OPINIÓN
Los datos que arroja este nuevo trabajo confirman la imperiosa necesidad de revertir las graves inequidades que hipotecan el futuro de millones de chicos
Un reciente informe sobre pobreza elaborado por Unicef revela que dos de cada tres niñas y niños de nuestro país son pobres por ingresos o están privados de derechos básicos, como el acceso a la educación, la protección social, a una vivienda o un baño adecuado, al agua o a un hábitat seguro.
Los datos que arroja este nuevo trabajo confirman la imperiosa necesidad de revertir las graves inequidades que hipotecan el futuro de millones de chicos.
La presentación del informe realizado por el organismo internacional fue complementada con un video en el que se advierte, además, que cerca de 7 millones de niños, niñas y adolescentes padecen todos los días la dura realidad de la pobreza. En ese sentido, el audiovisual observa que el lugar donde se nace, el vecindario, el acceso a servicios, la falta de una vivienda digna y una alimentación adecuada, dejan huellas profundas en las vidas de las infancias, las adolescencias y sus familias. También explica que más de un millón de niños, niñas y adolescentes en la Argentina se saltea al menos una de las comidas diarias, ya sea el desayuno, el almuerzo, la merienda o la cena, según se desprende de datos oficiales que ofrece la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, que fueron tomados por Unicef para realizar su informe.
Por su parte, en un artículo periodístico el economista Sebastián Waisgrais, especialista en Inclusión Social y Monitoreo de Unicef Argentina, sostuvo que desde el regreso de la democracia en 1983 nunca se pudo perforar el piso del 30% de pobreza infantil; por lo que planteó la urgencia de lograr consensos entre los distintos sectores de la sociedad para asegurar que, sin demoras, este problema a resolver sea la principal prioridad de la agenda pública. Es importante recordar que la pobreza material golpea con rigor en los chicos de más corta edad, ya que comenzar el día sin la posibilidad de acceder a un alimento nutritivo o verse obligado a realizar trabajos peligrosos, además de vulnerar los derechos más elementales de la infancia, dificulta la capacidad cognoscitiva y el crecimiento físico. Por eso, no está de más remarcar que la infancia es la etapa más importante de la vida de un ser humano, porque en ese período es donde se va configurando gran parte del desarrollo emocional, físico e intelectual de las personas.
En todo el país, al mismo tiempo que crecía la pobreza se multiplicaban en los barrios populares los comedores y merenderos, sostenidos en la mayoría de los casos por mujeres que suman estas tareas solidarias a sus responsabilidades cotidianas. Urge, entonces, atacar las causas que generan pobreza en la infancia.
Según Unicef, al primer semestre de 2022, el 51,5% de las niñas y niños residía en hogares cuyos ingresos no cubrían una canasta básica de bienes y servicios, mientras que un 13,2% de estos niños y niñas residen en hogares, con ingresos inferiores a los necesarios para cubrir una canasta básica de alimentos. En otras palabras, están en riesgo de inseguridad alimentaria. Por otra parte, más del 40% de chicas y chicos viven en hogares donde al menos uno de sus derechos básicos – como la salud, educación y vivienda - está vulnerado y un 15% experimenta una privación severa en el ejercicio de esos derechos.
Hay que señalar, por otra parte, que contar con información oficial, actualizada y detallada sobre estos temas es una condición necesaria, aunque no suficiente, para diseñar y poner en marcha políticas públicas orientadas a generar un mayor bienestar en las infancias y en sus familias. Se debe asegurar que los beneficios de la protección social lleguen a toda la niñez garantizando la universalidad; además de trabajar para erradicar la violencia, garantizar políticas de primera infancia que se enfoquen en el desarrollo infantil, así como en todas las necesidades de cuidado, y lograr que todos los adolescentes estén incluidos en el sistema educativo y que puedan acceder a los servicios de salud.
Los primeros años de vida son una etapa clave en el desarrollo de las personas. Ninguna sociedad tiene futuro si no genera las condiciones mínimas para que los más pequeños crezcan en un entorno familiar con los cuidados, afectos y recursos necesarios que le permitan tener una vida digna.
(NORTE CHACO)
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