejemplo. Algunos puede subrayar sus administraciones como “ejemplos de un escenario posible” si acceden a la gobernación, aunque si su gestión es mala, cruzada por corrupción, deudas, oscurantismo administrativo, manejo abusivo de fondos, etc, puede accionar como un ejemplo defectuoso en contra; en cambio, quienes no cumplen ni cumplieron funciones ejecutivas, abusan aún más de la falacia, porque se anclan en el beneficio de la duda que le prodiga el votante, ante la falta de experiencia previa.

Reyes de manual

En medios de comunicación de la provincia Reyes y tal como lo destaca el sitio de El Calafate Winfo Santa Cruz, alertó que la provincia enfrenta problemas como la falta de empleo genuino y dependencia de intereses sindicales y políticos y dijo que está comprometida en impulsar el desarrollo económico a través de la potenciación de las economías regionales, fomentando la inversión en sectores estratégicos y generando nuevas oportunidades laborales de manera transparente y justa. Un perfecto decálogo de buenas intenciones.

Habló de “una transformación integral para la Educación” y catalogó a la pérdida de clases como una “tragedia” debido a la falta de respuestas del gobierno por los salarios del sector, indicando al respecto que “los estudiantes no reciben la educación que merecen, y los docentes enfrentan condiciones precarias”, agregando “Es hora de un cambio radical. Nos comprometemos a garantizar los 180 días de clases para los alumnos, brindando una educación de calidad con una inversión significativa en infraestructura y recursos para los educadores, asegurando así un futuro prometedor para nuestra juventud”, dijo Reyes, hablando mucho sin decir absolutamente nada.

En materia de desarrollo dijo que Santa Cruz es una provincia rica en recursos naturales, “pero lamentablemente, su potencial no se ha materializado adecuadamente” (¿?).

En este sentido señaló, “Vamos a generar una diversificación de la productividad, promoviendo la inversión en sectores estratégicos y apoyando a nuestros vecinos para que tengan acceso a agua y progreso en sus localidades. Queremos que nuestro desarrollo beneficie a todos los habitantes, no solo a unos pocos”, remarcó Roxana Reyes, haciendo un excesivo uso de la falacia al punto que lo que ella dijo allí, es el deseo de todos y cada uno de los habitantes de la provincia.

Otras “propuestas” de la candidata fueron “terminar con la discriminación entre ciudadanos dentro de nuestra provincia. Abogamos por un federalismo real, que descentralice el estado y garantice igualdad de oportunidades para cada persona, independientemente de dónde vivan. Facilitaremos los trámites y gestiones, permitiendo que todos accedan a servicios públicos de manera justa y equitativa”. La pregunta a lo dicho por la candidata es si alguien de nosotros puede estar en desacuerdo con algo de los expuesto en este párrafo?; nadie, Reyes dice exactamente lo que todos pensamos o en su defecto, lo que queremos escuchar.

En cuanto a los jóvenes, redacta el medio de El Calafate, afirmó que merecen tener oportunidades para desarrollarse “y se comprometió a crear dos ciudades universitarias, una en el norte y otra en el sur de Santa Cruz, vinculadas a las actividades productivas de la provincia”.

Este recurso de prometer “en vacío”, es decir, sin tener conciencia exacta de cómo lo va a hacer o si lo podrá hacer, es también un golpe bajo a la buena fe del votante, porque se está prometiendo con una afirmación contundente, una acción con el solo objetivo de captar el voto sin reparar (ni decir) si va a ser posible en la práctica, lo cual depende de muchas cuestiones que no se dicen ni aclaran.

Recordemos que en la campaña del 2019 Eduardo Costa en su boleta prometía 20 mil puestos de trabajos en las Represas sobre el río Santa Cruz, lo cual advertimos en aquella oportunidad como parte de la falacia de campaña.

Y finalmente sobre la Salud en la provincia, Roxana Reyes dijo “para fortalecer el sistema brindando un salario digno a los profesionales de la salud y garantizando posibilidades habitacionales, capacitación y educación para sus hijos, para que puedan brindar sus servicios en condiciones óptimas”, otro signo de interrogante para una declaración de buenas intenciones, pero de muy bajo e inexistente carácter propositivo.

Concluyendo: el discurso opositor es tan lábil como el oficialista. Hablamos de las contradictorias declaraciones de Sergio Acevedo, quien cuando estuvo en el poder, hizo exactamente todo lo contrario a lo que promete si lo votan como gobernador, de los intendentes (Belloni y Grasso), quienes pueden mostrar gestión (buena o mala) pero marcan un punto de referencia o las de Claudio Vidal que como Reyes, tiene como mayor aliado ese beneficio de la duda al cual hicimos referencia.

Sin embargo, el electorado cada vez proyecta menos confianza en los candidatos que solo dicen lo que el votante desea escuchar y advierte un uso desmedido de la mentira edulcorada que vierten en los medios, lo cual, no deja de ser un engaño más de la clase política, quien solo avizora como meta, llegar al poder y una vez allí implementa la clásica fórmula del “después vemos…”.

Y esto no es abonar a la antipolítica, como algunos candidatos suelen inferir a las críticas para desacreditarlas, es basarse en hechos fácticos comprobables, solo con revisar las “propuestas de campaña” de los que hoy están en el gobierno y proyectarla sobre los que quieren llegar, nos encontramos con los mismos argumentos falsos que oportunamente, usó cada uno de los que hoy nos gobiernan. 

(Agencia OPI Santa Cruz)


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