¡VOS, FUMÁ!

OPINIÓN

Ya sé que no debe haber manera más piantavotos de comenzar una nota diciendo que lo que se va a contar es cansador y repetitivo

Por Osvaldo Bazán

Es cansador y repetitivo, como cada defensa de la democracia que hay que hacer frente a la patota más vulgar, básica, repetitiva y cansadora que nos haya tocado enfrentar en nuestra vida adulta.

Ya sé que no debe haber manera más piantavotos de comenzar una nota diciendo que lo que se va a contar es cansador y repetitivo. Pero como dice el inconsciente colectivo, es necesario cantar de nuevo una vez más.

Cristina Fernández de Kirchner está condenada a seis años de cárcel e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por defraudación al Estado.

En tres semanas, el 9 de marzo, cuando se expliquen las razones de la condena, quedará claro por qué, pero el tribunal ya adelantó que se pudo probar “una extraordinaria maniobra fraudulenta que perjudicó los intereses pecuniarios de la administración pública nacional”.

A veces no sé cómo decir las cosas de manera más clara.

Es una sentencia por chorra, no una persecución por sus ideas políticas.

Se la acusa a CFK de una defraudación de MIL MILLONES DE DÓLARES, entre 2007 y 2015. Se comprobaron irregularidades en la adjudicación de 51 obras viales.

Las licitaciones fueron dadas a Lázaro Báez, amigo íntimo de Néstor Kirchner.

Lázaro era cajero de banco y gracias a su amigo se convirtió en zar de la construcción. Ni Sergio Palazzo, el capo de La Bancaria, con un paro por semana puede conseguir tamaño beneficio para sus afiliados.

Mientras que las licitaciones tardaban en promedio 210 días para ser adjudicadas, las que eran para las empresas de Lázaro se conseguían en sólo 29 día.

Sólo una de las obras se ajustó al presupuesto original.

Lázaro cobró por todas, pero casi la mitad quedaron inconclusas.

Por eso CFK está condenada y por eso fue inhabilitada en perpetuidad para ejercer cargos públicos.

¿Por qué se la inhabilita?

Según la ley, la inhabilitación es una “accesoria” a toda condena por corrupción.

¿Por qué se suma esta “accesoria”?

Porque nadie quiere que otra vez una cleptómana esté a cargo de la plata de todos, que tantos sacrificios nos cuesta conseguir.

¿Así o más claro?

El país no quiere ver a los falsos rugbiers repetir noches como las de Villa Gesell, ni a las asesinas de Lucio cuidando un bebé.

Por eso CFK no debe estar nunca más cerca de dineros públicos. Porque no puede con ella misma, pobre mujer. Se acostumbró tanto a no distinguir entre lo que es de ella y lo que es de todos, que no le hace ningún ruido llevarse mensualmente 7.673.187 pesos de jubilaciones.

Es tan inmoral que parecería mentira.

O al menos sería esperable que la población, que todos nosotros, vos, el pibe que pasea los perros y tu cuñada, desprecien a la mechera.

Sin embargo, hay un porcentaje de la población -cada vez más pequeño, claro- que la idolatra.

Algunos de esos idólatras son personas formadas académicamente, creativas y valiosas.

Es cierto también que a muchos les conviene hacerse los giles. Si queda claro que “la jefa” es la jefa de la mafia, de ahí para abajo son todos mafiosos.

En este mismo país en donde una sola persona cobra más de siete millones y medio de pesos, la jubilación mínima es de 50.124 pesos.

La señora condenada por una defraudación de mil millones de dólares cobra por mes, de la misma gente a la que defraudó, lo mismo que cobran 153 argentinos.

Cada mes.

Entre los más pobres de los pobres, muchos la aman.

No es política, es enfermedad.

Pero además, esa señora que se lleva más de siete millones y medio de pesos por mes, es la líder del proyecto que entre 2002 y 2006 congeló la jubilación de todos los demás -aquellos a los que ella les robaría mil millones de dólares-.

En aquél entonces, Alberto Fernández era Jefe de Gabinete, Sergio Massa director ejecutivo de ANSES primero y Jefe de Gabinete después y CFK consecutivamente primera dama y presidenta.

Pero además, esa señora que se lleva más de siete millones y medio de pesos por mes y que está condenada por una maniobra fraudulenta de mil millones de dólares contra sus compatriotas, esos otros que según ella y los suyos, son la patria, es la que siendo presidenta vetó por decreto la ley sancionada en el 2010, que tenía la aprobación de las dos cámaras del congreso y que obligaba a volver al 82% móvil para los jubilados sancionado en el año 1958.

Sí, la misma señora, mire usté cómo son las cosas.

El 14 de octubre de 2010, el diario Ámbito en una cumbre de genuflexión, tituló: “Cristina anunció que vetó la peligrosa ley del 82% móvil”.

La ley es peligrosa, sí pero no para los regímenes especiales: magistrados y funcionarios judiciales, científicos e investigadores del Conicet, funcionarios del servicio exterior y docentes de universidades nacionales, así como en algunas cajas o institutos de previsión para empleados públicos, donde sí cobran el 82% móvil.

