LOS OPORTUNISTAS POLÍTICOS

EDITORIAL

Algunos analistas simplifican esta explicación en una sola palabra: "Panqueques"

Por Walter R. Quinteros

Si consultamos un diccionario político, veremos que el oportunismo es la acción de una persona que desarrollando una actividad política, sacrifica sus principios por conveniencia personal. Chau ideales que supieron pregonar.

Los oportunistas entonces, son aquellos que aprovechan alguna ocasión para lograr sus propósitos personales prescindiendo de toda ética, ideología o compromiso contraído con anterioridad en afiliaciones, lealtades y promesas lanzadas a viva voz.

Algunos analistas simplifican esta explicación en una sola palabra: "Panqueques".

Con frecuencia, utilizamos el término oportunista, para describir —y no para atacar—, alguna figura política cínica con una ambición desmedida y que, con ésas actitudes, desea tener un rápido ascenso en ciertas consideraciones sociales y partidarias.

En este sentido, podemos afirmar que el oportunismo denota a una persona que cambia por completo su posición original, de acuerdo con lo que en el momento sea tendencia popular.

De repente, en estas elecciones, hemos visto a populistas y asistencialistas, que se volvieron "mileístas de ultra derecha".

Políticos que llevan veinte años gobernando llamando a ir por un "cambio".

El actual ministro de Economía, por ejemplo, aquel de "la derecha" que iba a barrer con los "ñoquis de la Cámpora", ahora fue a la CGT a tirarle bombones a los sindicalistas y nada, absolutamente nada, hay mejor para él que el kirchnerismo. Pasa a ser entonces, el ejemplo más claro de personas acomodaticias, que se mimetizan con cualquier ideología y que para eso, llegan incluso al servilismo. Un tipo patético, sin principios. Pero bien que se enriquece.

Otro que se contradice es nuestro presidente, que comparte el podio de los peores presidentes argentinos al señalar que su actual ministro de Economía "estuvo a su lado, acompañándolo, no puedo decir que no fue leal". Y añadió que "Perón odiaba el concepto de traición dentro del peronismo y yo creo que no hay traidores, hay gente más o menos ambiciosa, más o menos personalista como en todas las sociedades del mundo".

Tome, eso se llama bajarle el precio a las cosas, bien de oportunistas.

Pero es tan amplio el abanico de ejemplos de "panqueques" que debo quedarme en esta ciudad y hablar de estos oportunistas locales, que son muchos y que parecen mantener una posición ambigua ante la sociedad para así, poder cambiar su ubicación según el acontecimiento, o las opiniones de la calle, y sacar el mejor provecho posible ya que conocen a la perfección que nuestra sociedad experimenta con mucha frecuencia el olvido. Pocos ejercitan la memoria.

Uno de esos personajes, deambuló por todos los partidos políticos ofreciendo su "experiencia" a cambio de ser apoderado, consultor, asesor y gestor ante cualquier gobierno. Lo conocí personalmente y, afirmando mi opinión supo contestarme que "él no era trigo limpio".

Otro, hasta hizo cambio de domicilio a esta ciudad y nunca pudo presentar una boleta de algún impuesto o servicio a su nombre. Ya no lo vemos merodear más por la ciudad de sus amores.

Otros, expresaron repudio —con fotos incluidas—, contra un hecho de instancia privada de un funcionario de otro partido, pero callaron por los mismos delitos de sus propios funcionarios, lo que también los hace tan oportunistas, como los que guardan silencio.

Y, hasta aquellos que prometieron tanto en sus campañas, hoy no se los encuentra por ningún lado. Ya no sabemos si siguen sonriendo y si siguen dándoles la mano a Dios y al diablo.

La pregunta es: ¿Cómo aparecen?

Podría decirse que aspiran a ocupar cargos políticos, no por vocación de servicio, sino porque la política es el negocio económico que nunca quiebra.

O, por la gran cantidad de partidos y agrupaciones políticas que la democracia permite.

Y también hay que tener en cuenta los cambios sociopolíticos que se producen a través de políticas fallidas en lo socioeconómico. En eso, hay que admitir que están siempre atentos para aparecer como futuros salvadores ya que afirman, se las saben a todas.

Otra pregunta podría ser: ¿Los partidos políticos tienen tribunales de disciplina?

No, por eso ellos prosperan. Hasta podría decirse que conforman un club sin banderías políticas, ideales firmes, ni éticas ni moral. Buscan al mejor postor por sus servicios.

Y lo que es peor, casi siempre son "ayudados" por cierta prensa oportunista, o "ensobrada", según el analista que se anime a escribir estas palabras.

El causal de su existencia, repito, es la ausencia de la "ficha limpia".

Y de la memoria ausente.



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