GUITARRERO COMO POCOS

POLÍTICA

El chalchalero y la desaparición de la Argentina


Por Carlos Mira

Alberto Fernández se autopercibe chalchalero. Y en ese carácter ha decidido empezar una despedida en continuado de su sillón de presidente. Y digo así, “sillón de presidente”, porque en realidad, “presidente” nunca fue. Siempre estuvo a las órdenes de la verdadera dueña del gobierno, Cristina Fernández de Kirchner. Porque más allá de los evidentes y hasta groseros esfuerzos que el kirchnerismo haga para despegarse de este desastre, éste fue SU gobierno, el gobierno del kirchnerismo, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

Ayer, este journey, mientras el dólar volaba por los aires a casi $470, lo llevó hasta un lugar en Caballito para que Mex Urtizberea le haga una entrevista para Radio Nacional Rock. Fernández viajó en auto, pero el helicóptero presidencial fue fletado de todos modos hasta la cancha de Ferrocarril Oeste en donde aterrizó para, supuestamente, llevar luego al presidente de regreso a la Casa Rosada. Esa operación finalmente no se hizo por las malas condiciones del tiempo, de modo que se despilfarró todo el dinero que implica mover una aeronave de ese tipo.

Se trata solo de un ejemplo simbólico de cómo el kirchnerismo se maneja con la propiedad pública: para ellos les pertenece como si fueran sus dueños privados.

En la entrevista, Fernández dijo cosas como esta: “Ayer Fabiola me decía ‘¿no podés parar un minuto?’ Porque me levanté y tuve el desayuno, después un almuerzo, me dijo de tirarnos a dormir una siesta pero le dije ‘a las 5 viene gente’, pero así es la vida de un presidente”. Urtizberea le dijo a Alberto que tendrían que hacer una película de su vida y le preguntó qué actor le gustaría que lo interprete. “Robert de Niro”, respondió el presidente sin dudar.

¿Está pasando esto realmente? ¿O se trata de hologramas creados para hacernos un chiste? ¿El presidente está (supuestamente) al frente de un país que se incendia y él habla de “dormir la siesta”, de que su mujer le pregunta si “puede parar un minuto” cuando, según su propio relato, todo lo que hizo fue desayunar, tener un almuerzo y una reunión a las 5 de la tarde? ¡Como toda esa danza del ridículo le pareció poco dijo que le gustaría que Robert De Niro lo interprete en una eventual película que cuente su vida! ¿¡Pero qué clase de fucking joke es esto!?

Pero hay más. La Argentina es un país tan particular que el peronismo se apresta a presentarle a la sociedad a Sergio Massa como su candidato a presidente (probablemente acompañado del hijo de terroristas asesinos, Eduardo De Pedro y probablemente también sin ir a elecciones PASO).

Massa asumió el 3 de agosto de 2022 con el dólar libre a $298, hoy está tocando los $500. En ese momento la inflación interanual era del 78%; hoy (sin conocer los datos de abril) es del 105%. Para abril de este año (el dato se conocerá el próximo 12/5) se espera una inflación mensual que supere el 8%.

Desde que asumió el chalchalero hasta hoy el dólar creció 1000% y las jubilaciones mínimas pasaron de U$S 320 con Macri a U$S 148 con el gobierno nac & pop.

El presidente, en la misma entrevista con Urtizberea, dijo que recibió mensajes conmovedores en respuesta a su video de “renunciamiento”. Calificó esos comentarios de “impactantes” y contó uno en que, según él, una señora le agradeció porque su madre y su padre habían muerto por Covid en una cama de hospital público.

Cuando uno recuerda que todo esto ocurría mientras él organizaba fiestas con su escort en la Quinta de Olivos, mientras el ciudadano común estaba con prisión domiciliaria dispuesta por ese mismo presidente por decreto y mientras el gobierno se robaba las pocas vacunas que había para vacunar a sus propios funcionarios y, digamos, “allegados”, te preguntas qué tiene que ocurrir para que los argentinos se saquen de encima el lastre del peronismo.

Te mataron, te robaron, te multiplicaron el valor del dólar por mil, te hundieron con la inflación, llevaron a más de 5200000 argentinos a vivir en villas miseria, a que la mitad del país sea pobre, a que tengas que escuchar a una vocera presidencial diciendo que no hay crisis “porque yo ayer fui al teatro y a cenar y no se podía caminar por la calle” ¿y le seguís dando vida electoral a esto?

Francamente es muy difícil comprender, interpretar y, mucho más, explicarle a un extranjero este fenómeno argentino. Afuera, cuando contás este escenario, lo primero que te preguntan es si en el país hay elecciones libres. Es decir, el tipo al que se lo contás supone que si hubiera elecciones libres, la gente elegiría otra cosa y que lo que está padeciendo se debe a que no puede elegir. ¡¡Nooooo…!! ¡Es la gente la que eligió libremente esto y la que le sigue dando posibilidades electorales competitivas! No se puede creer, francamente.

Este gobierno patético, el peor de la historia -lejos, sin dudas- sigue con su cara de piedra como si nada. La impresentable hotelera condenada, por ejemplo, se apresta a dar una “clase magistral” (como ella misma hace llamar ahora a sus mítines políticos) para hablar en contra del FMI que es el único tanque de oxígeno al que está pegado con respirador artificial no solo su ministro de economía sino el que seguramente será, como decíamos, su candidato a presidente.

La cantinela de la deuda tomada por Macri (dos tercios de la cual fue destinada a pagar deudas que el kirchnerismo le había dejado al país) hace rato que fue superada: el gobierno de los Fernández en lo que va de su mandato ya endeudó a la Argentina en más de 74 mil millones de dólares, eso sin contar la enorme deuda interna que dolarizada supera los U$S 30 mil millones.

El príncipe heredero Máximo Kirchner despotrica contra los bajos salarios, insinuando que están en ese nivel porque el “empresariado” los explota, olvidando que su propio gobierno es el que, al mismo tiempo, fulminó al empresario honesto y emprendedor y acomodó a sus amigos en los directorios de las principales cajas del país, empezando, naturalmente, por los negocios de Massa y sus socios.

Solo resta esperar que el nivel de desastre al que el peronismo llevó al país haga reflexionar a los distintos protagonistas que están en la oposición para que, en un rapto de responsabilidad, le ofrezcan a los electores la posibilidad de optar por algo distinto. Después si los argentinos cabezas de termo confirman su voluntad suicida de seguir votando más peronismo habrá que convencerse que el país que lo prometía todo no tiene otro futuro más que su desaparición.

(The Post)


Comentarios