CRISTINA BATE SUS PROPIOS RECORDS

OPINIÓN

El tema es que, mientras ella hablaba era inevitable pensar en lo bien que le hubiera venido un simulador de vuelos a ella para probarlo a Alberto Fernández, el presidente que ella colocó en la Casa Rosada


Por Adrián Simioni

Si algo caracteriza a Cristina Fernández es su capacidad para el relato y para distorsionar su propia historia. Pero ayer, cuando participó junto a Sergio Massa de la inauguración de un simulador de vuelos para Aerolíneas Argentinas, batió sus propios récords.

Por un lado, haciendo gala de su reconocida capacidad para la chicana, dijo que “hablando de simuladores de vuelos, alguien debería inventar algún simulador de presidentes”. Lo dijo en relación a Rodríguez Larreta, al que aludió como alguien que no está preparado para gobernar un país como la Argentina, sino como Suiza, dado que sólo ha gobernado la Capital Federal. El tema es que, mientras ella hablaba era inevitable pensar en lo bien que le hubiera venido un simulador de vuelos a ella para probarlo a Alberto Fernández, el presidente que ella colocó en la Casa Rosada y del que ya no sabe qué hacer para despegarse porque ella misma lo considera un desastre, un fraca, un piantavotos.

Ahí nomás aludió sin nombrarlos a la oposición. Dijo: “Muchos simulan en Argentina como que la inflación, el FMI o la deuda son fenómenos de la naturaleza, pero los han provocado y los han traído ellos”. En primer lugar, hay una mentira: la que trajo la inflación fue ella a base de un gasto público descontrolado. Después de la estabilidad de los 90, los precios fueron bastante estables a excepción del 25% de inflación del 2002. Hasta que agarró la presidencia ella. Se fue con un promedio anual de 20% en su segundo mandato. La que trajo la inflación fue ella.

En segundo lugar, se olvidó de que estaba intercambiando flores con Sergio Massa, quien está desesperado por arreglar con el FMI. Si en verdad Cristina Fernández piensa que un préstamo del FMI es una calamidad, entonces tiene que echar a Massa del gobierno, renunciar a la vicepresidencia y dejar de hacer campaña electoral para Massa.

En cuanto a la deuda pública, hay que tener cara. El gobierno de Alberto, el presidente que ella no metió en el simulador aumentó la deuda, hasta marzo, en un 23%. Y la subió 1,7 veces lo que la subió Macri.

Pero queda la frutilla del postre. En relación al desastre deficitario de Aerolíneas Argentinas, dijo Cristina: “Cuando escucho a alguno decir que la van a privatizar... Ya lo hicieron y fue horrible. No podemos olvidarnos de eso”. No, no deberíamos olvidarnos. No deberíamos olvidarnos que el que privatizó Aerolíneas fue el gobierno de Carlos Menem, con el apoyo entusiasta y fanático del matrimonio Kirchner, que ya entonces gobernaba Santa Cruz.

Ayer Cristina tal vez batió su propio récord. El de la hipocresía, el del cinismo, el de los impostores.

(Cadena 3)




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