ABUELA SALUDA A SUS NIETAS QUE VUELVEN A LA ESCUELA

SOCIEDAD / CONVERSACIONES AUTORIZADAS

"Creo que nos debíamos un tiempo juntas"

Por Walter R. Quinteros

Me contaba una amiga de Córdoba, a través del celular, que sus nietas vuelven a la escuela. Se acabaron sus vacaciones de invierno. Pero le quedan momentos que nunca olvidará.

—Lo que me digas, mañana lo publico.

—¡Ah, mirá vos! Bueno dale, vos sabés  que yo te leo, de vez en cuando, porque dejaste la cultura por la política. Siempre el mismo, parece que ya no cambiás más vos.

—¿Cómo fueron ésas vacaciones con tus nietas?

—En lo personal vos sabés cómo soy yo. A mi mucho no me gusta estar atada a ver qué hacen que dicen que hurguetean pero bueno, soy la abuela. Qué querés que te diga, pero en el fondo vos bien sabés que amo estar de vacaciones con mis hijos y mis nietas. Me hizo bien tenerlos. Aunque una se siente invadida, ¿viste?

—Pero ya tenés una nieta grande.

—Bueno si, pero hay dos más pequeñas y se escuchan otras voces, hay otros ruidos otra música de esa que a mi no me gusta mucho pero qué se le va a hacer, una la termina bailando con ellas. Aunque estos chicos de ahora están más con el celular que otra cosa. 

—Te quitaron un poco de tu tranquilidad, digamos.

—Si, una no quiere esto para el resto de su vida, pero es así. Dios lo quiso así. Pero soy una agradecida por el tiempo que estuve con las chicas, en este tiempo pude compartir cosas con ellas. Cine, shopping, salidas, juegos, televisión, esas cosas.

—Pero vos las ves seguido, las visitás de vez en cuando.

—Si, a veces un fin de semana voy a verlas, no siempre. Hoy la situación como está para muchas familias es un gran problema eso de poder estar juntos. Mis hijos tienen que trabajar y sus parejas también. Vos sabés que yo quiero mi espacio y que cada uno esté en su mundo, pero bueno, hay que aceptar lo diferente, y renunciar a nuestros puntos de vista en muchos aspectos. Creo que nos debíamos un tiempo juntas.

—Las relaciones son eso, y muchas personas no lo entienden.

—Si, como ves siempre volvemos al mismo tema de las relaciones humanas que hablamos, cuando te acordás que existo, gordito olvidadizo.

—No me retes. Yo no puedo disfrutar de mis nietos. Viven lejos.

—Un día relajate un poco, llamalos, juntate con ellos, hablalos, divertite. Acordate que quieren ver a su abuelo en el rol del abuelo cómplice como sos vos. Que es lo que yo hice animate, soltá con ellos ese tipo inteligente que sos y cagate de risa un rato con ellos, disfrutá. Vos sabés que siempre te dije que ningún abuelo debería perderse la alegría o lo que le pase a cada uno de sus nietos. Pero bueno, vos elegiste otra cosa y vos sabrás qué hacer. 

— Si, gracias. Pero en definitiva, vos la pasaste bien.

—Te aseguro que si, cansada pero si. En la vida hay que tomar las cosas que te sean saludables, que te hagan sentir bien. Partiendo siempre desde el respeto de ser la abu con sus nietas, los chicos tienen que aprender a escuchar y nosotros debemos escucharlos. Te cuento algo, he tomado estas vacaciones de ellos como una oportunidad de ésas que Dios te da, porque hablemos un poco en serio, puede ser la última. Si, no te rías, hay que tener un poco de creatividad para seguirles el ritmo a estas chiquilinas.

—¿Confidencias con ellas?

—Si, la mayor anda noviando, pero ella no estuvo conmigo. Venía si, un rato, pero vos viste cómo son los chicos ahora. Qué se le va a hacer. Ya terminó el secundario y este año empezó en la facultad, quiere seguir la carrera de su padre.

—Caramba, cómo ha pasado el tiempo.

—¡Já! Mirá quién habla. ¿Cuánto hace que no nos vemos, ocho, nueve años?

—Por ahí, si, puede ser. Ahora contame, los abuelos de hoy en día, ¿creés que conocemos a nuestros hijos, que conocemos a nuestros nietos?

—Ay,  mirá, yo creo que son nuestros hijos, los que más deben conocer a nuestros nietos por el solo hecho de ser los padres, pero yo creo que a mi me confían más algunas cositas que a sus papis. Lo que si, debemos saber reaccionar a tiempo para hacerlas saber. Yo tengo con mis nietas otra mirada, están criadas de otra forma a la que a mi me criaron mis padres y de lo que yo traté de inculcarles a mis hijos. A tu pareja le debe suceder lo mismo.

— Si, a todos nos pasa, creo. Contame, ¿fuiste a votar?

—No. A esta gente no pienso darle más un voto, a nadie, me tienen asqueada.

—Bueno volvamos al tema de las vacaciones compartidas. ¿Fueron días intensos?

—Y, creo que fueron unos días en que la casa tuvo bullicio, amor, conversaciones, esas cosas. ¿Vos recordás cómo es mi casa, no? Te cuento que había momentos en que pensaba cuando terminan estas vacaciones... Pero cuando se fueron, me puse a acomodarla, arreglé las camas dónde durmieron, algunas cosas que quedaron desparramadas por el piso y empecé a hablar sola, yo misma me decía "no llorés abu, mañana volvemos a la escuela, después venimos de nuevo". Remedando la voz de la más chiquitita y esa forma que tiene ella de expresarse.

—¿Les gusta ir a la escuela?

—Flor de paliza les dan los padres si dicen que no les gusta, así que van siempre. Pero son estudiosas, son aplicaditas las mocosas más chicas.

—Contame, ¿cómo te sentiste cuándo ellas se fueron?

—No les demostré nada, no les dije nada, mis hijos saben que soy así. Solo levanté la mano para saludarlos, estaba a punto de llorar, vos sabés que me emocionan ciertas cosas y afuera hacía un frío terrible. Era una abuela que saluda a sus nietas que vuelven a la escuela, nada más. Y vos, ¿cómo te llevás con este frío por allá? 

(Dibujo: Ángel Boligán)





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