MUJERES PERIODISTAS DE CRUZ DEL EJE: UNA DECEPCIÓN

EDITORIAL

Ustedes mismas se limitan en el oficio

Por Walter R. Quinteros

De frente y con la vocación necesaria, así siempre he manifestado con claridad mi pensamiento en cuanto a ciertos periodistas locales. Por ejemplo, al que arregla por dinero entrevistas, lo llamé "ensobrado", al que no habla mal de alguien lo llamo "pautero". Al que solo saca fotos y ni siquiera dice de qué se trata lo que publica, lo traté de "fotero", nunca lo oculté.  

Escribo y firmo mis editoriales. Me llené de enemigos que me bloquearon en cada lugar que pudieron hacerlo.

Por estos días —y se lo comenté a un locutor de un programa radial local—, de nuevo llegué al desencanto y, es con las mujeres que ejercen el oficio de periodistas en esta ciudad. Ni una sola he visto que haya escrito un editorial, lanzado una opinión, o asumido una postura en el caso de violencia de género por el cual ha sido imputado nuestro intendente. Nada llegó a nuestra redacción, ni como una simple opinión.

Empiezo con las preguntas: ¿Esto tiene su precio, aunque lo nieguen? 

¿O solo a mi me parece un delirio que ninguna diga nada? 

¿Ni una miserable nota escrita y firmada para consideración de los lectores?

¿Les asusta eso, o creen que es meterse en cosas de hombres? 

La violencia de género no es un detalle menor que se pueda dejar pasar por alto. Y ustedes, mujeres periodistas de Cruz del Eje, permanecen mudas ante este flagelo.

Parece que para ustedes aquí no todos somos iguales, dan a entender que alguien es más rico que otro, o que alguien tiene más poder que otros y que eso conlleva a la sumisión, o al sometimiento consentido con los dueños de la pauta. Ustedes mismas se limitan.

Como ya lo expuse, siento una gran decepción. Quién esto escribe ha sido siempre muy crítico en cuanto a las conductas machistas o de hembrismos institucionales, lo que me valió algunos insultos, censuras —en las que algunas de ustedes también participaron—, y hasta recibir mala atención en ciertos bares, pero siempre hice lo que se hacer, informar y opinar.

Con esto, ustedes se han presentado ante la sociedad como alguien sin discernimiento, sin libertad de expresión, ni de pensamiento crítico. No mostraron tener el coraje necesario de informar con lujo de detalles ni demostrar que sobre este tema han indagado para sus respectivos medios o, en carácter de independiente, lo que la sociedad quiere saber.

El impacto social que generó esta noticia necesitaba creo, la mirada desde el punto de vista femenino, y ustedes como periodistas debieron ejercer el derecho de la libertad de expresión, nadie las iba a culpar por eso. Nadie las iba a perseguir. Retrocedieron mal. 

Estos episodios como el de la violencia de género, desnudan una realidad que siempre existió, pero que ahora se exponen mejor gracias a las redes sociales y ustedes, no han entendido el carácter humanitario del gravísimo hecho cometido contra una mujer.

Creo —desde mi humilde opinión—, que sintieron temor a cierta pérdida de algo, a cierta venganza, a cierto escarmiento y que, para eso, escondieron su oficio de  periodistas.

Sepan que nada hay mejor para un periodista que ejercer la libertad de expresión. Eso significa que no se tiene miedo, que no se debe nada a nadie. Que nada las somete, ni siquiera una miserable pauta municipal.

Y tengan en cuenta que el miedo a no ser dignas en este oficio, las perseguirá siempre. 

Lo que quería decirles, es que me decepcionaron, otra vez.



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