La otra ley que CFK vetó de punta a punta fue la de protección de los glaciares. También hay ecologistas que adoran a CFK.

O tienen un curro o están enfermos.

A veces me impresiona lo básico que hay que ser para contar lo que pasa.

Con la tranquilidad de varios meses para trabajar, con una red sólida de defensores que van desde los científicos del Conicet hasta los actores más populares del país, CFK no pudo demostrar que las acusaciones eran falsas. Tuvo todas las posibilidades para defenderse, para hablar, para argumentar, para mostrar documentos.

No lo hizo y lo que queda es: no tenía cómo, porque la guita se la afanó.

Y entonces quedó demostrado que sus negocios particulares y los del Estado vivieron en un grado de total promiscuidad, donde ya no llegó a distinguir qué era de ella, qué era de todos. Y por las dudas se quedó con la chancha, los chorizos, la máquina de hacer chorizos, la distribuidora y la fiambrería.

Ahora bien, está condenada por mechera en grado sumo.

Sin embargo, la condena no se hace efectiva porque vienen las apelaciones y la mar en coche.

Todas las garantías que existen para que el juicio sea justo.

O sea que más o menos para cuando Máximo Thomsen y Magdalena Valenti se puedan juntar a comer rabas en el puerto de Mar del Plata habrá una sentencia definitiva.

Y ahí sí, correrá lo de la inhabilitación.

A ver niños peronistas, repitan conmigo: CFK no está proscripta 1) porque su condena no es por su actividad política, sino por chorra. 2) porque aún la sentencia no es definitiva.

Así que, por favor, le pedimos a toda la caterva PJ que no tiene ningún tema para discutir excepto esto, que la corten porque ya sabemos que es mentira.

Viene Wado de Pedro -el muchacho de oro elogiado por Funes de Rioja, Eurnekián y todos los que siempre se beneficiaron del estropicio que el peronismo hace con la plata de todos- y dice en un tuit, al mismo tiempo que CFK está proscripta y le pide que sea candidata. ¿En qué quedamos, Wado? ¿Está proscripta o puede ser candidata? Quizás tu público no llegue a entenderlo, pero no nos confundas. Somos millones los que sabemos que si está proscripta no puede ser candidata.

Una cosa o la otra.

Sí, cansador y repetitivo.

Una discusión que atrasa, como todas las discusiones a las que nos arrastran estos chapuceros. Y así terminamos hablando de nada, que es el terreno en donde los peronistas mejor se manejan.

Tan nada es la discusión que el Cuervo Larroque hizo imprimir carteles que dicen “Proscripción un carajo”. Y sí, Cuervo. Te habrá traicionado el subconsciente. No hay proscripción. Un carajo.

Cuando dicen “proscripción” mienten.

Y lo saben.

¿Por qué mienten?

Porque creen que somos idiotas.

Y tienen una prueba que los apoya: ellos llegaron a tener poder.

Pero la mentira es el lugar en el que les gusta jugar.

Por eso la tenebrosa ministra de la verdad, G. Cerruti (no escribo el nombre entero para no gastar tinta, no lo merece) dice muy de cuerpito gentil que la gente sabe que todo está bien, pero son los medios hegemónicos los que le hacen creer que todo está mal.

Otra vez nos vemos arrastrados a una discusión repetitiva y cansadora frente a la patota vulgar y básica.

¿Por qué Cerruti lo dice el día en que Unicef reconoce que dos de cada tres chicos son pobres en un país en cuyos últimos 15 años, dos de cada tres tuvieron gobiernos nacionales peronistas?

Porque cree que los argentinos somos todos idiotas.

Y tiene una prueba que la apoya: ella llegó a tener poder.

Mienten.

Y lo saben.

Por eso el inexistente interventor en el Ente Nacional Regulador de la Electricidad, Martello (no escribo el nombre entero porque total no lo conoce nadie) dice, de cuerpito gentil, que en el gobierno anterior había más cortes de electricidad que en éste.

Lo dice porque cree que los argentinos somos todos idiotas.

Y tiene una prueba que lo apoya: él llegó a tener poder.

Por eso saca pecho y anuncia una multa de ¡mil millones! para Edesur, la empresa que se encargó de dejar a centenares de miles de argentinos sin luz. ¡Qué guapos!¡Qué presencia del Estado!

El dato debería complementarse con este otro: el 31 de diciembre del año pasado, o sea, sólo 50 días atrás, la Secretaría de Energía perdonó deudas que 16 compañías eléctricas tenían hasta agosto del ’22 con un “régimen especial de regularización”, y entre las más beneficiadas por este pagadios peronista estuvieron Edenor y Edesur.

Según informó muy claramente el especialista Antonio Rossi, Edesur tenía a fines de agosto una deuda de $113.000 millones. Le quitaron intereses punitorios. Quedó en $66.000 millones. Pero le quitaron $19.000 millones más por “compensaciones”. Lo que llevó la deuda original de $113.000 millones a $47.000 millones. Que pagará a tasa negativa en los próximos 8 años.

