EL BESO HIPÓCRITA Y EL FANTA GATE

POLÍTICA

Bullrich y Larreta apuestan a dirimir sus diferencias en las PASO y descartan unificar la oferta de Pro


Por Matías Moreno

Patricia Bullrich llegó tarde al lanzamiento de campaña de Luis Juez en el Club General Paz Juniors. Una demora en el vuelo de Aerolíneas Argentinas que la llevaría desde Buenos Aires hasta la ciudad de Córdoba obligó a los organizadores a cambiar los planes. No hubo conferencia de prensa previa a la presentación de los candidatos. Bullrich arribó al estadio escoltada por Damián Arabia, uno de sus principales colaboradores, y subió al palco principal junto a Juez, los radicales Rodrigo De Loredo, Marcos Carasso, Gerardo Morales y su principal competidor en la carrera presidencial: Horacio Rodríguez Larreta.

Apenas terminó su discurso, el jefe porteño le cedió la palabra a la exministra. Fue un movimiento inesperado: estaba establecido que él debía pasarle al micrófono a Morales. Cuando Larreta presentó a Bullrich, el cántico militante que brotó del estadio sorprendió a ambos: “Patricia presidente”. Tras el saludo cordial, el alcalde levantó sus brazos e hizo gestos para arengar a los seguidores. Y, antes de que Bullrich arrancara su discurso, la abrazó y le dio un beso para despedirse. Tenía que regresar a Buenos Aires, ya que, sostuvo, debía asistir al festejo de cumpleaños de su madre. La exministra, que quedó un poco perpleja, confesaría poco después haber sentido incomodidad con el gesto de su competidor.

La imagen se hizo viral a los pocos minutos. El jefe porteño se aproximó a Burllrich para enviar una señal de distensión. Fue solo ese gesto: no intercambiaron una palabra, ni antes ni después. Inquieto por los números de las encuestas que analizan en Uspallata, sede del gobierno de la Ciudad, que marcan un deterioro del sello “Juntos por el Cambio” a raíz de las peleas internas, Larreta buscó capitalizar la foto de la unidad. De hecho, sus funcionarios y armadores difundieron la imagen en las redes. “Le puso la mejor onda”, dijeron cerca del alcalde. Tanta generosidad alertó a los estrategas de Bullrich, quien prefiere mantenerse lejos de su rival en Pro. “Fue el beso de Judas”, bromean alrededor de la exministra. Es que Bullrich y los suyos conciben que la oferta electoral en los próximos comicios ya no se organizará en torno a la dicotomía kirchnerismo/antikirchnerismo sino por el eje “cambio” o “continuidad”. No es casual que Bullrich no haya exhibido la foto junto a Larreta en sus redes. Sus armadores también le sugieren que tome distancia de las cumbres de rosca de Pro. Ella, dicen, elude quedar atrapada en el gallinero de la política. Está claro que mira a Javier Milei (La Libertad Avanza), atractivo en el sector de la sociedad que está hastiada de la dirigencia tradicional. “Yo nunca fui una política rosquera, sino más de la gente”, dijo hace unos días en una reunión con empresarios.

Con el objetivo de alejarse de la rosca, Bullrich dudó de ir a Córdoba al lanzamiento de Juez. Ante la profundización del malhumor social por la crisis, prefiere evitar los actos políticos y correrse de las disputas públicas por las candidaturas. “No queremos una foto con Horacio; él la buscó en Córdoba porque le sirve”, aseguran cerca de la exministra. En el ala dura de Pro insisten en que Larreta no logra remontar en los sondeos. Incluso, aseguran que esa caída afecta a la marca de JxC. En Uspallata lo niegan: repiten que Larreta figura en la cima de sus estudios.

