RIVER, EL MERECIDO CAMPEÓN DEL FÚTBOL ARGENTINO

DEPORTES

Con un juego de alto nivel, venció a Estudiantes 3 a 1. Los amantes del buen fútbol, agradecidos


Por Redacción

Un estadio completo por una multitud que quería ver otra vuelta olímpica más, un campo de juego de lujo, ya anticipaban la fiesta. 

Y la fiesta llegó al minuto y medio de juego con un anticipo y una perfecta asistencia de Leandro González Pírez que le permitió a Lucas Beltrán abrir el marcador.

De entrada, de atropello, con autoridad, con hambre de gloria. A lo River.

Unos minutos más y el uruguayo Nicolás De La Cruz convierte el segundo. Delirio total, el campeonato quedaba en el Más Monumental. 

Y como broche de oro, penal del arquero de Estudiantes a Ignacio "Nacho" Fernández, y Esequiel Barco marcaba el tercero para liquidar el pleito.

La "maquinita" de River, goleaba y se iba al descanso.

En el segundo tiempo, River desaceleró, le cedió la pelota al rival, su técnico hizo cambios para los aplausos de la hinchada millonaria y Estudiantes descontó por un certero disparo de Mauro Méndez.

River se consagró campeón, aún faltando dos fechas y con números para el asombro y elogio de propios y ajenos. 

Veamos: Faltando dos fechas, en 25 partidos cosechó 57 puntos; ganó 18; empató 3 y perdió 4. Tuvo 45 goles a favor y solo 16 en contra. Le sacó 9 puntos al segundo, el club Talleres.

Para llegar al campeonato local número 38 de su historia, River consolidó su base de juego en la identidad que recuperó con Ramón Díaz y luego con el exitoso e inolvidable Marcelo Gallardo, que extiende Martín Demichelis, campeón como jugador y ahora como técnico, con volantes y delanteros que presionan para recuperar el balón, con hacer circular la pelota criteriosamente a lo largo y ancho del campo de juego. Toque, garra y juego exquisito.

Era difícil la tarea de su técnico Martín Demichelis. Primero le tocó reemplazar a Marcelo Gallardo, el más ganador y segundo, ponerse la corbata de Ángel Labruna.

Y lo hizo bastante bien, porque le agregó vuelo al juego lindo. El equipo de los volantes y un solo delantero se volvió temible. Pero todo comenzó desde la construcción de su cuerpo técnico, ése detalle de tener a Javier Pinola como ayudante de campo le agregó un plus.

Ambos dialogaban en alemán. Nadie entendía nada, así movían las piezas, daban indicaciones, confundían a los rivales. Entonces pasaron a llamarlos el "River Munich".

Podríamos pecar si nombramos a algunos jugadores por su alto rendimiento y olvidarnos de otros. En el plantel todos fueron altos colaboradores para la obtención de este título. 

Ahora viene el "mata mata" de la Copa Libertadores y el de la Copa Argentina. Dos nuevas ilusiones para este plantel que luce algo cansado por la velocidad y vistosidad de su juego, pero de un juego de alto nivel, que hace ilusionar a los amantes del buen fútbol. 

¡Salud Campeón!






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