Por el lado de Edenor, Vila, Manzano y Filiberti, los amigovios de Massa, la compraron el 12 de diciembre del 2020, poniendo 60 millones de dólares al contado y financiando 40 millones más. Una ganga, más si recordamos que CFK está condenada por robarse mil millones de dólares.

Se robó 10 Edenores, la “proscripta”.

Volviendo a los amisecuaces de Massa, seguramente no sabían que el 23 de diciembre del ’20, o sea poco más de una semana después de que compraran la empresa, el gobierno cancelaría una deuda con Edenor y Edesur por el servicio que las distribuidoras prestan en las villas de emergencia.

Edenor cobró $1.100 millones de pesos. Como el dólar estaba en $ 83,36, fueron 13.195.777 dólares. O sea que compraron por 100 y a la semana ya le devolvieron 13.

En la Black Week energética del 31 de diciembre pasado, Edenor, que debía $106.000 millones pasó a deber $57.000 millones, porque le sacaron los punitorios pero va a terminar pagando $33.000 millones a tasa negativa en 8 años. Un “Ahora 96” que sólo los amibeneficiarios de Massa pueden recibir.

Pero con estos lagartos siempre hay más.

Manzano y Vila, los amicómplices de Massa, controlan también la mendocina EDEMSA, que bajó su rojo de $11.250 millones a $7.384 millones, con perdón por compensación de $3.865 millones.

Pero con estos ladinos siempre hay más.

Como el perdón dado en diciembre sólo corría por las deudas de las empresas hasta el 31 de agosto del ’22, el 9 de febrero de este año -menos de una semana antes de la anunciadísima multa de $1.000 millones – Flavia Royón, secretaria de Energía, que responde a Massa, que es tan amipartícipe de Vila, Manzano y Filiberti, firmó la resolución 56/23 por el cual las mismas condiciones Narnia que tuvieron por aquella deuda, se estira hasta la deuda que tengan dentro de 10 días, hasta fin de febrero. Ya tienen perdonada una deuda que todavía no contrajeron. Eso sí, le metieron flor de multa, no vaya a ser cosa que el Estado no esté presente

El interventor Martelo, que también responde a Massa, que es tan amienamorado de Vila, Manzano y Filiberti, confesó por televisión que “en estos días” había leído unas cláusulas del contrato. Está en el cargo desde septiembre. Cuando le pregunté “¿usted está desde septiembre en el cargo y recién ahora leyó el contrato?”, sólo atinó a balbucear en una pobre media lengua “nunca dije que no hubiera leído el contrato”.

Se ve que lo leyó pero no lo entendió.

Ninguno de estos descuentos y beneficios hubiera sido posible sin la máquina de humo, la mano comprensiva y el bolsillo dispuesto de Sergio Massa. Como diría Carlín Calvo en “Amigos son los amigos”: “Vos fumá”.

Para colmo, todo está bastante justificado porque ni el Estado ni las empresas cumplieron con los contratos.

Gran parte de esta deuda proviene de la época de la cuarentena porque el presidente decretó que no se podía cortar el servicio a aquellos que no pagaran. Y entonces muchos no pagaron, total no pasaba nada. Y ahí se engordó la deuda de las empresas distribuidoras con la compañía administradora del mercado mayorista eléctrico, CAMMESSA.

No hay Estado bueno y empresas malas.

Hay Estado chocando el Titanic y empresas peleándose por los últimos botes.

Las empresas no invierten porque dicen que con las tarifas no alcanza ni para cambiar los tapones.

Y tienen razón.

El Estado no para de meter plata en subsidios para que no nos demos cuenta que somos pobres.

¿Quién termina pagando la energía?

Cadorna.

Pero Cadorna, al final, somos todos los giles que sufrimos la inflación, porque Cadorna agarra la maquinita de hacer plata e imprime.

Y ya fue todo.

A veces me asusta lo básico y repetitivo que hay que ser frente a una sociedad adormecida.

-La culpa es tuya, si con lo que cobro no puedo ni pagar una lamparita de 25 watts.

-Vos mucho no podés decir, tampoco cumpliste ¡y te mandás unos apagones, querido!

-¿Y esto entonces, quién lo paga?

-Cadorna.

-Ok, decile a Cadorna que imprima papelitos.

-Te quiero, sonso.

-Yo te quiero más, tontito.

Ahora parece que la culpa de todo la tiene Edesur. Que la tiene, pero no toda. Como la gente es mal pensada, ya se habla de que tiran abajo la cotización de Edesur para que aparezcan nuevos amigovios.

El amor es así.

El amor por la guita.

Mienten, no paran de mentir.

Con la proscripción, con la energía, con el tema que se te ocurra.

Mienten porque como ya les enseñó su papá Menem, si dicen la verdad, no los vota nadie.

Mienten porque todavía hay millones de compatriotas a los que les gusta vivir en la mentira.

Lo que no ven es que, tarde o temprano, la verdad estalla.

Y ahí vamos a estar, juntando los pedazos para empezar de cero.

(© Osvaldo Bazán / El Sol)


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