Es más: Bullrich sabe que entre los máximos referentes de Pro y de JxC comienza a circular la idea de unificar la candidatura a presidente del espacio ante el crecimiento de Milei en las encuestas. El pedido también le llega de integrantes del “círculo rojo”. Pero Bullrich prefiere competir en las PASO con Larreta. Entiende que es la única forma de construir legitimidad e edificar un nuevo liderazgo en Pro, para no quedar atada a Macri. Por esa razón, cuida su vínculo con el expresidente. Larreta, en cambio, buscó confrontar con el fundador de Pro y exhibir autonomía antes de las PASO. “Tanto Patricia como Horacio necesitan la interna”, afirman los laderos de la exministra. Hay un punto en el que coinciden: ninguno de los dos quiere quedar bajo la sombra de Macri. Por caso, durante su paso por la Amcham, garantizaron que el espacio se mantendrá unido tras las primarias para disipar el temor a la fragmentación bajo el lema “el que pierde, acompaña”.

En el círculo que rodea a Larreta advierten que no hay chances de que no haya un enfrentamiento con Bullrich, más allá del gesto de distensión. Es más: el jefe porteño se reunió ayer con intendentes y referentes de Pro en Buenos Aires en el Golf Palermo. Había larretistas, bullrichistas y vidalistas. Allí, Larreta insistió en que avalará la lista de unidad en los distritos gobernados por el Pro. En el resto de los terruños, habrá competencia en todas las categorías: presidente, gobernador, intendente, legisladores y concejales. No lo dijo, pero ese aviso también incluye a los aliados de Bullrich que habitan en San Miguel y San Nicolás: Joaquín de la Torre y Manuel Passaglia.

A lo largo de esa conversación, Larreta volvió a dejar en claro que no compartirá la boleta de Diego Santilli, su carta más competitiva, por los números que ostenta en las encuestas, con Bullrich. Los radicales de Morales festejan. ¿Qué dirá Macri? Larreta remarcó que la “competencia es sana” y “enriquece”. De hecho, recordó que él pudo construir su proyecto en la Ciudad gracias a que compitió con Gabriela Michetti en 2015. Claro que contó con el dedo de Macri. Para defender el uso del instrumento de las PASO, también apeló a la experiencia de la interna Santilli-Facundo Manes en 2021 en Buenos Aires.

Otro dato: Larreta volvió a manifestar durante las últimas horas ante la cúpula de su partido que habrá un solo candidato de Pro en la Ciudad. En medio de la tensión con Macri, buscará consolidar durante las próximas tres semanas a Fernán Quirós, su carta para negociar con el expresidente. La maquinaria porteña ya se puso en marcha para darle musculatura al ministro de Salud.

Insólito choque por el “Fanta-gate”

El armisticio entre la tropa de Bullrich y el grupo de Larreta duró un suspiro. Los reproches, cruces y los pases de factura volvieron a florecer apenas se hizo viral el video de una nota del programa La Cruel Verdad, que se emite por la señal América 24, en la que el periodista Esteban Trebucq les preguntaba a transeúntes que se topaba en San Justo sobre sus preferencias electorales. Los que respondían a favor de Larreta tenía una botella de la gaseosa Fanta en sus manos o bolsillos. El conductor destacó esa llamativa coincidencia a la hora de indagarlos. De inmediato, Larreta sintió que era víctima de una “operación de prensa” para esmerilar su figura. De hecho, se inició una caza de brujas para encontrar a los presuntos autores intelectuales. Sospecharon de todas las terminales políticas: desde los libertarios de Milei hasta Bullrich o Sergio Massa. Pero la tensión en Pro se desató apenas dirigentes cercanos a Bullrich, como Juan Pablo Arenaza, Hernán Lombardi, Ricardo López Murphy, Joaquín de la Torre o Sebastián García de Luca, tuitearon mensajes irónicos sobre su preferencia por opciones “menos artificiales” y más “auténticas”. La réplica no tardó en llegar: “Yo prefiero la Fanta”, escribió Eduardo Macchiavelli, escudero del alcalde.

La sugerencia de que Larreta había estado detrás del montaje hizo estallar a los asesores del jefe porteño. “Se suben a cualquier cosa. Son unos pelotudos. Esto hace pensar que fueron ellos”, bramaron. En la intimidad, Bullrich se rio de los trascendidos por la insólita discusión entre ambas tribus por el denominado “fanta-gate”: “Al final, yo tengo la culpa de todo: de borrar un celular, del intento de atentado a Cristina, y de suspender las elecciones en Tucumán y San Juan”, comentó entre los suyos.

(Matías Moreno / LA NACIÓN)


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